Crónica desde la C/ Vitoria #Gamonal, lunes 13 de enero

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La mañana se caracterizó por una gran afluencia de medios de comunicación y una total ausencia de las máquinas de las empresas constructoras del Bulevar.
La jornada comenzaba con una tranquila y nocturna calle Vitoria, a excepción de la policía dedicada a identificar de manera un tanto brusca a los pocos vecinos que comenzaban a concentrarse en el punto de encuentro. Unas señoras desde la otra acera gritaban: ¡No detengáis a los chavales, que no han hecho nada! Tras los trámites, la policía procedía a retirarse a sus labores de vigilancia en el otro extremo de la calle.

Los/as vecinos/as fueron llegando hasta formar un grupo de entre 150 y 200 personas. Rondaban las siete de la mañana, una hora  temprana y fresca para concentrarse en la “zona cero” de las obras para hacer frente a unas máquinas que no llegaron. Los medios de comunicación también visitaron el lugar, algunos de ellos muy cautelosos y preguntando por la seguridad de los periodistas a los lugareños, especialmente profesionales que venían de Salamanca e incluso un medio procedente de Berlín  que aseguraba que su agencia estaba bastante interesada en el acontecer del conflicto. A medida que avanzaba la mañana, los convocados aumentaron en número y también los medios de comunicación nacionales que entrevistaron a algunos vecinos de Gamonal entre gritos de : ¡Televisión manipulación! con avisos de los concentrados hacia la ética periodística de los grandes medios. Los vecinos repartieron café y chocolate caliente, barras de pan y cerveza sin alcohol. Desde los balcones de una vivienda sonaba el himno a Burgos.

Este asunto se prolongó durante toda la mañana y se llegó a discutir con el periodista de Radio Nacional por haber asegurado entre los manifestantes, cuando grababa su crónica, que existían comercios destruidos. Fue corregido de inmediato por uno de los vecinos para que rectificase en sus declaraciones y cambiase la palabra «comercios» por «sucursales bancarias». Los convocados continuaron con sus toques de atención a la prensa, especialmente cuando un medio de comunicación soltó un DRON con cámara incorporada ante la perplejidad de los vecinos que estaban siendo grabados.

Fue finalmente dicho cachivache volador el único artefacto mecánico que apareció en toda la mañana porque de las máquinas no se tuvo noticia alguna, algo que se asumió como un éxito vecinal y de un barrio unido. En la asamblea los manifestantes aseguraban que no se moverán del lugar para impedir la entrada de las máquinas y que seguirán así, turnándose entre ellos, a lo largo de la semana.
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