La presión popular suspende un desahucio en Valladolid

Comparte este artículo:
Vanesa, megáfono en mano, agradece el apoyo vecinal.

Vanesa, megáfono en mano, agradece el apoyo vecinal.

Vanesa y sus dos bebés estuvieron sometidos a una angustiosa espera durante 4 horas

La presión popular ha conseguido suspender el ‘desahucio por precario’ de Vanesa, de 26 años y madre de dos bebés, de la casa que ocupa en la calle Papagayo. La decisión de suspender el desahucio, que tardó cinco horas en llegar, fue recibida con entusiasmo por las personas concentradas ante la vivienda desde las 9 de la mañana y que iniciaron una manifestación hasta la calle Cigüeña número 21, sede de una sucursal del Banco Popular cuya fachada recibió una nueva lluvia de huevos, tras la lanzada ayer contra las oficinas centrales de Bankia,  por la subasta de otra vivienda.

La movilización había comenzado hace días por StopDesahucios 15M Valladolid con una convocatoria para mostrar la «indignación ante la situación en la que se encuentra una madre y sus hijos, dos bebés de 18 y 4 meses, que van a ser desahuciados por la financiera ‘IM PASTOR 3’, Fondo de Titulización Hipotecaria, que está estrechamente relacionada con el antiguo Banco Pastor, ahora Banco Popular».

«Hemos intentado negociar», decía StopDesahucios 15M Valladolid, «con el Banco Popular para que actúe de intermediario y solo ha contado mentiras, negando su relación con la financiera, siendo evidente la misma. Además, de hacer imposible la mediación con la financiera, para poder evitar la situación de desahucio».

El llamamiento de «¡No más gente sin casa, ni más casas sin gente! y «¡No podemos permtirlo!» tuvo eco, y más de doscientas personas se han concentrado ante la vivienda objeto de desahucio.

Cronología

Miércoles 29.

22.00 horas. Vanesa abre la puerta a cinco activistas de StopDesahucios 15M Valladolid decididos a pasar la noche con ella. Algunas cajas de cartón delatan la posibilidad de un posible abandono de la vivienda por la fuerza.

Jueves 30.

03.00 horas. El sueño empieza a hacer mella, y los cinco activistas y Vanesa, apagan las luces. La niña mayor duerme en una habitación desde hace horas; su hermana pequeña, aquejada de una fuerte bronquistis, pasa la noche en la casa de su abuela.

08.00 horas. Los activistas cuelgan una pancarta de su grupo desde una ventana del edificio.

09.00 horas. Hora de la cita. Desde hace minutos, son ya varias las decenas de personas concentradas ante el número 4 de la calle Papagayo. En el interior, Vanesa da el biberón que su hija, tumbada en un sofá, devora sin rechistar.

09.15 horas. Una pareja, vecinos de Vanesa, en una situación similar a la suya, a muy pocos metros, acude a dar ánimos y comenta que: «En el banco [BBVA] me han dicho que me vaya porque sino me envían a los ‘geos'». Tras asomarse a una ventana, se oye: «Tenía que estar aquí todo Pajarillos. No veo a ningún gitano», quien lo dice lo es. [A lo largo de la mañana, la realidad desmiente sus palabras. Payos y gitanos ocupan la calle Papagayo].

09.30 horas. Hay mucho movimiento, dentro y fuera del inmueble. Vanesa confiesa que cada vez está más nerviosa.

09.45 horas. La estrecha escalera está bloqueda por personas, un tapón humano que une el portal con la casa de Vanesa, según el plan previsto por StopDesahucios 15M Valladolid.

10.00 horas. Por las calles adyacentes aparecen las primeas grilleras de la policía. «Se acercan. Pero todo está bien», le transmiten a Vanesa, que ya no se separaría de la ventana en toda la mañana. La policía permanece estacionada a una distancia prudencial a la espera de órdenes.

11.00 horas. La letrada Doris Benegas informa a los concentrados que «la orden de desalojo no ha sido retirada. Hay que seguir vigilantes».

11.30 horas. Se informa por megáfono que en Madrid se ha paralizado un desahucio por la presión popular. Gritos de alegría entre los concentrados, cuyo número ha descendido. El tiempo transcurre lentamente y la normalidad solo se ve rota por un vehículo de la policía municipal que quiere entrar desde Cigüeña y que un grupo de personas se lo impide, ante la sospecha de que venga a abrir paso al secretario judicial, que se espera desde las 9.45.
-Por aquí no pasáis, manifiesta un vecino plantado delante del vehículo.
-¿Quién lo dice?, pregunta el agente copiloto, ya fuera del coche.
-Yo.
Tras aclarar que nada tienen que ver con el desahucio, el vehículo arranca a toda velocidad, entre gritos de «¡Fuera de aquí!».

13.10 horas. Llega la frase esperada durante toda la mañana: «El desahucio se ha suspendido», quien lo comunica es Victoria Hernando, otra letrada de StopDesahucios 15M Valladolid. Los gritos de «Sí se puede, sí se puede», no la dejan continuar durante unos minutos. La abogada informa que la procuradora ha comunicado la suspensión «en el día de hoy».

13.20 horas. Vanesa, desde la ventana de la que no se ha movido, dice sonriente: «Muchas gracias por apoyarme. Hoy he sido yo, mañana podéis ser uno de vosotros». Sus palabras son respondidas con una ovación, que cuando se apaga, se puede oír a algunos de los activistas. «Tenemos que seguir buscando una vivienda para esta mujer. Es una vergüenza que ayer durante todo el día la concejala Rosa Hernández no se haya puesto al teléfono. Hay que insistir», dicen.

13.25 horas. Una manifestación se dirige a la sucursal del Banco Popular por la calle Cigüeña, a los gritos de «Ni un desahucio más», «El próximo desahucio que sea en La Moncloa» y «El próximo parado que sea un diputado». Al frente, sujetando la pancarta, va una sonriente Vanesa. Todos ríen y celebran el éxito del primer desahucio que se para en la capital; en los orígenes de StopDesahucios 15M Valladolid se paró uno en Zaratán.

13.40 horas. Una lluvia de huevos cubre la fachada y vestíbulo de la oficina del Banco Popular. Se da por desconvocada la movilización al grito de «Sí se puede, sí se puede».

Comparte este artículo: