El acoso callejero a mujeres jóvenes es diario y está normalizado, según un estudio de Plan International

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El acoso callejero, verbal y físico, hacia niñas y adolescentes es un problema diario y «normalizado» en ciudades de los cinco continentes, según revela el informe ‘(In)seguras en la ciudad: las experiencias diarias de niñas y mujeres jóvenes’ elaborado por la ONG de ayuda a la infancia ‘Plan International’.

El acoso callejero, verbal y físico, hacia niñas y adolescentes es un problema diario y «normalizado» en ciudades de los cinco continentes, según revela el informe ‘(In)seguras en la ciudad: las experiencias diarias de niñas y mujeres jóvenes’ elaborado por la ONG de ayuda a la infancia ‘Plan International’.

Cerca de 21.200 mujeres de entre 16 y 30 años de Madrid (España), Kampala (Uganda), Sídney (Australia), Lima (Perú) y Nueva Delhi (India), cinco ciudades de los cinco continentes, han participado en este estudio que recoge los lugares que las jóvenes identifican como seguros o inseguros en sus respectivas ciudades, así como sus opiniones sobre ellos.

Piropos no deseados, silbidos, miradas insistentes, manoseos y exhibicionismo son algunas de las formas de acoso callejero con las que conviven diariamente y que les generan sensaciones que van desde la incomodidad hasta el miedo, según los testimonios recogidos a través de la plataforma online Free to Be, de Plan International, puesta en marcha en abril de este año.

Las declaraciones recogidas en el marco de este estudio, lanzado con motivo de la conmemoración este 11 de octubre del Día Internacional de la Niña, muestran que las jóvenes viven este acoso callejero en diversas ocasiones «con resignación». De hecho, en algunas ciudades la mitad de las mujeres aceptan el trato que reciben. «Simplemente tienes que tolerarlo, es algo que sucede y es normal», apunta una de las mujeres que han participado en el estudio.

«Hasta el más mínimo piropo no deseado conlleva permanentemente el riesgo de escalada a una situación más incómoda o directamente violenta. Esta sensación de incertidumbre genera inseguridad entre las niñas y las jóvenes», recalcan desde Plan Internacional.

Todas dicen que viven con algún grado de miedo

El informe reporta casos de violencia de mayor o menor intensidad dependiendo del país y del tipo de entorno urbano; mientras en Kampala las chicas en ocasiones temen por su vida, en ciudades más seguras como Madrid las quejas giran en torno al acoso verbal. No obstante, en todas las ciudades las jóvenes aseguraron vivir diariamente con algún grado de miedo y todas las chicas coinciden en señalar que la ciudad es menos segura para ellas que para los chicos.

«Pasan miedo cuando van solas y, cada una en su contexto, se ven obligadas a modificar sus comportamientos para protegerse», destaca la ONG, que hace hincapié en que las chicas se han sentido más motivadas a reportar experiencias cuando se sentían inseguras e incómodas que a señalar puntos positivos. De hecho, la mayoría de los 9.292 comentarios emitidos en la plataforma son negativos.

La ONG muestra especial preocupación porque el informe revela la «normalización» del acoso por parte de la sociedad. En todas las ciudades las jóvenes sienten que es un problema «minimizado» y, especialmente el verbal, no es considerado como una agresión.

Según el estudio, tras una situación de acoso el 40% de las jóvenes adoptó el mismo mecanismo de defensa: evitar volver a pasar sola por el lugar. Algunas nunca vuelven al sitio y, las menos llegaron a dejar los estudios o el trabajo a raíz de una experiencia de acoso.

A excepción de Kampala, donde las jóvenes asocian mayoritariamente la inseguridad en la ciudad a la posibilidad del robo, la mayoría de las chicas la asocia al miedo al acoso sexual y perciben que son acosadas por ser mujeres y jóvenes. Para el 78% de las chicas de Nueva Dehli, la discriminación de género está en la raíz del acoso en la ciudad.

Apenas un 10% lo denuncia

Apenas el 10% de las jóvenes se anima a acudir a las autoridades y, cuando esto ocurre, la respuesta es mínima o nula, según desvela el informe de la ONG, que precisa que muchas formas de acoso no están tipificadas como delito en la mayoría de los países analizados.

«La participación y las respuestas de las jóvenes ha superado todas nuestras expectativas. Que tantas chicas hayan querido utilizar ‘Free to be’ demuestra que quieren ser escuchadas, que se den soluciones a sus problemas y ser parte activa de esa solución.», señala la directora general de Plan International, Concha López.

Asimismo, una de las jóvenes activistas involucradas en el diseño de la herramienta asegura que este proyecto ha sido crucial porque le ha permitido «escuchar las historias de miles de chicas en varias ciudades del mundo que han vivido experiencias de acoso callejero». «Me he dado cuenta de que somos muchas, no estamos solas y que tiene que haber un cambio», ha declarado.

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