2017 o el punto de inflexión en la lucha de las mujeres

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“Un momento puede crear un movimiento”. Lo escribía este mes de octubre la actriz Alyssa Milano al lanzar la campaña #MeToo, animando a todas las mujeres a aflorar los casos que han sufrido de acoso y abuso sexual. Las denuncias contra los Weinstein, Toback, Richardson… estaban empezando explotar y hoy, poco más de dos meses después, el “puede” del tuit de Milano ya no ha lugar. Un gran movimiento ha cuajado en todo el mundo, un movimiento que no surge de la nada sino del trabajo sembrado por el feminismo que se focaliza ahora en algo que atañe a todas: la denuncia de la violencia sexual en todos sus grados, el hartazgo ante el magma de los que se creen que tiene derechos sobre el cuerpo de la mujer.

 

El paso dado por de las actrices de Hollywood hizo salir a presión una realidad silenciada provocando una reacción de las mujeres a escala global, una reacción empujada por el feminismo en las redes sociales que está generando una inflexión en la lucha por los derechos de las mujeres. El feminismo durante los últimos años ha ido ampliando su abanico de reivindicaciones, explica Sara Berbel, especialista en igualdad y directora de Barcelona Activa, y la novedad es que en este 2017 ha habido un proceso de focalización centrado en la violencia sexual. Salvando las diferencias, explica, puede recordar el movimiento sufraguista de finales del XIX, cuando las feministas pese a las muchas luchas pendientes, centraron su reivindicación en el derecho al voto.

El paso dado por de las actrices de Hollywood hizo salir a presión una realidad silenciada provocando una reacción de las mujeres a escala global

El acoso y el abuso estaban (y están) muy interiorizados en nuestra cultura, un tema muy grave al que se le ha puesto nombre de la mano de actrices de Hollywood, mujeres muy conocidas que han dado el paso interpelando por tanto a todas y, sobre todo, a los hombres. A ellos ya se les está echando, ya saben que lo que antes era un tema tabú ahora es una cuestión intolerable.

Las denuncias y el movimiento contra el acoso sexual suponen un punto de inflexión, señala Juana Gallego, directora del Observatorio para la igualdad (UAB), pero esto no sucede de la noche a la mañana. Durante los años 90 las instituciones recogieron las reivindica-ciones de los movimientos de las mujeres, se empezaron a fraguar las leyes por la igualdad en los gobiernos pero después de casi tres décadas las nuevas generaciones se están encontrando que en la práctica cotidiana la igualdad aún está lejos. Acoso, cosificación del cuerpo de la mujer, brecha salarial y, especialmente por su gravedad, los asesinatos machistas. La lucha para concienciar sobre los porqués (el machismo) de esta violencia extrema y demandar soluciones a los gobiernos ha sido uno de los aglutinadores del feminismo actual, que ahora da un nuevo paso.

 

Estas nuevas generaciones y están cogiendo el testigo con nuevas herramientas y, en especial, con el impacto que está teniendo el feminismo las redes sociales. Hay hartazgo.

El acoso y el abuso estaban (y están) muy interiorizados en nuestra cultura, un tema muy grave al que se le ha puesto nombre de la mano de actrices de Hollywood

El feminismo se está capitalizando por la capacidad de las mujeres de sentirse juntas y esta unión, además de la multiplicación y rápida propagación de los mensajes, la han dado las redes con un tono directo, y en muchas ocasiones divertido y sarcástico. Así lo señala Maria Àngels Cabré, directora del Observatori Cultural de Gènere, para quien en los últimos cinco años se ha producido un gran cambio que ahora, con el movimiento #Metoo deja ver la punta del iceberg. Es una gran revolución, señala, que llega de la mano también de la sororidad, entendida como la relación de hermandad y solidaridad entre mujeres para crear redes de apoyo para lograr la igualdad. Y la reacción ante el juicio por violación de la Manada es un ejemplo.

La sororidad, las reivindicaciones feministas que se expresan en las redes y que forman una voz colectiva saltan también fuera del mundo virtual. La publicación de libros sobre la temática feminista ha regresado a las librerías. Y Cabré considera que muchas iniciativas están llegando de la mano del ámbito de la cultura, sobre todo del cine –está claro con las actrices– y de la música. “Es un movimiento sin freno”, subraya.

 

De todas maneras, y pese a este hilo común que los feminismos están tejiendo, es evidente que el gran paso se ha realizado desde Estados Unidos. Aquí la única actriz que se ha pronunciado con rotundidad ha sido Letizia Dolera, por lo que Cabré considera que el país aún tiene tintes carcas a superar.

La sororidad, las reivindicaciones feministas que se expresan en las redes y que forman una voz colectiva saltan también fuera del mundo virtual

El año 2017 empezó con la Marcha de Mujeres de Washington para protestar contra el machismo y la misoginia de Donald Trump, representante de esta masculinidad muy agresiva, y ya se pudo observar como pese a la diversidad de los feminismos se fraguaba en el mundo una voz común. Las actrices de Hollywood ya estaban levantando la mano contra las diferencias salariales, la falta de papeles y, evidentemente, que el #MeToo se cociese en las alfombras rojas ha facilitado su largo vuelo. Todo ello en un contexto en el que hace años que se intenta combatir la expresión de esta violencia: los asesinatos machistas. La voz colectiva es hoy muy fuerte, no hay peligro de volver atrás, subraya Cabré.

Hay dos fotografías que deben cotejarse a la vez. Por un lado, este salto cualitativo de los últimos meses del 2017. Pero por otro, el retrato que siguen haciendo la mayoría de estudios sobre la igualdad entre los jóvenes no arrojan grandes avances. La violencia machista sigue enquistada. Quizás, señala Berbel, lo que se está extendiendo no es el feminismo en su totalidad sino algunas de sus conquistas. Y se está dando también una importante reposición generacional con unos instrumentos muy potentes.

 

Al cotejar las fotografías hay que tener en cuenta el efecto contagio. El movimiento que ha aflorado estos últimos meses contra la violencia sexual es nuevo, potente y ha llegado a todos los rincones. De la mano de mujeres famosas con capacidad de influencia, tiene el poder de hacer reflexionar a las jóvenes sobre ello, y también sobre este feminismo que avanza.

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