Homenaje al maestro Gerardo Muñoz y Muñoz

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Memoria Histórica

El pasado martes 24 de junio tuvo lugar, a las 19:00h, un acto de homenaje organizado por la Junta Republicana de Móstoles (integrada en la JER) y por activistas de la Marea Verde, para honrar la memoria del maestro republicano Gerardo Muñoz y Muñoz, fusilado el 24 de junio de 1939 al acabar la Guerra Civil.

El acto, al que asistieron en torno a treinta o cuarenta personas, tuvo lugar en la céntrica plaza de Ernesto Peces, junto al monumento que honra a los maestros, lugar en el que también se encuentra el edificio erigido en 1883, que albergó las Escuelas Municipales durante más de medio siglo y, por tanto, donde dio clases y vivió el homenajeado.

Comenzó el homenaje el portavoz de la Junta Republicana de Móstoles, Jesús Fuentes, quien megáfono en mano explicó los motivos del acto y recordó la labor desempeñada por los maestros durante la II República, muchos de ellos represaliados por el franquismo. Se hizo patente la reivindicación republicana y, al mismo tiempo, del papel de la enseñanza pública, que envolvían al evento. No obstante, se vieron varias camisetas verdes y banderas tricolor.

A continuación tomó la palabra David Martín, historiador de Móstoles y portavoz de la Comisión de Memoria histórica de la JER local, quien leyó una pequeña biografía de Gerardo Muñoz, así como un poema escritor por un compañero de prisión del mismo y otro que el homenajeado dedicó a su esposa, María Unzue, antes de morir fusilado.

Por último, se dio la voz a Celia Muñoz, hija del maestro Gerardo, invitada de honor al acto, quien vino acompañada por su familia. Celia habló emocionada sobre su padre y se le obsequió con un ramo de flores por parte de la Marea Verde y con una bandera tricolor por parte de la JER.

Es notorio que el homenaje ha molestado a algunos. Al comienzo del acto un espontáneo quiso interrumpirlo, arguyendo que D. Gerardo Muñoz era un asesino, la misma mentira que causó su muerte en 1939 y que aún hoy, 75 años después, mantienen algunos nostálgicos del franquismo.

Biografía de D. Gerardo Muñoz

Gerardo Muñoz y Muñoz nació en 1894 en Malpartida de Plasencia (Cáceres),  hijo de un jornalero que falleció cuando él tenía 11 años, teniendo su madre que recluirles a él y sus hermanos en un internado, el Colegio de Hermanos Calistos de Plasencia, donde se formó como maestro. Vino a Madrid a cumplir el servicio militar en 1915 y aquí conoció a María Unzúe Ortiz, con la que se casó y tendría cinco hijos. En 1921 obtuvo el título de magisterio y en 1922 se hizo cargo de la escuela de niños de Móstoles, pues en esa época las escuelas separaban a los niños y las niñas, con un maestro para ellos y una maestra para ellas. Desde marzo de 1928 daba charlas vulgarizadoras y colaboraba con el periódico de su pueblo, El Gladiador, publicando allí artículos sobre educación.

Su firme vocación republicana quedó patente cuando en las históricas elecciones municipales del 12 de abril de 1931 se presentó como candidato por la conjunción republicano-socialista, actuando como interventor de la misma en la mesa electoral. Más tarde ingresaría en Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña, y sería promotor de las Juventudes Socialistas Unificadas en nuestra localidad.

En Móstoles, a raíz de las históricas elecciones generales de febrero de 1936, que permitieron al Frente Popular formar Gobierno, se constituyó el 1 de marzo una Comisión Gestora formada por un alcalde y concejales socialistas y republicanos, en la que Gerardo se integró como representante de Izquierda Republicana. Al empezar la guerra, en julio, esta Comisión se unió con los miembros de la Casa del Pueblo en un Comité del Frente Popular para coordinar a nivel local la defensa, los transportes, el abastecimiento, etc.

Sin embargo, Gerardo abandonó Móstoles el 22 de octubre para irse a Madrid, donde pasó a ser director del Grupo Escolar Carmen de Burgos, pero enseguida se suspendieron las clases y Gerardo pasó a ejercer tareas políticas y del sindicato Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza. Participó en las Milicias  de la Cultura del Ejército del Centro, el Batallón “Félix Bárcena”, acudiendo a diario al frente a enseñar a los milicianos a leer y escribir, para lo que creó una cartilla educativa para enseñarles a corto plazo a comunicarse por carta con sus familiares.

