¿Cuánto tardarán las siguientes Elecciones Generales, después de las próximas?

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¿Cuánto tardarán las siguientes Elecciones Generales, después de las próximas?

Ya ha finalizado la “precampaña” y hemos entrado oficialmente en “campaña electoral”; ya se puede pedir formalmente el voto. Si hay algo absolutamente estúpido en los procesos electorales -por cierto, de nunca acabar-, es esa distinción entre precampaña y campaña sobre la que las Juntas Electorales están atentísimas, demostrando así su afinidad por tal estupidez: la diferencia entre ambas es en lo esencial que no se puede pedir el voto formalmente en la primera. Nos parece de interés hacer unas breves reflexiones entre lo que ha sido esta precampaña en cuanto a los posicionamientos de los diferentes agentes político-partidistas, político-mediáticos y otros que cada vez intervienen más en los procesos electorales.

En el primer editorial después de que Pedro Sánchez decidiera convocar elecciones decíamos que, desde el punto de vista de las tácticas que el PSOE podía poner en marcha, esa decisión era un acierto, pues era muy probable que ganara las elecciones con una holgura suficiente para formar Gobierno con diversos potenciales aliados, desde Ciudadanos a Podemos, pasando por el PNV e incluso alguna de las fuerzas que se declaran soberanistas. El discurrir de las cosas parece que confirman plenamente esa hipótesis. También es claro que las preferencias de Pedro Sánchez están en una alianza con Ciudadanos, al percibir que este daría más estabilidad y perspectiva en el tiempo a su potencial Gobierno.

Las izquierdas republicanas y soberanistas de los diversos pueblos del Estado español hemos perdido una gran oportunidad para configurar una alianza político-electoral, especialmente en las Europeas, que supusiera una auténtica referencia en el proceso de construcción del proyecto que los pueblos trabajadores de las distintas naciones bajo jurisdicción del Estado necesitamos para avanzar en la solución de nuestras necesidades. Aunque estas necesidades son específicas en el caso de cada uno de los pueblos, es común el elemento que nos impide avanzar en su resolución: la supervivencia del Régimen del 78, además cada día en una versión más derechizada. Esta oportunidad perdida obviamente tendrá un coste social, pero esperamos y deseamos que ese camino, el único que nos puede llevar a la victoria, se retome.

Las derechas están haciendo una campaña aparentemente “confusa”, que incluso se podría valorar en el caso del PP como una “anticampaña electoral”. Nosotros no lo entendemos así. El PP y Vox -quizás Ciudadanos esté más perdido- están actuando de cara a la segunda vuelta de las Generales, que la habrá. La próxima legislatura obviamente no va a durar 4 años y, tal como está ocurriendo con la actual, probablemente en menos tiempo, habrá elecciones anticipadas. En ellas tienen puesta la mirada los estrategas de la recomposición en clave parafascista de la derecha española.

Saben que estas elecciones las va a ganar Pedro Sánchez, pero también que su Gobierno no va a poder dar solución satisfactoria a ninguno de los problemas políticos actualmente existentes. Se trata de ir generando un clima y unas herramientas que les permitan crear a medio plazo las condiciones para la victoria electoral en esa segunda vuelta, en base a los mensajes que ahora van sembrando y con los instrumentos que van construyendo, entre los que está, aunque por supuesto no aparezca en los medios, la alianza cada vez más eficaz entre el amplio sector de las fuerzas policiales con ideología franquista y un sector tampoco menor de la administración de Justicia con esos mismos planteamientos. Algunos de los episodios ocurridos últimamente en diversos puntos de Castilla, con la judicialización de la protesta contra actos de Vox, son una clara expresión de tal alianza instrumental; y esta no está mirando al pasado, como en los inicios de la Transición, sino hacia el futuro. Nos tenemos que tomar muy en serio la lucha antifascista, que no es fundamentalmente contra las bandas fascistas, sino contra un Régimen cada vez más fascistizado. Esa lucha hay que hacerla con total profesionalidad, incorporando la reflexión de que no nos enfrentamos a las cloacas del Estado, sino en lo esencial a un Estado-Cloaca.

En cuanto al papel de los medios de comunicación en general es absolutamente grotesco. No nos referimos a los medios de la derecha tradicional, que por supuesto también, sino a los que se consideran progres, como es el caso de PRISA o la Sexta. No es de extrañar que la SER haya perdido más de 400.000 oyentes en los últimos tiempos, o que El País se haya convertido en un ente fantasmagórico. No son prensa burguesa -a ese perfil ya solo responde La Vanguardia entre los grandes medios-, son simplemente comunicación-basura.

Sobre el papel de Podemos y su derrumbe totalmente previsible ya hemos reflexionado en diversas ocasiones. Solo añadir que la patética operación de oxigenación de última hora se evidencia cada día más como lo que es, y su alcance será muy limitado. La apertura oficial de campaña en Madrid, sin llegar a dos centenares de asistentes, es todo un ejemplo.

La intensificación de la represión como línea general, en la que se inscribe el anuncio del inicio del juicio oral para septiembre de 47 activistas vascos/as, es un dato perfectamente explicable de la evolución que marca el bloque dominante español y el marco de sus alianzas internacionales, pero los procesos de cambio no se hacen en aguas tranquilas.

A nivel internacional, a nivel de Castilla y del conjunto del Estado hay movimientos de gran importancia en la línea de construir nuevas formas de organización social y política al servicio del pueblo trabajador. La lucha del pueblo venezolano en defensa de su soberanía y sus derechos sociales parece un ejemplo de gran importancia. Hace unas semanas daban por finiquitado al Régimen Bolivariano con la autoproclamación de Guaidó como presidente interino; ahora ya ningún medio serio le pone tal adjetivo a ese señor. Los procesos de transformación progresista no son fáciles, tienen muchos enemigos enfrente, pero no hay otro camino para la construcción de la soberanía, la democracia y la justicia social.

En los próximos días, después de Villalar, publicaremos un documento informando sobre nuestro posicionamiento concreto ante las diferentes consultas electorales.

Tal y como dice nuestro lema para Villalar 2019, Castilla republicana, feminista y comunera.

Izquierda Castellana, 12 de abril de 2019.

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