En la tarde de ayer varios colectivos feministas y personas que repudian la violencia patriarcal se dieron cita en la Plaza de España de Cuenca. Por un lado Comando Violeta convocaba para las 20h una concentración con motivo del Día Internacional Contra la Violencia Machista, y por otro, media hora más tarde, estaba convocada la habitual concentración que se da los lunes de las semanas en las que alguna mujer ha sido asesinada a manos de un hombre.
Tanto Comando Violeta, como Feministas de Cuenca coincidían en sus manifiestos y comunicados de prensa en criticar la utilización que las instituciones y partidos políticos hacen de la violencia machista para promocionarse a sí mismos y lavarse la cara a través de actos públicos que no convencen ni interpelan a la mayoría de las personas y mucho menos a las afectadas.
“Es absolutamente intolerable que las mismas instituciones que un día niegan la ayuda social a una mujer, que legislan sobre su cuerpo, que la dejan en la calle y que la olvidan, al otro (por un día al año) ocupen los medios de comunicación con sus cifras falsas, con sus lazos violetas y sus voces de conciencia”, afirmaban Feministas de Cuenca. Mientras que Comando Violeta suscribía, “Nuestra percepción es que nunca ha existido una apuesta realmente sincera por combatir la desigualdad”.
Desde Cuenca Alternativa nos acercamos a estos actos y quisimos conocer la opinión de algunas voces críticas feministas destacadas de Cuenca.
C.A. ¿En qué medida las políticas de recortes en derechos y libertades afectan a la violencia que se ejerce contra las mujeres?
Ana Cruz: Afectan a cualquier persona, a cualquier ciudadano, y a la mujer en una sociedad patriarcal y tremendamente machista le afectan el doble. Porque suponen que hay que guardar más silencio, que la víctima es la culpable, que lo privado tiene que ser privado -no se socializa la violencia- y se permite que el maltratador actúe con más tranquilidad, con menos persecución. En este terreno estamos retrocediendo. Si ahora poner una denuncia va a suponer pagar tasas, si el paro femenino es cada vez mayor y el trabajo más precario, la mujer que se quiera separar o marcharse de casa lo va a tener mucho más complicado.
Rosa Zafra: La política de recortes se vio ya en el recorte a los Institutos de la Mujer, y en el cierre de centros de atención a mujeres maltratadas. Pero, más que de recortes hablaría de imposición de ideología. Lo que se ha hecho ha sido legislar ideológicamente.
Susana Cardona: No hay que olvidar que el recorte en la Ley de Dependencia, obliga más a las mujeres a quedarse cuidando de las personas con discapacidades que pueda haber en la familia. Además, los recortes en escuelas infantiles también nos afectan…
C.A. Teniendo en cuenta que de la población situada en el umbral de la pobreza la mayoría son mujeres, ¿consideras que la pobreza es una forma de violencia?
Ana Cruz: La pobreza es una forma de violencia institucional. Es probablemente el ejemplo más claro de violencia estructural a nivel internacional, y de hecho, los países en vías de desarrollo, los países que quieren salir de la pobreza piensan en términos de políticas dirigidas a las mujeres, lo que significa que los resultados para salir de la pobreza o vienen contando con las mujeres o no vienen. Aquí juegan un papel fundamental las religiones, especialmente las monoteístas, que siempre han defendido al hombre como un elemento de poder, superioridad y dominio sobre la mujer, y precisamente esto ha empobrecido también a aquellos países donde el teocentrismo y la teocracia es más fuerte, y en España estamos acercándonos a ese camino. Teniendo en cuenta la consideración que se le está dando a la religión en la educación pública, y que vamos a estar pagando con dinero público colegios e institutos que segregan a chicos y chicas, nos estamos acercando mucho y muy rápidamente a un país teocrático.
Rosa Zafra: Por supuesto, pero esto no es nuevo, la pobreza siempre se ha utilizado como forma violenta de doblegar a las mujeres. Las que permanecen al lado de los hombres que las maltratan es porque no tienen medios económicos para independizarse.
