Textos traducidos del portugués al castellano por Victor Acuña.
No hay barbarie que dure para siempre
El TSE acaba de informar que el candidato de extrema derecha ha ganado las elecciones presidenciales de 2018, con 11 millones de votos de ventaja. El candidato neofascista ha tenido 57,5 millones de votos y Haddad 46,5 millones de votos
Nuestra respuesta es : resistiremos.
Brasil tiene más de 200 millones de habitantes y más de 140 millones de electores.
El neofascista y ultraliberal no tiene el apoyo de la mayoría del pueblo brasileño.
El voto a Haddad es uno de los muchos indicadores de que contra el neofascismo y el ultraliberalismo habrá mucha resistencia.
No debemos tener ilusiones: la extrema derecha ya demostró estar dispuesta a implementar, incluso a hierro y fuego, su programa ultraliberal y antidemocrático.
Y uno de los principales obstáculos para ello es y continuará siendo el conjunto de las organizaciones de la izquierda brasileña, señaladamente para el PT, la CUT, el MST, la UNE y el Frente Brasil Popular.
Fueron estas fuerzas las que vertebran la lucha contra el golpe y contra la extrema derecha.
En el corto plazo, corresponderá a estas organizaciones:
- a) Contribuir en la resistencia democrática y popular contra el neofascismo y el ultraliberalismo, inclusive movilizando inmediatamente los sectores populares contra lo que Michel Temer intentará hacer, en el apagado de luces de su gobierno golpista;
- b) Reforzar las medidas en defensa de los derechos humanos, de la vida y de la integridad de sus militantes, actividades y sedes, impidiendo que la violencia combinada de grupos paramilitares y la complicidad activa o pasiva de sectores del aparato judicial y de seguridad destruyan, intimiden y/o desorganicen el funcionamiento de la izquierda brasileña;
- c) Formular una estrategia y un modelo organizativo adecuados al nuevo momento histórico, articulando partidos y movimientos, grupos parlamentarios y gobiernos liderados por el PT y aliados en un frente democrático y popular en defensa de las libertades democráticas y de los derechos económicos y sociales del pueblo;
- d) Retomar con toda energía la campaña Lula Libre.
En el medio y largo plazo, el éxito de la resistencia, la derrota del neofascismo ultraliberal, la reconquista del gobierno federal, la lucha por transformaciones democrático-populares y socialistas, dependerán de que percibamos que no estamos en 1968, ni en 1987 o 1995.
La estrategia adoptada por la mayor parte de la izquierda brasileña, en los momentos citados, no es adecuada para el momento que se inició la noche del 28 de octubre.
Uno de los mayores desafios del PT será ayudar a construir implementar una nueva línea política estratégica e una condducta cotidiana a la altura de esa nueva situación histórica.
Las victorias de la extrema derecha en los estados de SP,RJ y MG, así como la fuerza del centro izquierda y del PT en el Noreste necesitan ser objeto de análisis detenido.
Nuestra línea política debe dar gran importancia a la cuestión regional, que sobresale en cada elección.
Nuestra línea también deberá combinar, e manera adecuada, la lucha en defensa de las libertades democráticas, con la defensa de los intereses económicos y sociales de las clases trabajadoras, evitando tanto el economicismo como la defensa “en abstracto” de la “democracia”.
Y nuestra línea incluye continuar defendiendo y construyendo el Partido de los Trabajadores.
El Partido de los Trabajadores fue construído en 1980, en la lucha contra la dictadura militar y ,después, contra la “transición conservadora”. En 1989, casi ganamos la Presidencia de la República. En los años 1990 estuvimos en la línea de frente de la oposición al neoliberalismo. De 2003 a 2016 gobernamos Brasil. Desde entonces, luchamos contra el golpe y lideramos el enfrentamiento al neofascismo.
Esa trayectoria nos convierte, automaticamente, en enemigo principal del gobierno que tomará posesión en enero de 2019.
Tendrán continuidad la persecución mediática, la arbitrariedad judicial y policial y las violencias paramilitares. Intentarán inviabilizar nuestro funcionamiento, dividir nuestras filas e incluso anular nuestra marca.
Sólo derrotaremos estas y otras agresiones – empezando por la prisión política de Lula – si mantenemos una línea política correcta, lo que incluye reconstruir nuestros vínculos con aquellos sectores de la clase trabajadora que se distanciaron de nosotros.
Es parte de la defensa del PT un balance detallado de nuestra reciente campaña electoral.
Balance de los aciertos ( entre los cuales destacamos la defensa hasta el límite de la candidatura de Lula), de los errores políticos (entre los cuales destacamos el tiempo consumido y las concesiones hechas en el sentido de atraer sectores de “centro”, cuando lo más importante habría sido priorizar la deconstrucción de Bolsonaro y la conquista del voto popular) y organizativos (donde se destaca el atraso con el que se enfrentó el tema de la comunicación en las llamadas redes sociales).
Al hacer el balance de la campaña presidencial, articulado el balance de las campañas para gobernador, Senado y proporcionales, debemos ser los primeros en apuntar nuestros errores. Entre ellos, el de no haber conseguido impedir,ni revertir, la conquista de parcelas de las clases trabajadoras por el discurso neofascista y ultraliberal.
