Agencias
TERESA ROMERO
Sobre el motivo del contagio, la auxiliar considera que siguió el protocolo «como lo hacemos aquí habitualmente» y niega ser la responsable. «Yo creo que no, no la tengo yo. ¡Cómo voy a ir a contagiarme el ébola aposta!«, ha exclamado. Asimismo, Romero ha admitido no recordar si, tras confirmarse el positivo por ébola y ser ingresada, fue entrevistada por el equipo médico que la atendía y dijo haberse tocado con el guante, como aseguró uno de los médicos. «En ningún momento lo he reconocido», ha aseverado.
La paciente, en cambio, sí ha relatado la última vez que entró en la habitación de García Viejo, cuando ya había fallecido. Durante ese día dice haber estado unos 50 minutos dentro cuando el misionero «ya se había ido» para «recoger toda la habitación» y doblar y precintar el colchón, sin un supervisor fuera que controlara sus movimientos como había sucedido en otras ocasiones. «Tardamos bastante tiempo», ha reconocido, lo que hizo que se encontrara «un poco agobiada, pero cansada no».
Romero ha insistido en que desde ese momento se tomó la fiebre dos veces al día como establecía el protocolo. «Si no se ha borrado lo tengo apuntado en el teléfono», puntualiza. Asegura que cuando se produjeron las primeras décimas acudió al centro de salud, donde advirtió de que había estado en contacto con pacientes con ébola. Pese a ello, la médico que la atendió sólo le mandó paracetamol. «Nada más», ha zanjado la auxiliar.
Por otro lado, la paciente considera que el consejero madrileño de Sanidad, Javier Rodríguez, es un «irresponsable» tras acusarle de haber mentido y haber cuestionado la dificultad de ponerse y quitarse los trajes de seguridad que necesitan, y pide que se exijan responsabilidades por la muerte de su perro. «El animal es inocente, qué culpa tiene el animal que está en casa tranquilo y tienen que venir a cogerle y asesinar al perro», ha lamentado.
Sobres sospechosos
Cuatro sobres enviados a los Juzgados de lo Mercantil de la Gran Vía con un mensaje alertando de que contenían ébola obligó este lunes a activar a los Técnicos Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) de la Policía Nacional. Al abrirlos, las secretarias observaron que en el interior de uno de ellos había un papel doblado con un trozo de tela roja que ponía ébola. Por eso, llamaron inmediatamente a la Policía Nacional, que activó el protocolo para riesgos nucleares, radiológicos, biológicos y químicos (NRBQ).
Los agentes, provistos de los correspondientes trajes, llegaron al lugar para recoger los sobres, lo que obligó a desalojar el edificio. El procedimiento terminó a las 15.30 horas, cuando los funcionarios pudieron regresar al trabajo con normalidad. Hasta el lugar llegó también una ambulancia del Samur-Protección Civil, que activó también su protocolo y examinó a dos secretarias y a otros dos personas más que estaban cerca de ellas, ha informado un portavoz de Emergencias Madrid.
La Policía ha trasladado los sobres para comprobar qué contenían realmente y ha abierto una investigación para la localizar a su emisor o emisores, ya que se trata de un comportamiento delictivo.
JAVIER LIMÓN
Acompañado por su abogado José María Garzón, Limón daba este pasado lunes una multitudinaria rueda de prensa pocas horas después de abandonar el Hospital Carlos III de Madrid. Su salida se ha producido a primera hora de la mañana tras permanecer ingresado durante el periodo de cuarentena establecido por los protocolos de seguridad. Mañana se procederá a la desinfección de su casa para que pueda volver.
«Ahora es el momento de exigir responsabilidades y de limpiar la imagen de todos. Teresa nunca ha sido culpable», ha aseverado ante una sala repleta de periodistas, donde ha adelantado que sus abogados ahora estudiarán las acciones legales a emprender contra el consejero, para quien ha pedido su dimisión, y para reclamar en los tribunales por el sacrificio del perro.
Además, el abogado José María Garzón ha señalado que habrá que valorar si los incumplimientos de los protocolos pudieron poner en peligro la vida de Teresa, que aún permanece ingresada en el hospital pero sin carga viral.
Tras comenzar pidiendo que se tenga en cuenta que no está acostumbrando a esta situación tan mediática, Javier Limón ha querido dar las gracias por la atención que han tenido los medios, ya que sin ellos «este asunto tan mal tratado por los políticos» habría pasado por desapercibido.
«Quiero dar las gracias a todas las personas que nos han dado su apoyo. Al personal sanitario, a los héroes desconocidos. Gracias a ellos por su profesionalidad y poner en riesgo su vida. Creo que es justo decir que la Sanidad está hecha por personas. La Sanidad española es una de las mejores», ha dicho.
Asimismo, ha destacado que el caso de su mujer es «único en el mundo» y ahora se podrá escribir su historia, «una historia plagada de errores, desaciertos y falta de control político». «Esta historia tiene un protagonista que es el ébola. Ha matado a miles de personas y sólo nos ha preocupado cuando ha llegado a Europa. Espero que esto sirva para estudiar la enfermedad y se encuentre una vacuna», ha señalado.
Tras agradecer la labor de la que ha sido la portavoz de la familia, el marido de Teresa ha destacado que ahora ha llegado «el momento de exigir responsabilidades y de limpiar la imagen de todos».
Así, ha subrayado que su mujer «nunca ha sido culpable», en alusión a que pudo tocarse la cara con uno de los guantes, y ha insistido en que solo se le puede achacar su amor «a la profesión y entrega a los demás».
«Se entregó de forma voluntaria y nadie comprobó que salió mal y eso casi le lleva a la muerte. Y hablo del consejero Javier Rodríguez, que ha puesto en su boca cosas que nunca dijo como que no sabía ponerse el traje. Eso es una doble falta de respeto personal y profesional porque se jugó la vida para curar a otros», ha apostillado.
Aunque ha dicho que «hoy es un día para agradecer», sí ha adelantado que también lo es de «depurar responsabilidades» y, por ello, se emprenderán acciones legales contra el consejero, de quien ha dicho que no acepta las disculpas públicas que realizó la pasada semana en la Asamblea de Madrid por «matar a su perro y casi matar a su mujer». Además, ha contado que no quiso recibirle en el hospital Carlos III.
También ha querido hacer especial mención a la hermana Paciencia y al personal sanitario y médico del Hospital Carlos III, así como a sus enfermeras, auxiliares, celadores y demás trabajadores por «salvar la vida» de su esposa.
«Les debo que me hayan devuelto a mi mujer y podamos hablar de un futuro juntos. Queremos volver a nuestra vida», ha dicho para añadir que esta vida no será la misma por «la ejecución» de su mascota, que era como un hijo para ellos.
«Era el hijo que nunca tuvimos. Recuerdo sus pisadas nerviosas en la casa, su calor en mi regazo, sus caricias eran necesarias. Recuerdo todo aquello que me han arrebato y que ni mi mujer, ni yo volveremos a sentir. A nadie le importó lo relevante que es un animal para una familia sin hijos. Fue ejecutado sin la oportunidad de reclamar que no era necesario», ha señalado.
Así, ha reprochado que nunca se comprobó si estaba infectado y ha reseñado que se «actuó de forma precipitada» porque «apenas se consultó», recordando que ha habido científicos que han dicho que hubiera sido un modo de estudiar el virus.