El suceso se produjo a las 6 y 20 de la mañana del pasado domingo 28 de mayo entre las estaciones de San Fernando y la Rambla. Coincidiendo con la celebración de las fiestas del municipio madrileño, un grupo de jóvenes subió al suburbano en estado ebrio, iniciando una pelea. Además, tiraron de la palanca de emergencia en repetidas ocasiones, llegando a detener el tren.
«En uso de su obligación y responsabilidad para solucionar el conflicto», como recuerda Ortiz, la joven trató de censurar el comportamiento de los hombres para poder poner el tren en funcionamiento cuando comenzó a ser víctima de vejaciones y tocamientos. «Se abalanzaron contra ella y le rompieron la camisa, haciendo que tuviera que salir huyendo», explica el portavoz. El intento de agresión sexual ya ha sido denunciado ante la Guardia Civil y el sindicato espera que se tomen medidas cuanto antes.
Las agresiones, un problema recurrente
El problema es que, si es verdad que hasta ahora no se había producido un intento de agresión sexual, agresiones más comunes como insultos, vejaciones o intentos de golpear físicamente a los maquinistas son recurrentes. La causa principal, según apuntan desde el sindicato, se debe a la falta de seguridad en las instalaciones del Metro de Madrid: «Desde hace dos años se ha recortado una barbaridad en la seguridad de las estaciones, lo que deriva en que los maquinistas seamos humillados día sí, día también».
Ante esta indefensión, fuentes del colectivo piden que se aumente la seguridad, «tanto para los maquinistas que viajan en cabina como para los usuarios que cogen el metro a ciertas horas de la mañana», pues en franjas horarias en las que el metro está poco concurrido, las patrullas que se encargan de vigilar el suburbano «no dan abasto».