Miles de estudiantes de todo EEUU se manifiestan para exigir que se endurezca la ley de posesión de armas

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Cuando las agujas del reloj marcaron las diez de la mañana en Estados Unidos, los alumnos de al menos 3.000 centros se levantaron de sus pupitres y, en silencio, abandonaron las aulas. Fue su manera de recordar a las víctimas este miércoles, justo cuando se cumple un mes del tiroteo de la Escuela de Secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland (Florida).

Fueron 17 minutos de silencio en honor de las 17 personas a las que Nikolas Cruz, de 19 años, arrancó la vida. La Fiscalía de Florida anunció ayer martes al tribunal del condado de Broward que pedirá pena de muerte para Cruz.

En la escuela donde tuvo lugar este tiroteo, cientos de estudiantes y profesores se concentraron en su campo de fútbol para recordar a las víctimas. Mientras, en la Escuela Infantil de Newtown (Connecticut), se reunieron en el aparcamiento para manifestarse a favor del endurecimiento de las leyes. Allí, en 2012 Adam Lanza, un adolescente de 19 años, asesinó a 26 personas, entre ellos 20 niños de entre seis y siete años, después de matar a su madre y antes de quitarse la vida.

En Littleton (Colorado), un grupo de padres de las víctimas del tiroteo de 1999 en la Escuela de Secundaria de Columbine quisieron unirse a los estudiantes, que se manifestaron. En Nueva York, más de 1.000 alumnos protestaron en Brooklyn y otras varias decenas acudieron a la Torre Trump en la Quinta Avenida de Manhattan.

En la capital, Washington, las concentraciones tuvieron lugar frente a la Casa Blanca, a la que se desplazaron estudiantes de todas las edades. Sin embargo, la residencia oficial estaba vacía, ya que el presidente había pasado la noche en Beverly Hills (California), donde había supervisado el día anterior los prototipos del controvertido muro para la frontera con México.

Endurecer las leyes

Las manifestaciones de este miércoles revelan que el pulso de estos jóvenes y otras asociaciones civiles contra los políticos del Congreso continúa. Los congresistas se han mostrado siempre muy cautos a la hora de endurecer las leyes de armas, debido a la gran influencia del NRA (siglas en inglés con las que se conoce en Estados Unidos a la Asociación Nacional del Rifle).

El gesto se une a la protesta de ayer, cuando se colocaron 7.000 pares de zapatos en los jardines que rodean el Capitolio. Una suerte de memorial en recuerdo de los niños y adolescentes muertos por armas de fuego desde la tragedia en la escuela infantil de Sandy Hook (Newtown) en 2012, antes mencionada.

Después de este suceso, el presidente Barack Obama encargó a su vicepresidente Joe Biden que formase un comité para abordar el endurecimiento de la ley de armas. Este movimiento era polémico, debido a que choca de lleno con la Segunda Enmienda, que garantiza el derecho a llevar armas, muy arraigado en la ideología del Partido Republicano. Tras meses de intentos, fue el entonces senador demócrata de Nevada, Harry Reid, líder de la mayoría de su partido en la Cámara Alta, quien le comunicó al presidente el fracaso de este proyecto de ley. Su mayor fallo, según el presidente cuando se le preguntó por los reveses de su presidencia. Precisamente, el gran impedimento vino de seis senadores demócratas, de estados ligados a la cultura de armas, que temían que su apoyo a esta ley pudiese pasarles factura en las elecciones al Congreso.

Pulso a Trump

Esta generación de jóvenes mantiene un pulso ahora contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, utilizando los mismos medios que él domina: un excelente manejo de las redes sociales, sobre todo, de Twitter, y un lenguaje claro, alejado del «establishment» de Washington.

Entre ellos, destaca Emma Gonzalez, de 18 años, estudiante de origen cubano que sobrevivió al tiroteo y acaparó la atención de los medios de comunicación tras su discurso el fin de semana después de la tragedia. Entonces, desafío a los legisladores a poner los medios para hacer que el suceso de su escuela fuese el último en el que se matase a estudiantes por los pasillos. «Es hora de cambiar», llamó la atención a los políticos de Washington.

De momento, resisten en la batalla al líder republicano y su partido, sobre todo, en el terreno de las redes sociales. Leslie Gibson, candidato republicano al congreso en Maine, tuvo que pedir disculpas ayer después de atacarla en Twitter.

En un mensaje, le llamó «cabeza rapada lesbiana» y «mentirosa». Sus ataques se han vuelto en su contra ante la imparable Gonzalez, una de las activistas más destacadas de la causa que persigue endurecer la ley de armas. Tiene más de un millón de seguidores en Twitter, donde se abrió una cuenta justo después del tiroteo. Estaba en el auditorio cuando Nikolas Cruz hizo saltar la alarma para que los estudiantes y alumnos saliesen al pasillo y se colocasen así en su línea de fuego. Entonces, se escondió en la gran sala, mientras consultaba las noticias en su teléfono móvil.

Con dos hermanos, hija de un abogado que trabaja para una compañía de ciberseguridad y una profesora de matemáticas, Gonzalez abordó de forma abierta en un artículo en la revista «Vogue» su bisexualidad. Una cabecera, cuya sección de política en la edición para adolescentes se convirtió en una de las más consultadas durante las elecciones primarias presidenciales demócratas.

La activista tenía previsto empezar la universidad este otoño. Pero ha retrasado sus planes para centrarse de lleno en su lucha contra las armas. Sin duda estará al frente de la manifestación en Washington la semana que viene, programada para el 24 de marzo, «March for Our Lives» (Marcha por nuestras vidas). Un paso con el que espera restarle espacio a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en Washington, donde quiere que se apruebe una ley que prohíba las armas de asalto.

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