Médicos forenses molestos con las opiniones de la Comandancia de Huelva sobre el caso de Laura Luelmo

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La Sociedad Española de Medicina Legal y Forense (SEMLYF) ha asegurado que los datos “más fiables” tras una muerte son los que proceden del levantamiento del cadáver, de datos paramédicos y de los recogidos en la autopsia.

La organización se ha pronunciado así a raíz de la rueda de prensa dada por el coronel jefe de la Comandancia de Huelva, Ezequiel Romero, y el Teniente Coronel de la UCO, Jesús García, por el caso de Laura Luelmo, y con el objetivo de “aclarar” algunas cuestiones relativas a las materias propias de la especialidad de Medicina Legal y Forense, así como referentes al trabajo realizado por el equipo médico-forense del Instituto de Medicina Legal de Huelva.

Así, la SEMLYF ha avisado de que las referencias a la “autopsia preliminar” son inadecuadas, ya que se trata de un informe preliminar sobre la autopsia que se ha realizado. “En el momento actual se está a la espera de los resultados de los análisis complementarios solicitados para completar la información obtenida en la necropsia a través del examen del cadáver, no ante una segunda actuación necrópsica”, han detallado los médicos forenses.

En el supuesto caso de que a raíz de los mismos se realizara una nueva necropsia, se trataría de una “segunda autopsia”, por lo que la realizada el día 18 de diciembre a Laura Luelmo sería considerada en este supuesto como “primera autopsia”, no como una actuación preliminar a otra.

Asimismo, los médicos forenses han informado de que establecer con precisión la data de la muerte es uno de los retos “más difíciles” al que se enfrenta la Medicina Legal. “Esta tarea será tanto mas compleja a medida que nos alejamos del momento de la muerte, pudiendo aparecer interferencias importantes a lo largo de los días transcurridos. La data establecida por el equipo Médico-forense se ha determinado de forma científica a partir de la información disponible”, han aseverado.

Dicho esto, la organización ha insistido en que los datos “más fiables” se obtienen durante el levantamiento del cadáver y la práctica de la autopsia y proceden de la evolución de los fenómenos cadavéricos abióticos y bióticos, a los que se pueden añadir otros elementos como el cese de las funciones vitales.

En el causa de Laura Luelmo, según las informaciones aparecidas, cobra especial relevancia el estado evolutivo de las heridas y lesiones ocasionadas en el momento del ataque y en fases posteriores. “Al producirse la muerte se detiene el proceso de la evolución cromática de las equimosis, así como los procesos histoquímicos de la inflamación, por lo que se podrá establecer con relativa precisión el momento en que aquellas fueron inferidas”, han argumentado.

Por otra parte, y dado que la evolución de los fenómenos cadavéricos depende, fundamentalmente, de factores extrínsecos, tales como las condiciones ambientales, de manera muy especial la temperatura, pero también la humedad, la velocidad del aire, posibles fenómenos atmosféricos, la organización ha comentado que la determinación científica de la data de la muerte tendrá que tomar en consideración estos factores a la hora de aplicar cualquier fórmula u algoritmo.

han recordado que las valoraciones sobre el investigado deben sustentarse sobre estudios médico-forenses rigurosos de carácter científico.

“Las conclusiones obtenidas no deben ponerse en duda por las posibles interferencias de estos factores ambientales, puesto que su consideración forma parte del estudio”, ha dicho, para informar de que los análisis complementarios, que se deben emplear, “no suelen corregir de modo sustancial las primeras predicción, raramente supondrán una rectificación importante a las conclusiones obtenidas a partir del examen del cadáver”.

El establecer en este momento la data es una obligación “ineludible” y no cabe exigir “ninguna responsabilidad” al investigador o investigadores que determinan la predicción si esta es modificada a posteriori, si bien en ocasiones nuevas aportaciones permiten afinar más o justificar el por qué un parámetro se ha desviado de la evolución estándar.

Por lo tanto, los médicos forenses han señalado que la modificación que se pudiera producir con los análisis complementarios no significaría que hubo un error en la primera valoración, sino que ahora se cuenta con nuevos elementos de juicio que permiten concretar “mejor” el momento de la muerte, la agonía, y por ende el periodo transcurrido desde la muerte hasta que fue encontrado el cadáver.

“Las conclusiones obtenidas científicamente por el equipo médico-forense a partir del examen del cadáver deben ser cuestionadas de manera científica sobre la base de los mismos elementos de juicio. El simple contraste con hipótesis obtenidas a través de elementos circunstanciales de carácter indiciario no es suficiente. Las referencias a lo que pudo pasar con el cuerpo de la víctima a lo largo de la fase agónica que ha podido existir, también deben sustentarse sobre elementos objetivos conseguidos científicamente, no sobre hipótesis a partir de elementos indirectos”, han argumentado los expertos.

Finalmente, han recordado que las valoraciones sobre el investigado deben sustentarse sobre estudios médico-forenses rigurosos de carácter científico. “Es muy importante respetar las competencias de los distintos profesionales que intervienen en la investigación criminal, y entender que se trata de una actuación en equipo de carácter multidisciplinar. El éxito de este, como de cualquier otro, dependerá de que cada uno respete, dentro de la necesaria coordinación, las competencias propias de cada especialidad y profesión”, han zanjado, no sin antes a la Guardia Civil por el “magnífico trabajo realizado”.

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