Preparando la guerra global como salida a la actual crisis socio-económica-sanitaria

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Preparando la guerra global como salida a la actual crisis socio-económica-sanitaria

Decía Carl Von Clausewitz en su tratado sobre la guerra (apartado XXIV del capítulo I) que «la guerra es la simple continuación de la política por otros medios«. Ese concepto general sigue plenamente vigente.

Si conocemos con un mínimo de profundidad cómo el capitalismo en su fase imperialista afronta la solución de sus crisis más profundas, nos encontraremos con que las guerras son el instrumento preferente cuando las herramientas ordinarias (económicas, políticas o culturales) ya no son suficientes. En esa fase nos encontramos.

La actual crisis no es sino la continuidad y la agudización de la de 2008, que en absoluto fue resuelta, sino simplemente maquillada. Desde 2019 diferentes organismos internacionales, incluyendo el FMI, vienen hablando de una desaceleración de la economía. La COVID-19 no ha generado la crisis económica y social en la que estamos entrando de lleno, simplemente ha sido un catalizador para que esta madurase en muy poco tiempo.

El mundo capitalista en general y los Estados Unidos en particular atraviesan una crisis brutal desde todos los puntos de vista: social, sanitario, cultural, de hegemonía internacional…, pero muy especialmente, de hegemonía económica. El endeudamiento de los EEUU está desbocado y  no hay alternativa ordinaria para resolverlo. La deuda pública yanqui en noviembre de 2019 había superado los 23 billones de dólares, siendo la mayor de su historia. El porcentaje de esta deuda pública en manos de entidades no estadounidenses ha caído del 34% del total al 29%. Eso quiere decir que va perdiendo interés como instrumento de captación de inversores a nivel internacional.

La deuda pública ha subido durante el mandato de Trump, especialmente en los últimos meses, pero la mayor subida de esta se dio durante el mandato de Obama: de los 10,6 billones de dolares a su inicio pasó a 19,9 billones al final de su mandato, con un incremento de 1,16 billones de media anualmente. Cada día EEUU tiene que dedicar 1.000 millones de dólares al pago de su deuda, lo cual le exige nuevos endeudamientos. Hay cálculos que sitúan la bancarrota de EEUU entre 2026 y 2028.

China ha ido vendiendo de forma discreta bonos de EEUU, fundamental instrumento de financiación de la deuda pública de EEUU. Entre enero de 2014 y enero de 2019 vendieron 14.500 millones de dólares en bonos, mientras que en marzo de 2019 vendieron bonos por un valor de 20.000 millones, la mayor operación de venta en los últimos años.

La deuda mundial alcanzó en 2019 los 250 billones de euros, superando el 322% del PIB anual del planeta. Ello supone 40 puntos porcentuales más -87 billones- que la deuda acumulada en la crisis de 2008.

En China la deuda global también ha aumentado significativamente, especialmente en su apartado de deuda privada, muy vinculada al sector inmobiliario. La deuda pública ha pasado desde el 22,81% del PIB en el año 2000 al 50,64% en el año 2018.

España, Reino Unido, Japón, Francia, Italia y EEUU han visto aumentada su deuda en más de 40 puntos porcentuales sobre el 2008. En el mes de marzo de 2020, la deuda ha aumentado a los mayores niveles de la historia para el lapso de un mes: 2,1 billones de euros.

La preparación para la Guerra Global es el camino que han empezado a recorrer de forma planificada; y en base a la importante experiencia que tienen en ese terreno, no solo los EEUU sino todo su campo de alianzas ya han empezado a moverse también de forma coordinada.

El bloque imperialista encabezado por los yanquis sigue teniendo una potentísima capacidad militar, y una casi hegemonía plena -aunque algo está empezando a cambiar- en el campo mediático y cultural. Es por ello que en esos frentes están dando los primeros pasos, bien coordinados por cierto, en esa preparación de un ambiente prebélico.

El enemigo a batir es China, que ha arrebatado ya a los EEUU la hegemonia económica, especialmente en el sector secundario.

