
Al grito de «Sí se puede» han salido -y han sido recibidos-, minutos antes de las 14.30 horas, los ocupantes del Banco Santander de la calle Santiago. La protesta ha durado en esta ocasión tres horas; la anterior, realizada en dos oficinas de Caja Laboral y Caja Duero de plaza España, el pasado 7 de noviembre, se prolongó durante once horas.
«Estamos en el buen camino. El encierro en el interior del banco es lo único que les fuerza a sentarse a negociar«, dijo Vicky Hernando, una de las letradas del Grupo Stop Desahucios del 15M de Valladolid, a la puerta del Santander tras abandonar el encierro.
«Ha costado mucho», añadió Hernando, «conseguir la reunión, ya que todo su empeño al principio era que abandonasemos el banco, que nos fuéramos. Para ello han utilizado la presión constante de la policía, que no ha cesado de amenzarnos con multas de 3.000 euros a cada uno y la posibilidad de que en el caso de desalojos hubiera lesionados. Pero al final, se han sentado a negociar y han pedido tiempo para estudiar, caso por caso, los de las cinco familias amenazadas de desahucio».
El Grupo Stop Desahucios ha establecido unl plazo de quince días. «A primeros de año o nos dan una solución, o volvemos«, dijo Vicky Hernando, que denunció los intentos del Santander por desvincularse de la financiera Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI): «Los mayores estafadores y mafiosos».
Los afectados, abogados y personas de apoyo han sido recibidos con aplausos por el grupo de personas que ha permanecido a las puertas del Banco Santander portando una gran pancarta en contra de los desahucios y con un equipo de megafonía que difundía «spot» publicitarios de la entidad bancaria apelando a la «confianza de los clientes» y discursos de su presidente, Emilio Botín, al que han recordado de forma reiterada el deseo de verlo colgado de un pino.
Encerrados y acompañantes se han dirigido todos juntos a la plaza Fuente Dorada por la calle Santiago y Plaza Mayor coreando, entre otras, los siguientes consignas: «La ley de Gallardón, defiende al ladrón»; «Ni un, ni un desahucio más»; «El pueblo unido jamás será vencido»; «Esto es una olla a punto de estallar; viviendas sociales, dación en pago ya»; «Y banca rescatada, familia desahuciada»; «No son suicidios, son asesinatos», «Rajoy y Cospedal, a Soto del Real»: «Y la banca siempre gana, no me da la gana» y «Se va a acabar la paz social».
La concentración finalizó al grito de: «La próxima vez, volvemos con dinamita».
Mientras se desarrollaba la ocupación del Santander, en una delegación del BBVA en la calle Santiago, otras dos familias presentaban la documentación de otros dos casos pendientes de desahucio. Los responsables del BBVA accedieron finalmente a recibir los documentos de los afectados tras el comentario de que compañeros de los afectados suyos estaban «en la calle, a escasos metros».