C.A. La Renta Básica de las Iguales podría incidir positivamente en esta cuestión…
Rosa Zafra: Es una herramienta que el feminismo puede utilizar para concienciar a aquellas mujeres que aducen la falta de medios económicos para poder marcharse. Por otro lado, la ruptura con el chantaje del mundo laboral es clara, si tienes unos ingresos personales por el simple hecho de ser una persona, no tienes por qué aceptar cualquier empleo, ni cualquier situación… pero esto sirve también para los hombres. Un hombre tiene frustradas sus posibilidades en una sociedad patriarcal porque quizás le apetece quedarse en casa limpiando y cuidando a sus hijos pero por la imposición patriarcal y porque tiene que traer un salario a casa se somete al chantaje del trabajo.
C.A. Desde las instituciones que nos gobiernan, ¿se están poniendo los medios para erradicar la violencia que se ejerce sobre las mujeres?
Ana Cruz: Evidentemente no, y yo creo que no se han puesto nunca. Se han hecho intentos a bombo y platillo, siempre coincidiendo con alguna fecha electoral, se ha hecho un intento de que por lo menos se haga manifiesto que importa la igualdad. De hecho recordarás que se hizo un Ministerio de la Igualdad que duró bien poquito, algo para los anaqueles de la historia y poco más. Políticamente las medidas de igualdad nunca han llegado a ser una cuestión importante, siempre se han puesto parches, nunca se ha dotado de recursos suficientes… Siempre que hay algún atisbo de crisis se recorta de políticas de igualdad, de educación, de sanidad, de derechos sociales, en definitiva de aquellos aspectos en los que las mujeres son más vulnerables y están más necesitadas.
Rosa Zafra: No, de hecho, me hace gracia cuando dicen que desde la educación se combate la violencia… Hay que tener en cuenta que hoy por hoy la educación es violenta hacia las mujeres porque la ningunea, las olvida, y esto desde el uso del lenguaje hasta en los libros de texto. La educación está ejerciendo la violencia del ninguneo y del olvido. No encuentro ninguna institución que esté luchando en este sentido.
C.A. La violencia contra las mujeres da soporte a una determinada sociedad, ¿cómo la definirías?
Ana Cruz: Sí, bueno, ya hemos hablado en términos de sociedad patriarcal, quizás podamos tener en cuenta también otro aspecto importante como es la economía. Cómo las políticas neoliberales mantienen un sistema patriarcal y de dominación claramente masculina excluyendo a la mujer del mundo laboral, de la igualdad de oportunidades, de el acceso a ciertos servicios, del deporte, utilizándola y mostrándola siempre como un objeto de deseo masculino. Ahora mismo que vamos a entrar en una época de consumismo atroz veremos cómo el cuerpo de la mujer es sistemáticamente utilizado como objeto de deseo para el hombre. Es una sociedad en la que en todos los ámbitos se ve el machismo. En el ámbito cultural el machismo también se evidencia muy claramente, fundamentalmente a través de los medios de comunicación, especialmente de la publicidad. Pero dentro de la cultura hay herramientas estupendas y muy valiosas para luchar contra la desigualdad, por ejemplo el cine. El cine es capaz de comunicar muy bien; películas como “Te doy mis ojos” de Icíar Bollaín crea una sensibilidad que es necesaria y que va calando en las personas.
Rosa Zafra: La nuestra es una sociedad patriarcal, y esto se sigue viendo también en el terreno cultural. Este año un grupo en Bilbao rememoró la manifestación de las Guerrilla Girls frente al MoMA de Nueva York, para evidenciar la representación que del cuerpo de la mujer se sigue haciendo desde el arte, así como la escasa representación de trabajos de mujeres en las colecciones de los museos. En el año 2013 el arte sigue haciendo el mismo uso de la imagen de las mujeres: pornográfica, sometida al deseo masculino, objetificada, etc.
Fotografías: 1ª Cuenca Alternativa, 2ª Feministas de Cuenca.