Esta nueva Guerra Global en preparación, a diferencia de la I y la II Guerra Mundial, no va a tener como epicentro a Europa. Ya la II tuvo un frente de primera importancia en el Océano Pacífico. La que se está gestando con claridad es la voluntad de caminar hacia ese conflicto, y de ahí el impulso a esa campaña de criminalización a China.

¿Cuáles son los indicios que nos avisan de que se está preparando esa Guerra Global, aparte y desde luego como cuestión principal de partida, de la gravísima crisis económica que afecta al conjunto del capitalismo occidental y muy especialmente a EEUU?

La campaña propagandística antichina

Aprovechando la pandemia de la COVID19, desde muy diferentes frentes mediáticos, se está cuestionando, cuando no atacando directamente, la posición de China en su gestión, acusándola de no haber trasladado la información de forma adecuada sobre la pandemia, de engañar a la opinión pública internacional, etc. Quien quiera comprobar lo erróneo de esas acusaciones, solo tiene que entrar en la página de la Comisión Nacional de Salud China (hay traducción automática) y ver la información que allí aparece desde el inicio de la pandemia. Podrá comprobar como esta es la de mayor calidad epidemiológica que pueda encontrarse de entre todas las páginas que informan del asunto, al menos hasta ahora. Allí, desde el primer día de la epidemia informaban de los casos confirmados, pero también de los sospechosos, aparte de los fallecidos, recuperados, personas en seguimiento… Esa información aparecía también desglosada por provincias. Una calidad informativa muy superior a la de aquí, por poner un ejemplo.

A pesar de ello, Australia ha lanzado una iniciativa para que se haga una “investigación independiente” sobre la génesis y origen de la pandemia de la COVID-19. Esa “investigación independiente” incluiría a la propia OMS. Como es natural, esta última organización ha dicho que no es el momento de introducir cizaña a nivel internacional, sino de aunar esfuerzos. A esa campaña de intoxicación se han unido Francia y Reino Unido. Todo un indicio de los potenciales aliados en la preparación de esa Guerra Global.

China, además, ofreció su colaboración en recursos humanos y técnicos para ayudar a los países con más problemas durante la pandemia, entre otros a Italia y España. Es muy interesante detenerse en la respuesta que dieron ambos países ante ese ofrecimiento de ayuda. Italia no tuvo dudas, y un equipo de expertos chinos está trabajando, además de cubanos y rusos, en colaboración con los expertos de aquel país. Los resultados parece que están siendo muy positivos. El Gobierno español no solo se negó a recibir ayuda china en recursos humanos, sino que prohibió a la Generalitat de Cataluña que materializara su plan de traer a expertos chinos, para los que ya había reservado habitaciones en un hotel de Barcelona.

El Estado español quiere dejar claro a ojos de sus amos imperiales que son sus fieles y leales servidores, sin la menor fisura. En el Estado español hay un número importante de bases navales, aéreas y otras instalaciones de importancia estratégica clave en la perspectiva de la que estamos hablando, entre la que destaca la Base Naval de Rota, recientemente reforzada en cuanto a embarcaciones de guerra y personal militar.

Algunos medios nos están relatando como en Taiwán y Corea del Sur se ha seguido una política de control de la pandemia de primerísima calidad que permitió aplanar rápidamente la curva de esta, o incluso su práctica inexistencia. Nos alegra, ojalá sea así y la pandemia haya tenido poca repercusión en estos lugares. Taiwán es una isla y eso siempre favorece el control de los casos importados; Corea del Sur  limita con Corea del Norte, que ha declarado que no tienen ningún caso, y hasta ahora nadie se ha atrevido a desmentirlo. Taiwán, eso sí, se está rearmando, tal como ocurre con Corea del Sur, y ese rearme se hace en base a equipamiento militar yanqui, cuestión muy importante de cara a un hipotético conflicto. Veremos como el llamado «movimiento pro-democrático» en Hong-Kong, realmente un movimiento que reivindica la vuelta al estatus de colonia británica, que ahora está paralizado por la actual coyuntura, resurgirá con mucha más violencia que la que mantenía durante las últimas semanas de su presencia pública en cuanto las circunstancias lo permitan; este fenómeno es una cuña de gran importancia estrategia en el conflicto EEUU – China. También comprobaremos cómo se les ofrece a estos, los recolonizadores de Hong-Kong, el mayor arrope mediático en el mundo occidental.

En síntesis, estamos en una nueva operación parecida a la de las «armas de destrucción masiva», anterior a la Guerra de Irak. Obviamente el escenario actual al que nos enfrentamos es de muchísima mayor complejidad que aquel, y por tanto requerirá una mayor preparación en el terreno mediático, también en el político y por supuesto en el militar.

Utilizar la pandemia de la COVID19 para tejer una mordaza sobre la población

En nuestros últimos editoriales reflexionábamos sobre cómo bastantes medidas puestas en pie a través del Estado de Alarma vigente desde el 14 de marzo no se justificaban desde la perspectiva de la lucha contra la pandemia, entre otras, su militarización, sino que se ajustaban mucho más a lo que es un Estado de Excepción. Desde la perspectiva que desarrollamos en este artículo, sí que es coherente tejer una mordaza que bloquee la capacidad de respuesta de nuestra sociedad, especialmente teniendo en cuenta su tradición de lucha popular. Recordemos que ciudades como Madrid y Barcelona desarrollaron los mayores niveles de movilización en Europa contra la Guerra de Irak.

La evolución de los hechos no hace más  que confirmar este análisis. Además de tener los peores resultados en la lucha contra la pandemia, tenemos la mayor actividad represiva a través del Estado de Alarma, y la famosa Ley Mordaza, que los actuales miembros del Gobierno se habían comprometido a derogar, es decir, el mayor número de multas y detenciones y también de brutalidad policial, muy por encima de cualquier otro país europeo. La negativa del Gobierno a la realización de una concentración, convocada por la Coordinadora 25-S, limitada a 23 personas en la Plaza de las Cortes y que se iba a llevar a cabo con todas las garantías sanitarias para exigir la dimisión de Grande-Marlaska, es un ejemplo más de lo que decimos.

El papel de la UE

La UE está quedando en total evidencia en esta crisis. No en cuanto a su naturaleza, que ya había quedado medianamente clara durante la del 2008, sino en cuanto a su pérdida de peso y a su incapacidad para funcionar prestando las más elemental colaboración incluso desde el punto de vista técnico. Aquí, en el Estado español, como siempre, la información de la Brigada Mediática es pura manipulación. Nos hablan de “la movilización de billón y medio de euros” para ayudar a confrontar la crisis. Pues vale, que viva el endeudamiento. La cantidad de recursos es importante, pero lo principal son las características de estos, es decir, si esos recursos se van a articular como créditos o como ayudas a fondo perdido. Si se transfieren como créditos, que es por donde parece que van las cosas, al menos de la mayoría de las cantidades, lo único que ocurrirá es que engordaremos hasta cantidades inasumibles el endeudamiento público y con él, el endeudamiento de todos y cada uno de los trabajadores y trabajadoras, pero simultáneamente el engordamiento de los beneficios de la banca.

La lucha por la paz y contra la guerra

La lucha contra la guerra y por la paz es una necesidad de gran importancia, que con el paso de los meses iremos viendo con más claridad. En el caso de los pueblos del Estado español, esa lucha tiene que ir perfectamente asociada a la lucha republicana. El Régimen del 78 se posicionará del lado de la guerra, del lado del Imperialismo. Desde el movimiento popular tenemos que exigir una política activa en favor de la paz, y ello pasa por un compromiso sincero y creíble en esa dirección. Eso solo se puede garantizar desde la República, desde las Repúblicas.

Izquierda Castellana, 27 de abril de 2020. 

Segunda parte de este artículo

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