El mundo en que vivimos – (IIª Parte)

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Pronto se cumplirá el primer centenario del inicio de la 1º Guerra Mundial – 1914-1918 – . También pronto se cumplirá el centenario de la publicación de la obra de Lenin “El Imperialismo fase superior del capitalismo”, 1917, escrita en 1916. En la referida obra, de plena actualidad, Lenin analiza las características del capitalismo de inicios del siglo XX, el Imperialismo, tanto en el plano económico: hegemonía del sector financiero-especulativo sobre el sector industrial y productivo en general. Hegemonía en la exportación de capital sobre la exportación de mercancías. Superconcentración del capital y nuevo papel de los bancos…


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Lenin aborda también las inevitables consecuencias de la entrada en esa nueva fase del capitalismo, la fase imperialista: El reparto del mundo entre las grandes potencias, las guerras imperialistas, las revoluciones… Hoy, cien años después, los rasgos que Lenin describe en su obra, sobre el capitalismo en su fase imperialista no han hecho más que reforzarse, aumentar exponencialmente.

 

La 1ª Guerra Mundial, guerra interimperialista, se estaba desarrollando cuando Lenin escribe su citada obra. Poco más de dos décadas después estalla la 2ª Guerra Mundial – 1939-1945 – .

Entre ambas se desarrolla todo un intenso período revolucionario y contrarevolucionario: La triunfante Revolución de Octubre de 1917. Revoluciones en diversos países en Europa central y oriental, con resultados diversos.

 

A partir de los años 20 y 30 del pasado siglo se dan los procesos de avance del nazi-fascismo, especialmente en Alemania e Italia, pero también en Portugal y diversos Estados de Europa Central y Oriental. Estos procesos suponen la puesta en pie de un amplio y profundo proceso contrarevolucionario.

 

El nazi-fascismo no es más que la dominación político-económica y social de la fracción más depredadora del capitalismo financiero y además a través de los métodos más crueles.

 

Paradójicamente, el nazi-fascismo, para conseguir un amplio apoyo social tuvo que recurrir a una terminología y a unos llamémosle, formatos, pseudorevolucionarios y pseudosocialistas. El más elocuente, el nombre adoptado por el movimiento nazi en Alemania, nacional-socialismo.

 

Esa ofensiva fascista, contrarevolucionaria, tuvo una importante respuesta en diversos Pueblos europeos, a través muy especialmente de la articulación de los Frentes Populares. Aunque donde tuvo una mayor importancia y maduración política, social y militar fue en el Estado Español.

 

En el Estado Español, mientras en otros Estados europeos avanzaba el nazi-fascismo, el movimiento popular progresista consiguió derrotar al Régimen corrupto de la monarquía borbónica y proclamar la república en abril de 1931.

 

La II República no sólo fue combatida por las fuerzas reaccionarias del Estado Español, fue combatida, y esa es la clave de la derrota del Frente Popular en la guerra de resistencia antifascista, por el eje nazi-fascita con la colaboración más o menos explícita de la mayoría de las potencias capitalistas europeas.

 

Hay dos elementos claves en ese período de entre guerras que nos interesa destacar especialmente:

1º. Que entre los Pueblos del Estado Español hubo un importantísimo ascenso de los movimientos populares que permitieron la derrota del Régimen Borbónico.

2º. Que la Guerra de Resistencia Antifascista en el Estado Español fue un elemento de gran importancia en el posterior desarrollo de la “ Gran Guerra Antifascista”, la IIª Guerra Mundial.

 

Hoy estamos viviendo un momento histórico de gran complejidad. El sistema capitalista cada vez más imperialista, cada vez más financiarizado, empuja cada día con más intensidad en la dirección de la generalización de la guerra.

 

En Europa los movimientos protofascistas se refuerzan y la hegemonía económica y política pangermanica, avanza intensamente, dejando a Francia de una forma acelerada en un escalón inferior.

 

La actual UE avanza cada vez mas hacia una estructura neo-imperialista en manos de Alemania. Los movimientos de oposición a ese proceso son significativos, pero hoy por hoy sólo hay un lugar que por su amplitud y por el cuestionamiento político global del actual Régimen, puede alcanzar una doble victoria política: En el marco interior del propio Estado Español por estar su Régimen cada vez más deslegitimado ante amplísimas capas de la población y con un proceso muy importante de empoderamiento del Pueblo a favor de un Cambio, en lo que podríamos empezar a considerar una situación de doble poder. El Poder constituido cada vez más deslegitimado y los Poderes constituyentes cada vez con más apoyo social; y a nivel del conjunto de la UE e incluso a nivel global, porque obviamente un cambio de Régimen, en un sentido progresista, en el marco geográfico del Estado Español sería una referencia de primer orden para los movimientos populares en el sur de Europa y a nivel global. Especialmente para Latino América en dónde se construye el mayor espacio regional aniimperialista y progresista.

