Los tres malos datos que oculta una España que recupera los 19 millones de empleos

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España ha recuperado los 19 millones de cotizantes una década después. Hay que remontarse a septiembre de 2008 para ver cifras similares. Diez años en los que la economía española ha sufrido y curado heridas –no todas– de la Gran Recesión. Una crisis que hundió el mercado laboral y que ha transformado la economía de la burbuja en la economía de los servicios. Con sus bondades y problemas, es un viraje que se plasma en las cifras de empleo.

La recaudación mejora…

España ha recaudado hasta mayo, último dato disponible, 46.554 millones de euros por cotizaciones sociales, según la ejecución del Presupuesto de la Seguridad Social. Hace una década, en los cinco primeros meses se recaudaban 44.450 millones. Hoy se está un 4,7% por encima.

El año pasado ya se cerró con una recaudación histórica de 108.009 millones de euros, por lo que 2018 va en senda positiva, con el objetivo de cerrar algo por encima de 110.000 millones.

La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio
La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio (Paolo Aguilar / EFE)

El alza, en todo caso, queda significativamente por debajo de la subida de casi el 12% de la inflación a lo largo de estos diez años, según estadísticas del INE. Además, sigue sin ser suficiente para cubrir los costes del sistema, con la necesidad de tirar de la hucha de las pensiones o de préstamos del Estado para cubrir las prestaciones.

Si se compara lo que aporta cada cotizante, también se ha ganado terreno. En 2008, un cotizante del régimen general aportaba 2.218 euros de media y un autónomo 1.276 euros. Ahora son 2.355 y 1.466 euros respectivamente.

En ello ha tenido impacto la retirada en los últimos años de una serie de deducciones y el aumento de cotizaciones por elementos como los cheques comida. En todo caso, detrás de la mejora está un mercado más precarizado.

…pero se tira de más hostelería

Antes de la crisis la construcción llegó a suponer hasta dos cifras del PIB español. Si bien ahora la actividad se va recuperando en el sector, queda muy lejos de la cota de la burbuja. Al contrario del escenario ideal, se ha sustituido un sector sin gran valor añadido por otro.

Un camarero en una terraza de Barcelona, en una imagen de archivo
Un camarero en una terraza de Barcelona, en una imagen de archivo (Marc Arias)

Comparando los datos de cotizantes de ahora con los de hace una década, cuando también se contaba con 19 millones de cotizantes, el grupo servicios ha ganado más de un millón de cotizantes (pasa de 13,085 millones a 14,368 millones). Ha salido perdiendo el grupo construcción, que pasa de 1,570 millones de cotizantes a 834.100, quedando por debajo de las seis cifras y cediendo casi la mitad del empleo.

Hostelería ,marcada por el trío de estacionalidad, precariedad y temporalidad, ha pasado de contar con 1,031 millones de cotizantes a 1,392 millones. La calidad del empleo sigue siendo “la asignatura pendiente”, apuntaban desde CC.OO. tras conocerse los datos del empleo.

Un alza de 360.000 cotizantes que plasman el viraje que ha fomentado el auge del turismo y la mayor dependencia del consumo interno para crecer de los últimos tiempos.

Además, hay unos 100.000 autónomos nuevos, en muchos casos se han visto obligados en los últimos años para acceder al mercado. En ese sentido, la propia ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, apuntaba este lunes que la Inspección del Trabajo potenciará las acciones contra la figura del falso autónomo, que ha repuntado con la recuperación.

Las mujeres ganan peso

La cifra de mujeres cotizantes está en máximos históricos. Suman 8.779.129 afiliadas, mientras que hace una década eran 8.155.381. Son 600.000 más.

Una mujer trabaja en una fábrica de turrones, en una imagen de archivo
Una mujer trabaja en una fábrica de turrones, en una imagen de archivo (Marc Arias)

Sirven para contrarrestar la pérdida de peso de los hombres, que pasan de 10,864 millones de cotizantes en 2008 a 10,227 una década después. Así, han pasado de representar el 57,1% de los afiliados al 53,8%.

Son cuatro puntos menos que muestran la mayor incorporación de la mujer al empleo. La razón es doble: por un lado la propia inercia de su incorporación al mercado con el paso de los años; y la pobre situación económica de las familias, que obligó a todos los miembros del hogar a lanzarse a trabajar en tiempos de crisis.

Pese a ello, su mayor peso no se traduce en una mejora de las cifras de desempleo. Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), soportan un paro tres puntos mayor al de los hombres y la brecha salarialva del 14%, según Eurostat, hasta el 30%, según Comisiones Obreras.

 

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