Pedro Sánchez trabaja para un Gobierno de salvación del Régimen del 78

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Pedro Sánchez trabaja para un Gobierno de salvación del Régimen del 78

No deja de ser curiosa la miopía casi generalizada, no sabemos si políticamente intencionada o estructuralmente condicionada, de los analistas y los medios al valorar el proceso de constitución de Gobierno del Estado, limitando todo el asunto al papel de Podemos y centrándolo en la fase más “sencilla” de ese proceso de conformación del Gobierno, cual es la investidura. El diario El País llega al patetismo en su editorial del jueves 1 de agosto, relatando la “tristeza de la ciudadanía” ante la situación. El País seriamente preocupado por el estado de ánimo de la gente, cosas veredes… Con tal de no entrar en el fondo de la cuestión o de adquirir una cierta altura de miras, para hacerse una auténtica composición de la situación y sus posibles alternativas, cualquier cosa vale. No hay mayor ciego que el que no quiere ver.

Es evidente que el Régimen del 78 está atravesando la peor crisis de su historia: alrededor del 50% de la población según diversos estudios demoscópicos optan por un modelo republicano frente a la monarquía actual, y esto en el conjunto del Estado, porque en alguno de sus territorios el porcentaje favorable a la República está muy por encima de esa media. La sentencia del Procés condicionará una nueva fase de movilización y de resistencia popular, especialmente en Cataluña, y que a pesar de todas las maniobras implícitas y explícitas será de una gran potencia. La materialización del Brexit, posiblemente sin acuerdo con el Reino Unido, será un factor de desestabilización definitivo de la Unión Europea, ya de por sí en horas bajas; y esa fue y sigue siendo la gran y única opción en política exterior del Estado español. Es lo malo de poner todos los huevos en la misma cesta. A nivel global la cosa no les va mejor en sus apuestas político-económicas. El apoyo a la “fantasía Guaidó” siguiendo las instrucciones de Trump, frente a la realidad sólidamente asentada del Régimen Bolivariano en Venezuela, se demuestra con el paso del tiempo como una gran estupidez, siguiendo otras expresiones de esa línea de “pensamiento débil” del Estado español en temas tan cruciales en este momento histórico como la evaluación del papel de China en la gobernanza mundial.

Con este panorama, al menos parece que Pedro Sánchez comprende que el problema principal no es salir investido, sino ser capaz de construir un gobierno que no quede bloqueado a las primeras embestidas de los temporales con los que se va a encontrar. Y es en esa clave, en nuestra opinión, en la que se tienen que interpretar sus movimientos, incluyendo la hipótesis de la repetición electoral. Pero Pedro Sánchez y sus asesores tienen un problema estructural de imposible solución, tal cual es la limitación del Régimen actual para abordar la solución de los problemas reales que afectan al conjunto social de los pueblos del Estado español.

La maniobra puesta en marcha para conseguir un bloque socio-político lo más amplio posible, con la cara más presentable del Régimen, incluso buscando la adhesión en cierta manera de algunas fuerzas que teóricamente se dicen contrarias al Régimen del 78, demuestra una cierta audacia y además parece obtener algunos resultados iniciales, pero no pasarán de eso, porque lo que es imposible no puede ser.

Desde luego no está en juego la conformación de un gobierno de izquierdas, ni a la portuguesa ni a la española, con o sin Podemos. Lo que está en juego es la conformación de un “Gobierno de salvación del Régimen del 78” que además quede preparado para aplicar los recortes que la decadente UE exige. El intento de imposición de recortes en Sanidad a la Generalitat, que pronto se extenderá a otras comunidades y sectores, es un claro ejemplo de lo que decimos.

No hay más alternativa que el avance de los procesos republicanos. Desde luego en el Movimiento Popular Castellano lo tenemos claro: la lucha por la República feminista y comunera. En ese camino nos encontraremos con tod@s l@s que de verdad quieran un futuro de justicia, libertad y paz para nuestro pueblo.

Izquierda Castellana, 2 de agosto de 2019

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