La respuesta de Infosa no se ha hecho esperar y ha llegado en forma de despidos y eliminación de retenes, además del ERTE con el que ocho trabajadores pasan de indefinidos a discontinuos trabajando únicamente cuatro meses al año.

Trabajadores graban llamadas telefónicas en nombre de la empresa en las que se ejercen presiones y amenazas para desactivar la lucha de la plantilla por mantener sus condiciones laborales y evitar quedar a merced de un comité de empresa que entendían que no respondía a sus necesidades.
En esta subasta Infosa entró a la baja, ganando el concurso e intentando derivar la reducción de ingresos a los trabajadores mediante el aumento de las horas de trabajo y la reducción de sus salarios, no obstante los trabajadores consiguieron impedir esta maniobra organizándose para protestar y defender sus derechos laborales.
En Enero de 2013 se reunen por primera vez trabajadores de Infosa con algunos miembros del comité de empresa de Matinsa en Chapinería para analizar los movimientos de la empresa y valorar el riesgo de los puestos de trabajo y las condiciones del servicio ya que se especulaba con una bajada salarial del 23 por ciento.
Un mes después de este episodio, se comunicó al trabajador una sanción disciplinaria por bajo rendimiento continuado y voluntario en el puesto de trabajo que implicaba su despido. En el juicio se desestimó por genérica esta sanción y la empresa se ofreció a otorgar el despido improcedente, pese a ello Sierra está litigando por su readmisión en el puesto de trabajo y la consideración de su despido como nulo.
Como respuesta a esta iniciativa de los bomberos forestales han resultado afectados más trabajadores, como Jose Morilla, otro de los trabajadores que se mostraron especialmente activos a la hora de oponerse a los planes de la empresa de recortar sus derechos y empeorar las condiciones laborales. Morilla interpuso una denuncia a finales de 2013 por posible vulneración de derechos del trabajador que se encuentra ahora a expensas de lo que determine la Inspección de Trabajo. El motivo fue su aislamiento del resto de compañeros mediante el confinamiento en la base de Bohadilla. El trabajador, que hasta el momento del conflicto tenía encomendadas tareas de abastecimiento a otros compañeros mediante las cuales gozaba de movilidad y capacidad para hablar con los mismos, pasa desde entonces sus jornadas laborales aislado de ellos en la mencionada base.
En este escenario Infosa, la empresa que dirige Carlos Roldán Curiel y que fue beneficiada por la decisión de su amigo Carlos Mayor Oreja de privatizar el servicio de prevención y extinción de incendios forestales, buscó implantar un convenio de empresa en lugar de atenerse como hasta el momento al convenio sectorial buscando el decaimiento de éste.
El pasado mes de febrero, con los rumores de una posible modificación de los pliegos de condiciones por parte de la empresa, en connviencia con la administración, la plantilla intensificó las presiones para recibir la información que no se les estaba ofreciendo, recogieron firmas solicitando una entrevista con el director general de protección ciudadana y otras acciones, intuyendo que a sus espaldas se estaban gestando maniobras que ponían en peligro sus puestos de trabajo para ahorrar costes.
De los nueve trabajadores del retén de Navalcarnero, ocho aceptaron la primera opción y uno de ellos pidió más información y un plazo de 15 días para poder valorar sus opciones a través del abogado de CNT, acogiéndose al articulo 12 del Estatuto de los Trabajadores. Al día siguiente se le comunicó su despido.
La plantilla, muy cohesionada, anuncia movilizaciones y acciones legales negándose a asumir los costes de unos recortes que no han decidido y que sólo benefician a unos pocos.