La crisis aflora más de 10.000 nuevos millonarios

Comparte este artículo:

No todos los españoles han sufrido la crisis con la misma intensidad: más de 10.000 personas se convirtieron en millonarios entre 2007 y 2016, según revela la Estadística de Declarantes del Impuesto de Patrimonio que este martes ha hecho pública la Agencia Tributaria.

Concretamente, 10.095 contribuyentes se sumaron en ese periodo a los 47.614 que poseían una fortuna declarada superior al millón y medio de euros, a los que hay que sumar una parte de los 135.390 que tienen bienes por un valor de entre 300.000 y 1,5 millones.

No obstante, este último grupo se ha reducido en más de 300.000 personas, principalmente formado por medianos empresarios que sufrieron en su patrimonio los efectos de la crisis.

El aumento de la riqueza declarada en este impuesto desde su recuperación en 2011 no ha tenido mucha repercusión en las arcas públicas: declaraciones por 109.128 millones más (250.334 millones por 359.463) solo elevaron la recaudación en 300, al pasar de 739,4 a 1.039,7.

Una presión fiscal 44 veces inferior a la del IRPF

La presión fiscal de este impuesto, recuperado después de tres años de suspensión y con una reforma que dejó exentos de tributar a quienes poseyeran un patrimonio inmobiliario (acciones, seguros, joyas, obras de arte) de hasta de 700.000 euros y aplica exenciones de hasta 300.000 por la vivienda habitual, se reduce en la práctica al 0,28%.

De hecho, solo las grandes fortunas acumulan bienes exentos de tributar por valor de 148.705 millones de euros, lo que eleva sus riquezas reales a 384.307.

El Impuesto de Patrimonio recauda un euro por cada 346 sujetos al impuesto, un nivel mucho más de 40 veces inferior, por ejemplo, que el 12,53% que los hogares soportan como media en el IRPF y más de 35 veces menor que el 10,47% de las empresas en el Impuesto de Sociedades, según recoge el Informe Anual de Recaudación de la propia Agencia Tributaria.

El tipo impositivo se eleva al 0,37% para quienes poseen riquezas por valor superior a 1,5 millones de euros, que pagan 875,8 millones por un patrimonio declarado de 235.638. Sin embargo, si se incluyen en el cálculo los bienes exentos de tributar, que suman 148.705 millones y suponen más de la mitad del total (256.489), la presión fiscal real baja al 0,25%: un euro en impuestos por cada 400 de propiedades, cincuenta veces más liviano que el IRPF.

Un tercio del PIB

Ese avance de las fortunas tampoco ha tenido efectos beneficiosos para los hogares en un país capaz de batir de manera simultánea sus récords de creación de riqueza y generación de pobreza y de alumbrar 24 nuevos pobres por cada rico emergente.

De hecho, su comparación con la evolución del PIB (Producto Interior Bruto) resulta un indicador de la creciente desigualdad: las fortunas declaradas en el Impuesto de Patrimonio han pasado de equivaler a un 23,3% en 2011, en plena crisis, a consolidarse en el entorno del 32% a partir de 2014, con la mejora de los indicadores macroeconómicos que la propaganda oficial bautizó como brotes verdes.

Esa concentración de la riqueza se ha dado también entre los declarantes del Impuesto de Patrimonio: estos han aumentado un 51% (de 130.126 a 197.768) y su patrimonio ha crecido un 43,5% (de 250.334 millones a 359.463), mientras el grupo de quienes declaran más de millón y medio, que controla entre el 66% y el 68% de esos valores pasaba de suponer el 34% de los contribuyentes a representar el 29%.

¿En qué consisten las fortunas?

Algo más de dos tercios de los bienes declarados en el Impuesto de Patrimonio (465.099 millones de 632.272) están invertidos, ya sea en la bolsa (83.212), en acciones no negociadas (226.062), en Sicav (88.085) o en deuda pública (13.177), y en cuentas bancarias a la vista y depósitos (54.622).

A esta partida le siguen en importancia los inmuebles, con un valor de 127.113 millones de euros, el grueso de ellos urbanos (123.671, con un aumento de 28.200 en tres años), mientras menos del 2% (11.380) están afectos a actividades económicas.

Llama la atención la afición a las bellas artes de los declarantes del Impuesto de Patrimonio, con adquisiciones por valor de 534,5 millones que se han reactivado con la llegada de los ‘brotes verdes’, ya que la partida ha aumentado en 127 millones desde el cierre de 2013. La compra de obras de arte siempre se ha considerado una inversión segura y de fácil manejo entre las elites.

No obstante, le supera en cuantía la partida que registra el resto de los llamados “bienes suntuarios”, como joyas, pieles, coches, aviones y barcos, que en tres años ha pasado de 558 a 739 millones, con un aumento de 181.

¿Y dónde están localizadas?

Por comunidades, la mayor acumulación de bienes declarados en el impuesto se da en Catalunya, que suma 176.842 millones de euros, seguida de Madrid, con 158.077,y, ya a más distancia, la Comunitat Valenciana con 60.064, Andalucía con 43.268 y Galicia con 38.560.

Y, por número de declarantes, Catalunya aglutina a más de dos tercios: 74.125 (y subiendo) de 197.768, a 72.075 de los cuales, con un patrimonio superior a 300.000 euros y una fortuna media de 2,49 millones, les sale a pagar.
Esta comunidad le saca una diferencia de más de 50.000 a la Comunitat Valenciana (22.105), a la que le siguen por volumen Andalucía (18.253), Madrid (17.507) y Aragón (12.741), las únicas que superan los 10.000 contribuyentes.

Comparte este artículo: