Stop Uranio: historia de una lucha

Marcha contra la mina de uranio en Retortillo, el 28 de octubre de 2017. Sergi Rugrand
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El proyecto de la minera australiana Berkeley de abrir una mina de uranio en el Campo Charro, Salamanca, ha despertado un movimiento de protesta en la última década que ha incluido manifestaciones a nivel local, autonómico y nacional, marchas, asambleas informativas y demás acciones reivindicativas. Un miembro de Stop Uranio, una de las organizaciones surgidas en este contexto, aborda su historia, sus objetivos y los medios que han seguido para lograrlos en una batalla que aún no ha terminado.

 

 

La Plataforma Stop Uranio se creó en septiembre de 2013 para luchar contra los proyectos de minería de uranio en el Campo Charro de Salamanca. Previamente hubo un proceso de concienciación de los habitantes de esa comarca con la celebración de asambleas informativas en localidades como Boada o Villavieja de Yeltes, que culminó con la legalización de la plataforma mediante la inscripción en el registro de asociaciones de la Junta de Castilla y León.

No fue fácil alumbrar Stop Uranio. En los primeros años de este decenio éramos pocos los que nos oponíamos a los intereses de Berkeley Minera, ya que muchas personas veían en el desarrollo de la minería de uranio una oportunidad de trabajo. Los políticos locales o autonómicos también se rindieron a los cantos de sirena de la multinacional australiana, por lo que la labor que realizaron las personas que fundaron el colectivo fue encomiable.

Los políticos locales o autonómicos también se rindieron a los cantos de sirena de la multinacional australiana, por lo que la labor que realizaron las personas que fundaron el colectivo fue encomiable.

A raíz de la legalización se empezaron a realizar modestas convocatorias de movilización y sensibilización de nuestros vecinos y así en las navidades de 2013 se organizó una marcha senderista por los caminos de Retortillo para poner en valor la riqueza patrimonial y paisajística de nuestra tierra. En mi opinión es fundamental que las asociaciones tengan personalidad jurídica para poder contar con respaldo legal en sus actuaciones, así se pueden comunicar las concentraciones o manifestaciones a realizar, podemos disponer de una cuenta corriente a nombre de la asociación donde los socios ingresen sus cuotas o acudir a los tribunales contra las resoluciones que nos perjudiquen. Esto solo es posible si se dispone del CIF correspondiente.

Nuestra andadura siguió posteriormente con la instalación de mesas informativas para recogida de firmas contra los proyectos de la multinacional australiana, llegando a la capital salmantina en la primavera de 2014.

El siguiente hito en nuestro camino fue realizar una concentración de protesta en La Fuente de San Esteban en agosto de 2015. Este año hemos realizado la quinta convocatoria de este acto reivindicativo que fue secundada por cientos de personas que no se han cansado de gritar en contra de la reapertura de la minería de uranio en Salamanca.

A partir del año 2015 intensificamos la lucha contra los proyectos radiactivos de Berkeley, tanto desde el punto de vista de la movilización ciudadana como de las reclamaciones legales en defensa de nuestros intereses.

Berkeley también se movió para conseguir sus objetivos y así empezó en el verano de 2016 a realizar el desvío de una carretera que iba a ser enterrada por la construcción de la mina de Retortillo. Para realizar estas obras la empresa minera no contaba con los permisos oportunos por lo que el ayuntamiento de Retortillo se vio obligado a abrir un expediente sancionador que no fue concluido argumentando falta de medios para llevarlo a cabo.

A partir del año 2015 intensificamos la lucha contra los proyectos radiactivos de Berkeley, tanto desde el punto de vista de la movilización ciudadana como de las reclamaciones legales en defensa de nuestros intereses.

Como respuesta a las actuaciones de “facto” de la empresa minera, nosotros convocamos una concentración en octubre de 2016 frente a las instalaciones de Berkeley. La lucha contra la minería de uranio nos exige un mayor esfuerzo, pero socios y simpatizantes de Stop Uranio somos capaces de mantener el pulso contra la multinacional australiana.

Aunque algunos de nosotros participamos en la manifestación de junio de 2016 en Cáceres fue en la de 2017 en Madrid cuando más visible se hizo nuestro compromiso con el Movimiento Ibérico Antinuclear. Nosotros entendemos que si acabamos con la energía nuclear en nuestro país no hará falta abrir minas de uranio, por eso participamos en este foro de encuentro de los grupos antinucleares de la Península Ibérica.

En 2018 se realizaron dos manifestaciones multitudinarias en la ciudad de Salamanca para luchar contra la energía nuclear y otra en Vitigudino organizada por el sector agroganadero que se ve perjudicado por el desarrollo de la minería de uranio. En febrero conseguimos reunir a más de 5.000 personas que protestaron contra los proyectos radiactivos de Berkeley, mientras que en junio realizamos la convocatoria anual del MIA a nivel del estado español. En este tiempo nuestra plataforma se integró en una coordinadora provincial (Coordinadora no a la mina de uranio, por un mundo rural vivo) con grupos como Ecologistas en Acción, Comité antinuclear, Vamos o Asdecoba para impulsar la movilización ciudadana contra Berkeley Minera. Gracias a ello nos hemos hecho más visibles para la sociedad salmantina.

En el momento actual estamos pendientes de las resoluciones administrativas o judiciales que puedan permitir o impedir que Berkeley Minera abra la mina y planta de Retortillo. La reciente sentencia de la Audiencia Nacional desestimando el recurso de Ecologistas en Acción y EQUO contra la Autorización previa de la planta de tratamiento le ha dado nuevas alas a la empresa minera, pero esa sentencia será recurrida y no supone ningún riesgo para la apertura inminente de la mina, ya que únicamente precede a la autorización de construcción de esa planta que está pendiente de resolución.

Además de los permisos pendientes, otro factor decisivo para que pueda funcionar este negocio es la rentabilidad del mismo, cuestión de la que siempre se ha dudado y que hoy en día sigue sin aclararse, máxime cuando el precio del uranio no es capaz de remontar el largo periodo bajista en el que se halla inmerso.

Estamos seguros que socios y simpatizantes de nuestra organización darán la talla para impedir que la multinacional australiana “se salga con la suya”.

Stop Uranio seguirá vigilante ante cualquier movimiento de la empresa Berkeley que pretenda conseguir su objetivo de explotar uranio en Salamanca. Los recursos judiciales planteados siguen su curso, pero la movilización ciudadana se puede hacer necesaria en cualquier momento. Estamos seguros que socios y simpatizantes de nuestra organización darán la talla para impedir que la multinacional australiana se salga con la suya.

 

https://www.elsaltodiario.com/desconexion-nuclear/stop-uranio-historia-de-una-lucha

 

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