La Justicia rechaza la petición de Argentina de exhumar la fosa de una víctima de la dictadura

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María Olivas, viuda de Timoteo Mendieta, junto a sus siete hijos

María Olivas, viuda de Timoteo Mendieta, junto a seis de sus siete hijos

ALEJANDRO TORRÚS

Una piedra más en el camino de la recuperación de la memoria y un obstáculo más, el enésimo, para que Ascensión Mendieta, de 89 años, pueda cumplir el deseo por el que lleva luchando toda la vida: sacar a su padre, fusilado en 1939 por el ejército franquista, de la fosa común en la que fue enterrado en Guadalajara. El juzgado de instrucción nº1 de Guadalajara ha rechazado el exhorto de la Justicia de Argentina que pedía que se exhumaran los restos de Timoteo Mendieta, presidente de UGT en Sacedón en 1936, que fue condenado a muerte por «auxilio a la rebelión». 

Esta vez parecía que sí. Que Ascensión Mendieta iba a poder cumplir el deseo de toda su vida e iba a poder sacar a su padre de la fosa donde yace desde hace 76 años. El exhorto llegado desde la Justicia Argentina, donde María Servini instruye la única causa en el mundo que investiga los crímenes del franquismo, junto a dos informes del Ayuntamiento favorables a la exhumación parecían suficiente razón como para que la Justicia española ordenara exhumar la fosa común donde reposan los restos de 22 republicanos.

«Es un maltrato constante», denuncia la abogada de las víctimas de la dictadura Ana Messuti

Sin embargo, la Justicia española se ha vuelto a negar y las trabas ya parecen infinitas. Esta vez el juzgado de Guadalajara ha rechazado el exhorto de Argentina alegando que «de la inspección ocular realizada y de las manifestaciones efectuadas no queda acreditado fehacientemente que en la fosa nº2 del patio 4 del Cementerio de Guadalajara se encuentre el cuerpo sin vida de D. Timoteo Mendieta», según reza la providencia dictada por la juez María Lourdes Platero a la que ha tenido acceso este diario.

Tampoco ha convencido a la juez el certificado de inhumación que expidieron las autoridades franquistas en noviembre de 1939 y en el que informaban a la viuda de Timoteo Mendieta, María Olivas, del lugar exacto donde había sido enterrado su marido. «En contestación a su oficio fecha 15, en el que interesa conocer el lugar de inhumación del cadáver de Timoteo Mendieta Alcala, tengo el honor de comunicarle, que lo fue en el patio 4º, fosa nº 2, del Cementerio civil. Dios guarde a usted muchos años«, señala este documento fechado en 17 de noviembre de 1939.

timoteo mendieta

De hecho, uno de los informes facilitados por el Ayuntamiento de Guadalajara no sólo certificaba el lugar del enterramiento sino que facilitaba la relación de personas que fueron enterrados en la fosa común y la época en la que fueron inhumadas. Este documento señala que en la fosa donde está Timoteo Mendieta hay 21 personas más, que fueron enterradas entre el 16 de noviembre de 1939 y el 9 de septiembre de 1940. Así, los informes del Consistorio de Guadalajara señalan que la fosa donde está Mendieta «mide 80 centímetros y 200 centímetros de largo». 

«No comprendemos la decisión que ha tomado la jueza. El informe del Ayuntamiento identifica claramente donde está la fosa, pero después rechaza el exhorto señalando un acta según la cual habría dificultades», denuncia Carlos Slepoy, abogado de la querella argentina, que no ha podido tener aún acceso al acta al que hace referencia la juez de Guadalajara.

Once meses después

La respuesta de la Justicia española llega once meses después de que la juez María Servini solicitara mediante un exhorto que se localizara la fosa y se exhumaran los restos, así como que se practicaran las pruebas de ADN necesarias para comprobar si entre las víctimas estaba Timoteo Mendieta. «Las contestaciones a los exhortos de justicias de otros países nunca suelen pasar de los siete meses. Esta vez han sido 11 meses. Es un maltrato constante», denuncia Ana Messuti, abogada de las víctimas de la dictadura que ha trabajado en este caso.

Ascensión Mendieta: «Quiero llevarme a la tumba al menos un hueso suyo»

Declaró en Argentina

Ascensión Mendieta, hija de Timoteo, prestó declaración en diciembre de 2013 en juzgado nº 1 de Buenos Aires ante la juez María Servini, quien, como reconoció más tarde, quedó conmovida por el testimonio y la lucha de esta mujer. Apenas dos meses después, la juez envió a España el exhorto en el que pedía que se localizara la fosa, se exhumara y se aportaran las pruebas de ADN suficientes para poder comprobar que, efectivamente, los restos mortales de Timoteo Mendieta se encuentran en la fosa común.

«Cuando me senté ante la juez fue como si se cumpliera un sueño. Era la primera vez que la Justicia me escuchaba. Hasta entonces nadie, ningún juez, había sido capaz de oír las atrocidades que tenía para contar», señaló Ascensión Mendieta entonces. 

Asesinado por «adhesión a la rebelión»

Cuando Timoteo Mendieta fue fusilado, condenado por «auxilio a la rebelión» por ser responsable de UGT en Sacedón, Ascensión tenía 13 años y el más pequeño de sus hermanos aún no había cumplido su primer año. Timoteo fue denunciado por un vecino y un militar. Tenía 41 años. Cuando Ascensión Mendieta acudió el año pasado a a la Justicia argentina explicó a la juz que «quería llevar a la tumba al menos un hueso suyo». Después de la decisión judicial, el sueño de Ascensión está un poco más lejos.

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