Pedro Alcorisa, el «último guerrillero» conquense que luchó décadas para enterrar dignamente a su padre

Pedro Alcorisa | La Gavilla Verde
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Nacido en la aldea de Higueruelas en Cuenca, se unió al movimiento guerrillero con apenas 26 años. Su padre, Teófilo, fue detenido en 1946 para ser interrogado por el paradero de su hijo

Pedro peleó contra el «muro infranqueable» de Rita Barberá para poder exhumar los restos de su padre, que se encontraban en un cementerio en la capital valenciana

«Fue un guerrillero y un hombre humilde que no quiso ningún protagonismo y que nos servirá de ejemplo y referencia en nuestra labor de recuperación de la Memoria Histórica». Así se despedían de Pedro Alcorisa desde la Asociación Cultural La Gavilla Verde de Santa Cruz de Moya (Cuenca), entidad con la que colaboró desde 2000 año en que se iniciaron las Jornadas de los Maquis en Santa Cruz de Moya. «Nos ayudó a encontrar muchas respuestas sobre la historia de los maquis», recordaban este pasado domingo 23 de julio.

Pedro Alcorisa se unió a la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón cuando sólo tenía 26 años.

 

«Para nosotros, estará para siempre en las cotas mas altas de la honradez y fidelidad a los principios democráticos encarnados por la II Republica Española. Con tu recuerdo, seguimos en la lucha». Fernando Antón, el primer presidente de La Gavilla Verde recuerda que los guerrilleros o ‘maquis’ fueron los que «más sufrieron» la represión franquista, junto a los enlaces, las personas que los ayudaban fuera de los montes.

La afiliación al movimiento guerrillero de Pedro alcanzó rápidamente a su padre, Teófilo Alcorisa. Fue detenido en abril de 1947 por la Guardia Civil para interrogarlo acerca del paradero de su hijo. Después de ser apresado, su familia nunca más lo vieron, y tuvieron que pasar décadas hasta lograr encontrar el paradero del cuerpo de Teófilo, después de que fuese torturado. Pedro se convirtió así también en activista de la memoria histórica, movido por el deseo de encontrar la fosa de su padre y luego también apoyando el trabajo de La Gavilla Verde.

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EFE

Sin embargo, la localización de los restos de su padre no fue sencilla. El actual presidente de la asociación, José Gorgues, recuerda que se tuvo que enfrentar al «muro infranqueable» de Rita Barberá mientras gobernaba en el Gobierno municipal de Valencia. A pesar del apoyo de los otros partidos, como el PSOE, el Ayuntamiento llegó a exigir miles de euros a la familia Alcorisa para poder localizar el cuerpo de Teófilo en el cementerio de la ciudad valenciana. Finalmente en 2016, la familia pudo recoger los restos, tras el cambio de Gobierno en el Consistorio. «Ahora la herida por fin podrá cerrarse», celebró la hermana de Pedro, Pilar Alcorisa.

«Él nos contó que se tuvo que ir al monte porque lo perseguían. Hay historias bonitas, una vez logramos localizar a otro guerrillero de la agrupación que vivía entonces en Praga y lo trajimos a las Jornadas en honor a los maquis. Estábamos esperándolo en el bar y fue muy emocionante ver el reencuentro entre los dos», explica Fernando Antón. José Gorgues recuerda que la familia sufrió «mucho la represión franquista» ya que vivían en una de las aldeas «más activas» en contra del régimen durante la posguerra.

Pedro Alcorisa | La Gavilla Verde
Pedro Alcorisa | La Gavilla Verde Pedro Peinado

«Siempre decía que si no se hubiera ido al monte, lo hubieran matado», recuerda Gorgues, pero, además, la familia fue acosada para conocer el paradero del hijo, no sólo el padre. «Estuvieron muchísimos años sin saber dónde estaba enterrado, y tuvo que pasar mucho tiempo después de la llegada de la democracia», explica el presidente de la asociación. Dada su experiencia, «asesoró muchísimo» a la asociación en favor de la memoria histórica y también logró dar una respuesta a la historia del movimiento maqui.

«Era un guía. No fue uno de los guerrilleros más importantes, pero sí era auténtico. Ayudaba a quienes llegaron de Francia por las rutas guerrilleras desde los Pirineos hasta Cuenca. A él le gustaba ir por las montañas para poder controlar las fuerzas represoras. Fue importante porque ayudó a sus compañeros y compañeras a moverse por la sierra», concluye Gorgues.

 

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