Más de veinte municipios castellano-manchegos no cambian sus calles con nombres franquistas

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Pueblos de todas las provincias han respondido con una negativa al requerimiento hecho desde el Senado a través de Compromís

Algunos como La Roda o Golosalvo «reiteran» en el incumplimiento y algunas incluso se «chulean», tal como señalan en el caso de Ocaña

Albacete, Golosalvo, La Roda, Llanos del Caudillo, Arrancapepas, Villares del Saz, Reíllo, Horcajo de Santiago, Peñalver, Fuentelencina, Santa Cruz de Retamar, Ocaña, Fuensalida, Torre de Esteban Hambrán, Manzaneque, Recas, Fuensalida, Villafranca de los Caballeros, Los Navalucillos, Talavera de la Reina, Miguel Esteban. Estas son las localidades que han decidido hacer caso omiso, negarse o «chulearse» tras el requerimiento enviado por Compromís en el Senado para cambiar el nombre de sus calles franquistas.

En el caso de Golosalvo y La Roda, por ejemplo, Compromís ya había interpuesto una denuncia  ante las Fiscalías provinciales junto a otros municipios como Tórtoles o Navalmoral de la Mata. Las denuncias se presentaron para que, en el caso de que no se abriese diligencias, en los «casos más flagrantes» se interpusiesen querellas directamente en los juzgados. En esta ocasión, el Ayuntamiento de la Roda ha respondido que la aplicación de la Ley de Memoria Histórica «no ha de ser indiscriminada ni dirigida a cualquier sustantivación». «Se hace preciso valorar si las denominaciones de las calles en cuestion suponen o no esa exaltación», explican en el escrito fechado el 25 de junio de este año. Se trata de las calles Calvo Sotelo y General Mola.

En el caso de Reillo, una pequeña localidad conquense, el Ayuntamiento ha contestado al Senado que «no dispone de medios económicos y técnicos, no dispone de personal en plantilla ni presupuesto para atender el gasto de organización del Archivo» pero, de todos modos, no se ha tramitado ningún expediente destinado a la eliminación de símbolos franquistas. «Es cuanto puedo informarle al respeto». Desde Fuentelencina, Guadalajara, explican que la denominación calle Calvo Sotelo «no se encuentra en los parámetros establecidos, a modo de ver de esta Corporación, de la Ley de Memoria Histórica». «La Ley de Memoria Histórica abarca desde 18 de julio de 1936 hasta el 20 de noviembre de 1975», aseguran.

Desde Los Navalucillos explican que a través de un acuerdo del Pleno de la Corporación en diciembre de 2004, se tramitó el cambio de la Plaza del Generalísimo a Plaza del Álamo, y de la calle José Antonio Primo de Rivera a Calle Real «anticipándose a la Ley de Memoria Histórica». «En cuanto a la denominación de la calle Calvo Sotelo, no se tramitó ningún expediente puesto que D. Leopoldo Calvo Sotelo fue el segundo Presidente de Gobierno de la Democracia Española, entendiéndose desde este consistorio que dicha denominación no vulnera ley Alguna».

En algunos municipios, los nombres de las calles no se encontraban actualizados en el Instituto Nacional de Estadística, pero se comprometen a pedir el cambio o anuncian que el trámite ya se inició. Es el caso de las localidades toledanas de Noéz, Mohedas de la Jara o Yunclillos. A pesar que desde Compromís reclaman que desde Ocaña se niegan a cambiar e incluso se han «chuleado», también señalan que el Consistorio toledano se ha comprometido a elaborar un catálogo para «adoptar las medidas oportunas» para cumplir con la Ley de Memoria Histórica.

Entre las distintas respuestas positivas se encuentra, por ejemplo, la de Fuensalida, que recuerda que ya en junio de 2017 se adoptó el acuerdo para cambiar las calles de Comandante Álvarez Entrena, calle de Calvo Sotelo y la Plaza del Generalísimo, para cambiarlas a Carretera de Talavera, Calle Mesones y Plaza de la Constitución. En Tamajón, Guadalajara, que la plaza de José Antonio sigue en algún documento, pero que en octubre de 2017 pasó a llamarse Plaza del Coso y así lo estipula la certificación correspondiente.

Los requerimientos fueron mandados a iniciativa del senador Carles Mulet de Compromís, a lo largo de este 2018, pidiendo que se enviaran también los expedientes municipales para justificar la comunicación al Instituto Nacional de Estadística del cambio de nomenclatura de aquellas calles con referencias a la dictadura franquista.

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