SANTOÑA, 25 Sep. (EUROPA PRESS) –
La presión ejercida por las personas que han secundado la convocatoria de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Cantabria ha conseguido paralizar, hasta el 23 de octubre, el desahucio de una familia de Santoña con dos niños pequeños, previsto para este miércoles a la una de la tarde.
Según han informado a Europa Press desde la PAH, unas 70 personas estaban concentradas ante el piso de la familia, sito en la calle Méndez Núñez 12 de Santoña, cuando ha llegado la comisión judicial, que ha decidido dar a la pareja -Inmaculada Arisqueta y Manuel Cárdenas- «un mes más de tiempo para desalojar la vivienda».
Pese a que la «espada de Damocles» sigue pendiendo sobre esta familia, la PAH aprovechará este nuevo plazo para dar una serie de pasos que permitan evitar definitivamente el desahucio.
Entre otras acciones, solicitarán la justicia gratuita para la pareja y su acogimiento a la moratoria de desahucios aprobada el pasado mes de mayo, alegarán contra el procedimiento de desahucio, en el que consideran que se han producido «irregularidades» y reclamarán a Bankia la condonación de la deuda, que asciende a 97.000 euros.
«Y si el 23 de octubre se mantiene la orden de desahucio, volveremos», ha afirmado a esta agencia el portavoz de la PAH, Oscar Manteca.
LOS DOS SIN TRABAJO Y CON UNA HIPOTECA DE 900 EUROS
En declaraciones a Europa Press Televisión, Inmaculada Arisqueta se ha felicitado por la paralización del desahucio hasta el 23 de octubre, y ha explicado que ni ella ni su pareja tienen trabajo y, por lo tanto, dinero para pagar la hipoteca de su piso.
Según ha relatado, en el año 2005 su compañero pidió un préstamo para comprar la vivienda. En esos momentos, el joven trabajaba en la construcción y tenía una nómina de unos 1.400 euros.
La entidad bancaria le dio el crédito «sin aval» y con una cuota mensual de 400 euros, revisable «cada seis meses». Inmaculada ha destacado que la mensualidad fue subiendo hasta llegar a los 900 euros.
«Entre el año 2008 y 2009 dejamos de pagar, y vino el banco a casa diciéndonos que esto se podía solucionar, hablar las cosas. Fuimos al banco y nos dijeron que podíamos ampliar la hipoteca siete años más. Y dijimos que sí, y nos dijeron que teníamos que tener intención de pago, pagar los dos meses atrasados de la hipoteca», ha precisado.
En esas fechas, la mujer cobró los 2.500 euros que daba entonces el Gobierno por el nacimiento de su hijo pequeño, por lo que pagó los 1.200 euros que le pidieron. «Me dijeron que me llamarían porque eran nuevas escrituras, y no lo hicieron. Llamé yo, y me dijeron que no era viable, porque estábamos desempleados. Y el 26 de abril ya me pidieron la deuda completa», ha lamentado.
La joven ha confiado en que le aprueben la renta social básica que ha solicitado en mayo y en conseguir la moratoria del desahucio, a la que al parecer tiene derecho, aunque ha reconocido que encontrar trabajo «es lo primero».
«El trabajo aquí (está) mal. Hacemos alguna sustitución de vez en cuando, en bares, pero fijo no. Con ayuda de mis padres, de mi familia vamos para adelante un poco», ha subrayado.
Inmaculada ha declarado que ha pasado «un momento muy malo, malísimo» a la hora del desalojo, en la que se ha puesto muy nerviosa, aunque se ha sentido «muy arropada» por los miembros de la plataforma antidesahucios y vecinos del lugar.