Diario de Vurgos
Menos de un año después de que el barrio de Gamonal fuese protagonista de uno de los conflictos sociales más intensos que se hayan registrado en la historia más reciente de nuestro país, las calles del conocido barrio burgalés han vuelto a ser testigo de nuevos enfrentamientos que vuelven a tener una vez más como trasfondo y causa última la especulación urbanística.

Desde hace meses la Asamblea contra la Especulación lleva realizando movilizaciones contra la remodelación de la Plaza de Toros de Burgos en protesta contra lo que es percibido por un amplio porcentaje de la población burgalesa como una nueva concesión a los poderes feudales que controlan desde la sombra los designios de la ciudad. Un conflicto que en las últimas semanas se ha visto recrudecido mediante el ninguneo sistemático por parte de las instituciones locales que han respondido con la militarización de las inmediaciones del coso burgalés.

Si hay un responsable de los sucesos que ayer jueves se vivieron en Gamonal, si es necesario buscar un culpable del nuevo estallido que ha convertido nuevamente las calles de Burgos en un campo de batalla, este tiene sin duda nombre y apellidos: Antonio Miguel Méndez Pozo. Responsabilidad de la que no quedan exentos ni toda su cohorte de vasallos políticos, ni todos sus plumíferos a sueldo de los intereses del cacique y de la especulación urbanística.
El ninguneo por parte de los responsables políticos del Ayuntamiento de Burgos hacia las protestas sociales, la constante manipulación mediática a la que se ve sometida toda reivindicación ciudadana por parte de la artillería pesada del Grupo Promecal si este atenta contra los intereses económicos de su propietario, Antonio Miguel Méndez Pozo, en cuyo palmares consta ser el primer empresario condenado en España por corrupción urbanística, y la militarización de la inmediaciones de la Plaza de Toros con la llegada de numerosos efectivos de antidisturbios, no dejaba de presagiar los acontecimientos que han provocado una vez más que las calles de Burgos se hayan convertido en el escenario de una nueva batalla.
La protesta social contra la especulación continúa con nuevas movilizaciones hasta conseguir el objetivo: paralizar las obras de la Plaza de Toros y detener la especulación urbanística.
Burgos Dijital:
Por Burgos Dijital
La manifestación que había comenzado con total normalidad desde la Plaza del Cid se ha visto truncada debido a la tensión de la zona militarizada de la Plaza de Toros. Los manifestantes que habían llegado desde el centro iban a proceder a un rodeo de la plaza de toros pero este se ha visto interrumpido por una agresión aislada de un agente contra uno de los manifestantes, y no precisamente un joven “exaltado”. A partir de ahí la gente ha protestado enérgicamente y con gran contundencia contra la policía que allí se encontraba.
Los agentes han procedido a rodear a los manifestantes por lo que se han generado momentos de mayor tensión. La manifestación abruptamente interrumpida por este hecho ha transcurrido hacia la calle Vitoria donde ha finalizado y donde los manifestantes se han separado en diversos grupos, muchos de ellos continuando hacia Gamonal. Algunos manifestantes han cortado la Calle Vitoria con el derribo de algunos contenedores.
Otra vez, una vez más; ya van muchas manifestaciones y acciones en busca del entendimiento y el consenso. Pero el gobierno de Burgos no ha dado respuesta a las peticiones de paralización de unas obras hasta que la ciudad se expresara al respecto. Una gran parte de una hastiada ciudadanía entiende que el alcalde solo defiende intereses espurios ajenos a los democráticos. Muchos burgaleses y burgalesas tienen la sensación de encontrarse a merced de señores feudales que gobiernan desde atrás, y que Lacalle no es sino un triste capataz. Lacalle y su banda son autoritarios porque sirven y trabajan para transferir rentas de los trabajadores hacia una casta empresarial que crea pobreza, y destruye oportunidades. Los burgaleses quieren decidir qué se hace en Burgos y cómo deben emplearse sus impuestos cada vez más altos porque la casta político-empresarial de la ciudad la ha endeudado hasta el tuétano. Muchos burgaleses están hartos de decisiones despacheras de unos cuantos personajes que piensan que tener una calle más moderna es mejor que facilitar el acceso de la población a la cultura, a los derechos y servicios sociales. No nos engañemos, todo va de la mano. En Burgos, todo va de la mano. Por lo que se va viendo (operaciones púnicas mediante), todo está emponzoñado. Desde las obras más insignificantes, las adjudicaciones más desiguales, hasta las más “grandiosas”; porque ya me dirán qué tiene de grandiosa la parcial reforma de la plaza de toros que nos quieren colar, salvo su precio.
Hay gente que se mantiene indiferente; no son conscientes de que es su dinero lo que se está traspasando de su cuenta corriente a la de los magnates que mueven los hilos de lo que ocurre en la ciudad. Otros, responsables con su conciencia, salen a la calle a exigir que lo que es de todos, no se malgaste; que no se “desvíe” a la saca de algunos insaciables devoradores de dinero ajeno. Mañana todos los medios hablarán de contenedores quemados. Nosotros hablamos de personas quemadas. Quemadas por el hartazgo y el hastío que provoca la corrupción de sus gobernantes, la especulación con sus ahorros, la brutal represión de sus opiniones (policial: cascos, porras, lecheras, para tratar de neutralizar por la fuerza si es preciso a cualquiera que alce la voz contra tanto atropello).
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La manifestación ha partido de la Plaza del Cid |
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Muchos millones de euros sacados de los impuestos de la cidadanía |