Al reconocer errores, no nos privaremos de desenmascarar a aquellos que critican y piden “autocrítica” del PT apenas para esconder su contribución, por acción u omisión, al crecimiento político y electoral de la extrema derecha. Incluso, en algunos casos, no tomando posición explícita en la recta final del segundo turno.
La cobardía de estos contrasta con la valentía de milalres de “famosos” y de millones de “anónimos” que dedicaron su tiempo, sudor y saliba para intentar impedir la catástrofe.
La militancia del PT ocupó su lugar en la primera fila del combate al neofascismo ultraliberal. Y luchó un buen combate. Viva la militancia petista!!!
El PT debe acoger la militancia que despertó para la lucha desde el golpe, así como aquella que hoy está albergada en otros espacios, como MST y organizaciones próximas.
En el caso del PCdB, el PT debe abrir un diálogo que permita a este partido evitar los problemas creados por la cláusula de barrera.
Diálogo similar se debe tener el terreno sindical y de los frentes Brasil Popular y Pueblo Sin Miedo, en la perspectiva de unificar al máximo posible las fuerzas de izquierda.
El candidato neofascista y ultraliberal ha ganado el escrutinio con el apoyo del arbitrio, de la mentira, del abuso de poder económico y de una fraudulenta manipulación mediática de las redes sociales – crímenes electorales gravísimos que la justicia no quiso castigar-. Particularmente decisiva para la victoria del neofascista ha sido la decisión del TSE, impidiendo la candidatura de Lula.
El período que se inaugura será de inmensos desafíos y dificultades. Sin subestimar las dificultades que se abatirán sobre el gobierno de extrema derecha, tampoco debemos minimizar el tiempo y el esfuerzo necesarios para derrotarlo.
Pero la victoria será posible, si por encima de todas las tareas y desafíos abordados anteriormente, continuamos construyendo el Partido de los Trabajadores, con una línea política que lo mantenga como principal expresión del pueblo consciente y que lucha, de los movimientos populares y sindical, de la ciudadanía democrática, de la militancia de izquierda, de los trabajadores y trabajadoras que luchan por el socialismo.
Valter Pomar, domingo, 28 de octubre de 2018
Sobre el “tweet” de Fernando Haddad
En el discurso hecho la noche del 28 de octubre, el compañero Fernando Haddad no felicitó al presidente electo.
Hasta donde yo sé, no se trató de un olvido sinó de una decisión colectiva y consensuada.
En la mañana del 29 de octubre el compañero Fernando Haddad divulgó el siguinte “tweet”:
“Presidente Jair Bolsonaro. Le deseo éxito. Nuestro país merece lo mejor. Escribo este mensaje, hoy, de corazón tranquilo, con sinceridad, para que estimule lo mejor de todos nosotros. Buena suerte!”
Más que el “cambio” de posición, la banalidad del texto tweteado contrasta con la tragedia histórica, creí que era otra fake news, quizás obra de un hacker.
Pero no era una fake news.
No imagino los motivos y argumentos que llevaron a mi candidato a cometer este gesto.
Sólo quiero decir que , en este caso, Haddad no me representa.
El nombrado en el tweet es ahora presidente electo, nos guste o no.
Y al decidir participar en la elección, incluso intuyendo que ésta podía ser sistemicamente fraudulenta, nos conduce a tener que reconocer el resultado.
Pero esto no nos obliga a cumplir ciertos rituales y protocolos, ya que el otro lado incumplió todos los rituales y protocolos.
Además el “éxito” y la “buena suerte” de Bolsonaro no serán lo “mejor” para la mayoría trabajadora de este país. Incluso para los populares que le hayan votado.
Por todo esto confieso mi absoluto asombro al leer el siguiente tramo del tweet: “Escribo este mensaje, hoy, de corazón tranquilo, con sinceridad, para que estimule lo mejor de todos nosotros.”
Millones de personas “anónimas” y millares de personas “famosas” corrieron y siguen corriendo riesgos. Algunas perdieron la vida. Otras, inclusive mi candidato a la presidencia, fueron amenazados con “pudrirse en la cárcel”. Y el programa neofascista y ultraliberal del vencedor no tiene como estimular “lo mejor de todos nosotros”.
Siendo así, el único mensaje que en mi opinión, como elector de Haddad, creo que podría ser enviada al electo sería algo más o menos así: “Cumpla la Constitución. Detenga la violencia de sus partidarios. Por nuestra parte haremos oposición, como nos faculta la ley, nuestra conciencia y nuestros principios. Al pueblo brasileño le deseamos buena suerte y mucha lucha!”.
Por último: cada cual sabe cuan tranquilo tiene su corazón.
Claro que está “intranquilo” el corazón de quien piensa en los que fueron, son o pueden ser víctimas de violencia.
Claro que está “intranquilo” el corazón de quien nunca usó el término “fascista” o “dictadura” en vano.
Pero, al mismo tiempo, siempre estuvo tranquilo el corazón de quién entabló buen combate, del lado correcto, por la causa justa, al lado de tanta gente que tiene un corazón rojo que late en el lado izquierdo del pecho.
Nada de esto cambió, de ayer para hoy. Ni cambiará, salvo con mucha lucha. También porque tratándose de Bolsonaro, gentileza no genera gentileza
Valter Pomar,lunes, 29 de octubre de 2018