La dirección del centro, que no había informado previamente a los padres, denuncia que la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid les debe el 70% de la subvención anual
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Imagen de archivo de las batas de los niños de una guardería.EFE
La guardería y escuela de educación infantil La Comba, en el municipio madrileño de San Sebastián de los Reyes, ha sorprendido este jueves a los padres que han llevado a sus hijos al centro para el primer día de clase, anunciando que ha suspendido el servicio de desayuno y comedor.
En una nota distribuida a los padres, el centro público alega que la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid solo ha pagado el 30% de la subvención anual y que han recibido ni un céntimo desde el pasado mes de abril. En consecuencia, La Comba dejó de pagar en mayo a los proveedores de comida, que ahora se niegan a seguir suministrando productos hasta que no se les pague lo adeudado.
«¿Nos iban a mantener oculto que nuestros hijos no comen en la guardería?»Los padres, que no se han enterado de la situación del centro hasta el último momento, han tenido que «movilizarse por su cuenta», explica a Público Patricia, madre de uno de los pequeños afectados. «He tenido que buscar a la niña para llevarla a casa y poder darle de comer. Gracias a dios yo estoy de excedencia hasta el mes de octubre y he podido recogerla antes de su hora de salida», manifiesta.
«No se que han hecho los padres que estaban trabajando», continúa Patricia, aunque sospecha que «hay niños que se han quedado sin comer. En la clase de mi niña las profesoras les han dado galletas que han traído ellas». Se pregunta cuáles eran los planes de la escuela: «¿Nos iban a mantener oculto que nuestros hijos no comen en la guardería?».
El centro, que ha cobrado a los padres el importe completo del suplemento de comedor (unos 130 euros), les ha pedido que transmitan las quejas a la dirección territorial de la Consejería de Educación. «Si la cosa se alarga nos tendrán que ofrecer una solución alternativa porque los niños no pueden estar en el cole sin comer», suspira Patricia.