Aunque era anti-militarista, sirvió forzosamente en el Ejército Popular de la República entre el 20 de enero y el 22 de marzo de 1939, como soldado en un Batallón de Ingenieros de Fortificaciones, licenciándose el día 23. Pocos días después Madrid caía en manos de Franco y el 1 de abril éste impuso la rendición incondicional. Gerardo, como otros muchos, temiendo las represalias por su activismo republicano y de izquierdas, se vio obligado a exiliarse, acudiendo al puerto de Alicante a intentar salir del país por barco, pero los miles de españoles allí estantes fueron detenidos por los vencedores e internados en el campo de concentración de Albatera, donde sabemos que estaba Gerardo el 6 y el 19 de abril. El 12 de mayo fue llevado a comparecer ante el puesto de la Guardia Civil de Móstoles, para dar cuenta de su actuación como miembro del Comité del Frente Popular; allí seguramente fue torturado para declarar lo que los fascistas querían; no obstante, en el informe hecho ese día por el sargento del puesto, consta que Gerardo se confesaba autor moral, con sus predicaciones, de todos los desmanes cometidos en Móstoles bajo lo que ellos llamaban “la dominación marxista”. Después estuvo en varias cárceles, diciendo unos que en la de Yeserías y otros en la calle de Torrijos, pero en sus cartas de junio dirigida a su esposa y familiares, aclaraba estar preso en la de Porlier. El 16 de mayo el alcalde de Móstoles dirigió un informe político-social al juez militar que instruía el proceso sumarísimo, en el que hacía responsable a Gerardo de todos los asesinatos de gente de derechas ocurridos en Móstoles en los primeros meses de la guerra. Naturalmente, el 17 de mayo, Gerardo expuso ante el juez militar que esa acusación era falsa, y de hecho hemos podido constatar que es bastante improbable que ni él ni el Comité del Frente Popular tuviesen responsabilidad directa en aquellas muertes. Pero no le valió de nada, ya que el Consejo de Guerra celebrado el 24 de mayo le condenó a él y a otros miembros del Comité a pena de muerte, “con las agravantes de perversidad y trascendencia”. Aquello no eran juicios justos, puesto que los jueces, militares franquistas, daban todo el crédito a los informes de las autoridades fascistas como el alcalde, párroco, jefe local de Falange, etc. y negaban la defensa a los acusados.

Gerardo fue fusilado el 24 de junio de 1939, hace ahora 75 años, en el cementerio de la Almudena, junto a los seis siguientes mostoleños:

*Modesto Montero Arribas: alcalde de Móstoles. Fundador y presidente de la Casa del Pueblo, presidente del Comité.

*Segundo Arribas Aguado: gestor del ayuntamiento y 2º teniente de alcalde, directivo de la Casa del Pueblo

*Valeriano Jara López: secretario de la Casa del Pueblo

*Francisco Reyes Moreno: conserje de la Casa del Pueblo y cobrador de la Sociedad de Oficios Varios.

* Andrés Piñeiro Díaz

*Enrique López Domínguez.

 

Gerardo dejó una viuda y cinco hijos, de los cuales dos murieron de hambre en la posguerra. Su esposa, María Unzúe, estuvo encarcelada más de dos años.

 

No se conformaron las autoridades franquistas con fusilar a Gerardo Muñoz, sino que además le expulsaron de forma póstuma del magisterio. La Comisión superior dictaminadora de expedientes de depuración le separó del cargo definitivamente y causando baja en el escalafón con pérdida de todos los derechos que pudo haber adquirido, el 24 de noviembre de 1940.

 

Merece la pena leer los breves versos que le dedicó su compañero de prisión Francisco Román Aparicio, fusilado después de aquel en el Cementerio del Este:

 

Presencié ya tres veces la salida

de hombres que jamás han de volver.

Pero al oír tu nombre de partida

la emoción embargó todo mi ser.

A la brutal llamada de la muerte

acudiste con ánimo tranquilo,

mostrando en la mirada que eras fuerte

y aceptando sereno tu destino.

 

 

Por último, y con permiso de su hija Celia, procedo a leer el emotivo poema que Gerardo dedicó a su esposa antes de ser fusilado:

 

A mi esposa María Unzúe:

«Cuando esto vean tus ojos

yo dejé de existir

para todos

pero no para ti…

La maldad de los hombres

hizo presa en mis carnes;

padecí los horrores,

del odio y la barbarie.

Recorrí mi calvario,

entero y con firmeza,

y solo tu sudario,

enjugó mi flaqueza.

Sana y honestamente,

vivimos nuestra vida,

digno llegué a la muerte;

con honra, sin mancilla.

Al entregar mi cuerpo

para siempre a la tierra

con un abrazo eterno

sellamos la promesa.

Nuestro espíritu aún vive

fundido en un afán

en nuestro fruto sigue

ya no se extinguirá.

Si nuevas flores quieres

del huerto de la vida

escógelas con mieles

¡que no tengan espinas!

Nuestra canción eterna

no se ha de interrumpir;

tú vives en la tierra:

yo siempre vivo en ti.»

 

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