El Pueblo no olvidará

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Venimos diciendo desde hace algún tiempo que el único proyecto real que ofrece el Régimen es el del empobrecimiento generalizado acompañado de la españolización más cañí. Ante la resistencia popular a ambos procesos y ante las dificultades para seguir reproduciendo los esquemas de dominación tradicionales, el PP ha acometido una serie de iniciativas de evidente carácter represivo, que se sustentan en la criminalización más absoluta de la protesta social, no digamos de la protesta política y los procesos de construcción de alternativas rupturistas con el Régimen del ‘78.

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Tras un fin de semana de militarización absoluta de la ciudad y mucha tensión social con el teatro de fondo de la Convención estatal del PP en el auditorio Miguel Delibes, lo que ha ocurrido el domingo no sorprende ni a propios ni a extraños; entra dentro de la normalidad procedimental con la que vienen trabajando en los últimos meses las fuerzas de choque tras las que se parapetan los auténticos criminales. Lo hemos visto recientemente en Gamonal, lo hemos visto en Alcorcón, lo hemos visto en Lavapiés y de una forma sistemática en Madrid, auténtico referente de la lucha popular contra el sistema en Castilla. Entre sus argumentos preferidos está el de la fuerza extrema, pero somos extremadamente más fuertes que ellos y ellas; pueden destrozarnos el cuerpo, pero jamás van a quebrantar nuestro espíritu ni nuestras aspiraciones de justicia social y de un futuro digno para este pueblo.

 

 

La carnicería de este 2 de febrero es un buen ejemplo de la normalización y extensión de estas torpes maneras de actuar contra un pueblo que ya no es ni será dócil. Algunas decenas de personas, al grito de “vuestros sobres son nuestros recortes”, protestábamos pacíficamente frente al restaurante donde estaban reunidos varios dirigentes populares. Inmediatamente, los prodisturbios rodearon a los manifestantes y sin mediar palabra cargaron a patadas, puñetazos, porrazos y empujones, sin que faltasen tampoco amenazas de muerte e insultos tales como “parásitos sociales” o “terroristas”. La increíble velocidad con la que actuaron las Unidades de Intervención Policial deteniendo, identificando y partiendo huesos queda recogida en numerosas pruebas gráficas y en los testimonios de los viandantes ajenos a la protesta. La actitud valiente e indoblegable de las personas detenidas, vejadas y heridas, especialmente de la compañera Encarni, que continúa hospitalizada, contrasta enormemente con las vergonzosas declaraciones del Subdelegado del Gobierno y con la “versión de los hechos” que trasladan las fuentes policiales; ante la gravedad de lo acontecido y del estado de salud de Encarni están tratando de justificar su brutalidad mediante un montaje insostenible que ya nadie está dispuesto a comprar.

El banquete que se dieron este domingo los cargos del PP en un céntrico restaurante salió muy caro. Aparte de la factura de la comilona que se pegaron, que huelga decir que pagamos nosotr@s bien directamente o bien en B, hay otra factura que les va a tener un coste mucho mayor: la factura política. Y es que pueden tener claro -tanto los agresores como los responsables que dieron la orden- que los hechos brutales del domingo no van a quedar impunes ni les van a salir gratis. El pueblo no olvidará.

Darío López, militante comunero

 

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