El presidente de Melilla pide que no se dé comida ni mantas a los menores extranjeros que viven en la calle
Imbroda afirma que ayudar a estos chicos «no conduce a nada, salvo a que el menor intente ir al barco, y se estrelle y se mate”. Pretende así que los chicos vayan a los centros de acogida de la ciudad, que se encuentran saturados.