 

Hoy como en los finales de los años 20 del pasado siglo, las cosas van madurando adecuadamente para poder derrotar al Régimen salido de la IIª Restauración Borbónica. Impuesto en muy buena medida por la Dictadura franquista.

 

A nivel internacional la situación en la que vivimos tiene también rasgos comunes con las circunstancias previas a la Iª y a la IIª Guerra Mundial. Podríamos decir que hay una mixtura entre bastantes de aquellas circunstancias y las propias de estos inicios del siglo XXI en el que vivimos, especialmente las relacionadas con la crisis económica estructural que venimos arrastrando desde la década de los 70 del pasado siglo y la crisis coyuntural financiera que venimos sufriendo desde el 2007. Así como la aparición de un mundo más multipolar con la pérdida de la hegemonía económica del imperialismo anglo-americano, el debilitamiento profundo de la hegemonia política de occidente y un importante reequilibrio de las fuerzas militares.

 

Toda la evolución de la intervención internacional en Siria y el uso, al menos circunstancialmente de la vía diplomática, dejando en un aparente segundo plano la intervención militar, cuando hace tan sólo algunas semanas parecía que estaba cantada, es una expresión de las siguientes cuestiones:

1º Que el resultado de la intervención militar en esta región del mundo, no estaba tan claro por el apoyo de Irán, Hezbolá y Rusia; y de alguna forma China, a Siria.

 

2º Por que los problemas en la mayor potencia imperialista -EE.UU.- según vamos conociendo son de una envergadura impresionante y necesitan ser encauzados urgentemente a toda costa, porque de no ser así estaría asegurada una brutal profundización de la crisis financiera no sólo a nivel de Norteamérica, sino a nivel mundial.

 

 

Algunos datos económicos sobre EE.UU:

 

El techo de la deuda federal de los EE.UU. Es de 16,7 billones de dólares, en contra de la opinión a veces extendida, la mayoría de esa deuda pertenece a particulares e instituciones públicas de los propios EE.UU. , hasta un total del 66’6% , distribuidos de la siguiente manera: Individuos e instituciones 37,1%; Fondo Fiduciario de la Seguridad Social de EE.UU. 16 %; FED (Reserva Federal Americana) de EE.UU. ,12%; Fondo de Pensiones de EE.UU. 4,4% ; Fondo de Retiro Militar de EE.UU., 2,5%. El resto pertenece a Estados extranjeros de entre los cuales China que es el que tiene un mayor porcentaje con un total 1,28 billones de dólares; Japón, 1,1 billones de dólares y le sigue en importancia el Reino Unido.

 

Las guerras, a través de las cuales se hacen una gran transferencia directa o indirecta de recursos públicos al sector privado, tienen para el Estado correspondiente altos costes. Así algunas evaluaciones sitúan el coste de la Iª Guerra Mundial para los EE.UU., en 253.000 millones de dólares. Este coste se elevó a 4,1 billones de dolares para la IIª Guerra Mundial. Por su parte La guerra de Irak supuso entre 744,000 millones y 1 billón de dólares a las arcas públicas a los EE.UU., y la de Afganistán por encima de los 329.000 millones de dólares.

 

En estos altos costes, en una situación tan crítica para la elevación del techo de la deuda federal de EE.UU., podemos encontrar alguna de las razones que expliquen el porqué, circunstancialmente, los EE.UU., han admitido una fase de carácter diplomático en el tema sirio. Sin embargo no hay que olvidar que, estratégicamente el imperialismo yanqui necesita la guerra como alternativa a su propia crisis.

La situación es compleja y crítica en todos los escenarios. El movimiento comunero del SXXI, el movimiento revolucionario en general necesita profundizar en el conocimiento de la realidad, único camino para elaborar una estrategia correcta, incluida la política de alianzas que nos permita avanzar hasta la victoria del Pueblo. La otra alternativa es simple y llanamente la barbarie.

 

Luis Ocampo, Izquierda Castellana.

 

15 de octubre de 2013

El Mundo en que vivimos (I Parte)

 

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