Desde IzCa, hemos apostado con convicción y lealtad por el proyecto de Unidad Popular, no en base a cálculos electorales, aun siendo conscientes de la importancia de estos, sino en base a cálculos sociales, políticos e ideológicos.
En nuestra opinión estamos asistiendo a una crisis gravísima, potencialmente terminal del Régimen del 78; pero este puede sobrevivir largos años, eso sí generando cada vez mayores sufrimientos en la población y deteriorando intensamente las potencialidades de nuestra sociedad, nuestro perfil y peso específico en Europa y a nivel global.
Los resultados de las pasadas elecciones generales de diciembre crearon el escenario, el que la gente expresó que quería, para materializar un cambio de gobierno que generase las condiciones favorables no solo para la vida cotidiana de las personas, sino para el Proceso/Procesos Constituyentes.
El PSOE, tal como por otra parte era previsible, impidió que tal cosa ocurriera, sirviendo en bandeja una situación, la de la repetición de las elecciones generales, en la que el PP de Mariano Rajoy saldrá coyunturalmente reforzado. Es más que probable que obtenga un numero mayor de escaños, aunque con menos votos, que en las elecciones de diciembre. En ese contexto la justificación para conformar un Gobierno de amplia base parlamentaria, que no social, entre PP, Ciudadanos y con uno u otro formato del PSOE, estará servida. Ni que decir tiene -hay que reconocer que lo están diciendo y haciendo por activa y por pasiva, aunque es verdad que no hay mayor ciego que el que no quiere ver- que en todos los frentes el Régimen del 78 va a profundizar en el carácter antisocial y antidemocrático del de la pasada legislatura.
En este escenario, un amplio bloque de Diputad@s y Senadores/as progresistas sería un contrapunto de gran importancia a ese Gobierno de la reacción. Teniendo en cuenta muy especialmente que la movilización en la calle, como expresión principal de la oposición a esa política reaccionaria que nos espera para los próximos dos años, va a ser extensa e intensa.
Pero para que haya comunión entre el movimiento social y un bloque parlamentario progresista, éste tiene que responder a las expectativas de las clases populares, cada vez más hartas de la nueva y de la vieja política. Y esa respuesta incluye la conformación del proyecto por el que pueda salir tal bloque parlamentario.
La confluencia de UP con Podemos para dar impulso a esas candidaturas, era, es aún, una gran oportunidad para avanzar en la dirección señalada; pero para nuestra profunda preocupación, las informaciones que aparecen en la prensa, no tenemos otra, dan una imagen muy diferente de la que es deseable y útil. Cada vez más lo que transciende es que es una negociación totalmente “por arriba” entre IU (o al menos su sector mayoritario) y Podemos, con una importante inquietud además por el reparto de los potenciales escaños. UP queda completamente al margen del proceso, aunque hay que recordar que ha sido a través de UP como se han obtenido los dos escaños actuales y casi el millón de votos.
Es obvio que dentro de esa plataforma de confluencia que es UP, IU tiene un peso esencial, que desde luego reconocemos y respetamos, pero sería bueno también recordar algunos datos. En Valladolid, provincia en la que IzCa tuvo una mayor presencia en la campaña de diciembre pasado, fue donde UP obtuvo el mayor porcentaje de votos en toda Castilla; y que Doris Benegas, que encabezaba la candidatura el Senado, obtuvo más votos que los obtenidos por la candidatura al Congreso, a pesar del temor de algunos sectores que creían que esa circunstancia, la de que Doris encabezara la candidatura, nos perjudicaría electoralmente. En la provincia de Madrid en la que la militancia castellanista tuvo también un papel significativo, los resultados permitieron obtener l@s d@s únic@s diputad@s conseguid@s. Dicho esto con toda humildad.
Desde IzCa seguimos creyendo muy sinceramente y apostando por el proyecto de UP, y a pesar de las importantes diferencias ideológico-políticas, también creemos en la confluencia con Podemos, pero concebida como un paso más en la ampliación de la confluencia política bajo esa filosofía de construir la unidad popular.
Hacer un proceso, en el que se da por inexistente de hecho a Unidad Popular y se configura a IU como único representante del proyecto en el que venimos trabajando, ignorando a las centenares de personas sin afiliación partidaria y a otras organizaciones -como es nuestro caso- que venimos trabajando en el proyecto, nos parece totalmente inapropiado, desde el punto de vista ético; pero aun mucho peor si cabe, nos parece un tremendo error político.
La gente, como decíamos antes, está harta de la vieja y de la nueva política del Régimen y la tendencia a la abstención, absolutamente legítima, es muy fuerte entre los sectores progresistas. Sólo una candidatura-plataforma que de forma ética, transparente, participativa y políticamente coherente entre UP y Podemos podrá neutralizar esas tendencias y ser un elemento de esperanza para el Pueblo Trabajador.
Desde IzCa queremos dejar meridianamente claro que no compartimos un proceso por arriba, que sólo conduzca a un reparto de los potenciales escaños..
No tenemos aspiración a puestos institucionales, pero tenemos una trayectoria clara y coherente de comunicar, conectar, la lucha social con la lucha política. Un proceso de confluencia de UP-Podemos puede servir para ello si reúne los requisitos que hemos señalado, además de una exigencias políticas generales tales como impulsar la derogación de todas las leyes antipopulares aprobadas en la anterior legislatura, facilitar la dinaminazión de los procesos democráticos constituyentes así como las condiciones de vida de las clases populares.
Decíamos al principio de este escrito que el Régimen actual está en una gravísima crisis, pero que puede sobrevivir largos y durísimos años; solo si somos capaces de ir articulando un proceso alternativo al Régimen actual con todas las fuerzas sociales y políticas interesadas en ello, y que tenga además plausibilidad, conseguiremos acabar con esta pesadilla.
El proceso de confluencia con Podemos puede ser un paso en esa dirección o todo lo contrario, depende de cómo se haga. Si se hace mal, los resultados no podrán ser buenos.
Si alguien tiene esperanzas en la formación de un «Gobierno a la Portuguesa» después de la repetición de elecciones debería desengañarse. El Estado portugués poco tiene que ver en su realidad estructural y política con el Estado español. Precisamente, entre otras razones, por su carácter de Estado plurinacional.
Izquierda Castellana.
Valladolid (Castilla) a 29 de abril de 2016.