En España, cerca de 11 millones de mujeres trabajan ocho horas al día sin recibir ninguna remuneración

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En España se emplean 130 millones de horas diarias en 2018 en trabajo de cuidados no remunerado, una cifra que equivale a 16 millones de personas trabajando ocho horas al día sin percibir remuneración alguna y al 14,9% del PIB.

Dos tercios de estas personas son mujeres

Mujeres que, en muchas ocasiones, paradójicamente, son calificadas como “inactivas”, porque “no trabajan”, ya que para ellas, los cuidados no remunerados lastran su incorporación al mercado formal de trabajo. Son algunos de los datos que pueden extraerse del informe de la Organización Internacional del Trabajo El trabajo de cuidados y los trabajadores del cuidado. Para un futuro con trabajo decente.

En torno a la presentación de este estudio la Escuela Profesional de Relaciones Laborales organizó un diálogo, protagonizado por Manuela Tomei, directora del departamento de condiciones laborales e igualdad de la OIT, Soledad Murillo, secretaria de Estado de Igualdad, y Justa Montero, activista feminista, al que se sumaron expertas e integrantes de organizaciones de mujeres y sindicatos que formaban parte del público invitado.

El estudio arroja algunos mensajes fundamentales, según explicó Manuela Tomei:

  • el trabajo de cuidados no remunerado es un trabajo, lo cual “tiene secuelas revolucionarias”.
  • la “carga” de trabajo no remunerado y su desigual distribución tiene consecuencias en las desigualdades que enfrentan las mujeres en el mercado laboral;
  • en el caso de España esta “carga” es mayor que en otros países de su entorno como determinante para que las mujeres no tengan un empleo remunerado, ya que según el estudio, el 25,1 por ciento de las mujeres inactivas en nuestro país afirman que no están disponibles para un empleo ni lo buscan debido a estas tareas de cuidado, mientras que la media de los 28 países de la UE es del 19,3 por ciento.

El estudio resalta que el trabajo de cuidados no remunerado “sigue siendo no reconocido e invisible”.

Cambio de paradigma

Los datos evidencian la necesidad de promover un cambio de paradigma económico y social, lo cual implica “entender el significado profundo de los cuidados”, según realiza la economía feminista, comprendiendo que son “imprescindibles para que la sociedad se sostenga”, diferenciando producción de reproducción y cambiando el objeto central de la economía y de las políticas públicas de los mercados a las personas.

la “carga” de trabajo no remunerado y su desigual distribución tiene consecuencias en las desigualdades que enfrentan las mujeres en el mercado laboral

Así lo explicaba Justa Montero, experta en género y activista feminista, lanzando la pregunta: ¿por qué los trabajos fundamentales para el sostenimiento de la vida son los menos valorados y pagados y otros trabajos que no contribuyen a este sostenimiento son mejor valorados y mejor pagados?

“Durante la llamada crisis, las políticas neoliberales han desplazado la responsabilidad de los cuidados a los hogares para que tuvieran el mínimo coste”, aseguró Montero, destacando que la huelga feminista vino a evidenciar esta desproporción y a cuestionar cuál es el papel de los hombres en todo esto.

Del informe de la OIT se desprende que en 15 años la brecha de género en el tiempo dedicado a la prestación de cuidados no remunerada apenas disminuyó en 7 minutos (al pasar de 1 hora y 49 minutos a 1 hora y 42 minutos) en los 23 países que cuentan con series cronológicas de datos.

Otra de las realidades que la Huelga Feminista del pasado 8 de marzo logró visibilizar fue la situación de las trabajadoras domésticas. La activista aprovechó su intervención para recordar que el Convenio 189 de la OIT está todavía sin ratificar por parte del Estado español y fue respondida por Soledad Murillo, quien aseguró que se está trabajando en la ratificación del Convenio 189 a través del dialogo social, ya que hay que reformar el Estatuto de los trabajadores.

Murillo añadió que la definición del problema pasa por visibilizar y cuantificar las tareas de cuidados. “El trabajo a domicilio contratado por ayuntamientos y comunidades autónomas está peor pagado que el de vigilar un parking”.

Un asunto público

La Secretaria de Estado de Igualdad insistió en que los cuidados son un asunto público no privado y propuso eliminar la palabra conciliación y hablar de corresponsabilidad. La corresponsabilidad es un tema que debería impartirse desde edades tempranas, en los colegios, y advertir que el trabajo parcial para poder realizar estos cuidados o quedarse en casa por ello repercute negativamente en derechos futuros como la jubilación.

La idea de mostrar que los cuidados no se resuelven en privado, sino mediante políticas públicas y recursos sociales fue defendida en varias de las intervenciones del público. En ese sentido se habló de la necesidad de poner en valor la comunidad y de generar redes en los barrios. Tampoco se puede obviar el deterioro en los servicios públicos que se subcontratan a nivel de empresas, que realizan contrataciones de pocas horas, con escasos derechos laborales.

Desde la OIT recomiendan a España avanzar en la inversión en políticas públicas de cuidado, como la ampliación de los permisos de paternidad y la universalización de la escuela de 0 a 3 años, así como impulsar iniciativas privadas para lograr la transferencia de gran parte de los cuidados al mercado laboral remunerado. “Pero debe ser un empleo de calidad”, subrayó Tomei.

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