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Cabecera de la manifestación |
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Unos 10.000 vecinos se han manifestado a lo largo del último mes en contra de la construcción del Bulevar |
Por Burgos Dijital
Lacalle da una nueva prueba de su debilidad en forma de autoritarismo y se niega a escuchar a los vecinos del barrio más importante de Burgos. Vecinos que en un ejercicio de responsabilidad dicen que no es el momento para acometer esta obra. Debilidad e irresponsabilidad del alcalde porque está demostrando una total incapacidad de variar el rumbo de una política suicida. Lacalle que, en esta ocasión podía haber contado con la complicidad de los vecinos de Gamonal ha preferido convertir a Burgos en el tren de los hermanos Marx. Mientras recorta en personal y sube las tasas y los impuestos, en nombre de la sacrosantos recortes presupuestarios, se empeña en hacer obras que ya casi nadie le pide «Más madera, es la guerra…».
Y ya sabemos donde lleva la política de bulevares. Tenemos la experiencia del otro bulevar: el del ferrocarril. Un bulevar muerto, que nada tiene que ver con los bellos dibujos de Herzog y de Meuron. Dibujitos que le salieron a la ciudad a cojón de Santiago Calatrava. Es preciso recordar que el primer bulevar está inacabado, no hay ni sombra de los bellos tranvías, y han generado unos descampados en pleno centro de la ciudad que tienen todos los visos de permanecer. Eso sí también ha producido una deuda gigante de cerca de 100 millones de euros cuyas costuras apenas comienzan a abrirse por los cooperativistas de la Cellophane. Pero Lacalle, ex-concejal de fomento, es el hombre de los des(cons)tructores de la ciudad, a ellos se debe a pesar de que la empresa principal de la UTE esté al borde de la suspensión de pagos. Los amigos son los amigos, y siguen siendo millonarios aunque sus empresas no paguen a casi nadie.
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Así pintaba el bulevar del ferrocarril en los dibujos de Herzog y de Meuron |
Las máquinas ya están en Gamonal. Es el regalo que el propio Lacalle se quiere hacer a sí mismo para antes de las elecciones. Regalo pagado principalmente con el dinero y la paciencia de los vecinos de Gamonal y del resto de la ciudad. El alcalde que no es capaz de hacer un nuevo mapa de autobuses en dos años de legislatura, depende de una empresa como Arranz Acinas que ya ha dado muestras de incapacidad de cumplir con los plazos de los contratos por impagos a proveedores.
Acaso Lacalle haya esbozado una leve sonrisa atisbando una victoria pero debería andarse con cuidado porque puede ser que se esté metiendo el solo en un avispero peligroso.
Aún con las excavadoras en marcha, en la manifestación del pasado 7 de enero quedó patente que sigue habiendo mucha gente en Gamonal que piensa que Burgos no es de Lacalle sino que la calle es de Burgos.