Una pediatra para 1.200 niños

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“Teresa ha sido muy importante en mi vida, me ha enseñado cómo tratar a un bebé. La función de un pediatra es capital”. A Sara Esteban se le pinta la sonrisa cuando habla de la médica que le ha ayudado a lidiar con la revolución que supuso el nacimiento de sus hijos, que hoy tienen 5 y 7 años. Esta madrileña de 40 lleva dos décadas viviendo en Aranda de Duero, municipio de 30.000 habitantes a 80 kilómetros de Burgos, que está en pie de guerra para combatir la falta de pediatras en atención primaria causada por las malas condiciones laborales: sobrecarga de pacientes, jornadas eternas y trabajo extra cuando faltan los compañeros.

La Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria advierte de que en España 1.600 plazas pediátricas no están ocupadas por especialistas, el 25% de las 6.402 existentes. Esta situación deja, según sus estimaciones, a casi 1.600.000 niños sin la atención especializada que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la última década la población menor de 14 años ha aumentado en mayor proporción que el número de pediatras. En 2008 había 5.962.884 niños y 6.215 pediatras. Diez años después hay 276.000 menores y 291 especialistas más: siete niños más por pediatra.

Aranda de Duero se presenta como uno de los casos más sangrantes. El propio Gobierno autonómico admite que “no hay médicos” para ocupar las plazas disponibles. Se marcharon tres pediatras en octubre y sigue habiendo dos vacantes. Ningún médico se postuló para ellas. Los pediatras que quedan en Aranda manejan entre 1.000 y 1.100 tarjetas sanitarias cada uno, cuando el ratio que las organizaciones médicas consideran óptimo para garantizar la calidad es de 900.

 

Quienes peor lo tienen son los niños que viven en los más de 60 pueblos de la comarca del Duero. Solo tienen una pediatra, adscrita al ambulatorio rural de Aranda, que se ocupa de 1.200 tarjetas de tres zonas de salud. Por eso, además de atenderles en el municipio, se desplaza al centro de salud de Roa de Duero dos veces a la semana y una al de Huerta de Rey. “Tenemos que programar a nuestros hijos para que se pongan enfermos los dos días que viene. Y cruzar los dedos para que no tenga el cupo de pacientes completo”, relata Sara García, vecina de Roa. El propio coordinador del centro rural, Luis Arranz, quiere un nuevo facultativo y reconoce que esta médica, que es una pediatra de área (se llama así porque no está fija en un centro de salud), también asume parte del trabajo de los colegas arandinos emigrados.

El 20% de la plantilla tiene más de 60 años

Según las estimaciones de la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria, el 41% de los 6.506 pediatras que pasan consulta en los centros de salud y consultorios españoles tiene más de 55 años. Además, casi el 23% de esta plantilla supera los 60. Y, en Castilla y León, casi el 20% está en edad de jubilación.

El pediatra Pablo Oyáguez exhorta al Gobierno autonómico a incentivar los contratos en las zonas rurales; a mejorar las condiciones laborales y a dedicar más presupuesto a la atención primaria. La sobrecarga de estos profesionales es mayor en las zonas rurales porque recorren decenas de kilómetros para atender a los niños. Además, según denuncia el sector, la Administración debería contratar a tres pediatras en los equipos de atención de primaria de los centros de Roa de Duero, Huerto y Aranda Rural (Burgos). Solo se destina un pediatra por cada 600 niños, pero cada una de esas zonas por separado no suma 600. Todas juntas, sin embargo, superan los 1.200 menores, pero por razones legales se quedan con un solo pediatra. Las asociaciones en defensa de la sanidad piden que el Gobierno cambie el baremo de asignación de pediatras.

La presidenta de la Asociación Española de Pediatría, María José Mellado, ve con preocupación la situación. “La OMS ya avisa de que los menores tienen que ser vistos por pediatras hasta los 18; el profesional debe ser una persona cercana al niño desde muy pequeño para seguir su desarrollo durante toda la adolescencia”. Esta facultativa, jefa del servicio de pediatría del Hospital de La Paz, arguye que hay evidencia que demuestra que la salud de los niños mejora si los atiende un especialista. “Por ejemplo, la cobertura vacunal está por encima del 92%. Eso es muy importante; en España no ha habido el brote de sarampión de Francia”, comenta. Y añade que las zonas rurales son las más perjudicadas, donde calcula que entre el 50% y el 60% de los niños no son atendidos por un pediatra. Algo que corrobora la doctora Concha Sánchez Pina, presidenta de la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria: «Los especialistas en medicina infantil han recibido durante cuatro años formación específica en niños; mientras que los de familia rotan en un porcentaje muy inferior en la atención a menores».

En Aranda de Duero el déficit de pediatras lleva a que los niños que sí son atendidos por el especialista lo hagan durante menos tiempo del aconsejado. “Lo peor es que encima a mi hijo de 4 años en breve le atenderá el médico de familia”, cuenta indignada la madre de Roa, porque los niños rurales abandonan antes de los 14 la consulta pediátrica.

La población de la zona ha salido a la calle varias veces en los últimos meses para exigir más inversión y especialistas. Sara Esteban, la madre de Aranda, comenzó hace cuatro meses a recoger firmas con la ayuda de dos amigas cuando le tocó despedirse de su pediatra en octubre. Pide una sanidad pública de calidad en la comarca ante “la fuga de médicos”. Al cierre de este reportaje ya había recabado 6.000 firmas. Pero Esteban quiere más, porque en el día a día “hay anulaciones de citas, retrasos y saturación de urgencias”. Y por eso en su tiempo libre irá por pueblo por pueblo recogiendo más.

Según la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria, solo Madrid con 17 y Valencia con 15 vacantes sin cubrir superan a Castilla y León, una comunidad que tiene una dificultad añadida. Pablo Oyáguez, pediatra y presidente de la junta de personal del área de salud de Burgos apunta que hace 10 años la consejería fusionó la categoría laboral de los pediatras hospitalarios y los de atención primaria, lo que ha hecho que los médicos roten poco en primaria cuando están formándose. De modo que “se predispone a los futuros pediatras a optar por el hospital”.

La consejería asume que atraer a los especialistas en el territorio es competencia autonómica y que van a mejorar las condiciones para incentivar a los médicos a ocupar los puestos de difícil cobertura. “Al final o hay más médicos o los que hay trabajan más”, comenta el consejero Antonio María Sáez, quien reconoce que esta es una problemática que afecta a todo el país y por eso ha solicitado una convocatoria extraordinaria de MIR al Ministerio de Sanidad. Este año se han convocado 433 plazas en España, pero por cada “dos médicos que se jubilan, se está formando a uno”, lamenta Oyáguez. Mientras, los que quedan sobreviven, desbordados.

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