Ciudad Real rinde homenaje a sus 3.887 represaliados del franquismo

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El primer reconocimiento institucional a las víctimas de la dictadura en la provincia ha tenido lugar en el Palacio de la Diputación. Gracias al proyecto ‘Mapas de Memoria’, miles de nombres de represaliados han sido recuperados y van a ser publicados en un libro, que recogerá sus biografías y cómo murieron.

CIUDAD REAL.- Quiénes son y de dónde eran. Son las dos preguntas a las que da respuesta el listado de 3.887 nombres de represaliados de la dictadura franquista en la provincia de Ciudad Real que se ha elaborado en el marco del proyecto ‘Mapas de Memoria’. Una lista que se hacía pública este martes durante el acto institucional de homenaje a las víctimas que ha tenido lugar en el Palacio de la Diputación Provincial.

Una emotiva jornada para reconocer a quienes perdieron su vida ajusticiados o encarcelados injustamente, aunque también a sus familias que durante décadas han mantenido viva su memoria.

Un acto «de justicia y dignidad» para con las víctimas y sus parientes, tal y como reconocía el presidente de la Diputación de Ciudad Real, el socialista José Manuel Caballero. Homenaje y recuperación de la memoria de quienes sufrieron humillaciones, persecución, tortura y muerte con el que se contribuye a cicatrizar heridas, al ser «la justicia y el reconocimiento de la dignidad de aquellos a los que pretendieron arrebatársela, con la seguridad de que jamás lo consiguieron», el mejor cicatrizante.

Con la celebración de este acto homenaje y la publicación de los nombres y apellidos de los casi 4.000 represaliados ‘rescatados’ hasta ahora, culmina la primera fase del proyecto ‘Mapas de Memoria’, que se ha extendido durante ocho años. Un proyecto desarrollado por el Centro de Estudios de Memoria y Derechos Humanos (CIEMEDH) perteneciente a la UNED, en colaboración con profesores de la Universidad de Castilla‑La Mancha, y respaldado económicamente por la Diputación Provincial de Ciudad Real.

Un proyecto gracias al cual es posible enumerar hoy el número de represaliados por el franquismo en la provincia ciudadrealeña con resultado de muerte.

Víctimas como el padre de Petra, una mujer de Alhambra, que confía en poder recuperar los restos de su padre que murió fusilado, o el de Angelita, quien espera en poder ver al menos el nombre de su padre escrito en algún sitio si finalmente no podía darle sepultura en el cementerio de su pueblo y llevar flores.

Represaliados con nombres y apellidos que han sido rescatados del olvido. Y es que a menudo se obvia que «la libertad y la democracia de la que hoy gozamos» se consiguió con mucho esfuerzo, «pero también con mucha sangre», subrayaba el director del CIEMEDH y del equipo de investigación, Julián López.

Cerca de 4.000 nombres que son el resultado de una primera fase del proyecto, que ha permitido conocer «cualitativa y cuantitativamente» cómo fue la represión con resultado de muerte en la provincia. Un trabajo que, sin embargo, sigue en marcha ampliando también a otros tipos de represión, como la cárcel, el exilio o la represión de baja intensidad, pero que también tuvo en la provincia consecuencias «desoladoras», como las del proceso sumarísimo que se abrió contra 480 mineros de Almadén.

Incorporaciones a la lista que se van produciendo día tras día, como es el caso de una viuda de 63 años, vecina de Socuéllamos, que estaba en prisión y que murió por septicemia en el hospital de Tomelloso. Un nombre más que se sumaba a la lista, haciendo así la número 3.887, después de que un miembro de su familia se pusiera en contacto con el equipo de investigadores desde Estados Unidos.

DE LOS ARCHIVOS A LAS CASAS 

Ocho años de trabajo en búsqueda de fallecidos, investigando en registros civiles, archivos provinciales, el archivo de Defensa y sobre todo visitando centenares de casas. Un arduo trabajo cuyo primer acercamiento se hacía de la mano del Ministerio de la Presidencia, al amparo de la ley de Memoria Histórica, para el que luego desaparecerían los fondos. Un trabajo «titánico» y de «compromiso con la investigación», que se pudo continuar gracias a la implicación del equipo, pero también al apoyo de la Diputación de Ciudad Real y de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, al amparo de la cual en 2015 se crea el CIEMEDH.

Un año después es la Diputación quien toma la iniciativa e impulsa el proyecto ‘Mapas de Memoria’ que tiene como objetivo no solo poner nombres a las víctimas, sino identificar las fosas, exhumar los restos en caso de que así sea requerido y dignificar la memoria de todos los represaliados.

Una labor en la que ha sido fundamental la «memoria» de los cientos de familias que se ha entrevistado a lo largo de los más de 50.000 kilómetros recorridos en la provincia de Ciudad Real en los últimos ocho años.

Fruto de esa memoria, que en muchos casos trató de ser anulada, es el listado que este martes se presentaba. Fruto «del tesón de hijas, madres y esposas», de quienes han conservado fotografías y todo tipo de datos, que han contribuido a esta labor de investigación, subrayaba López.

Testimonios y documentos entre los que se han rescatado cartas que ciudadrealeños escribieron a sus más allegados poco antes de morir. Relatos en primera persona como la carta que Inocencio González, último alcalde de la República en Torrenueva, enviaba a un amigo desde la cárcel, o la que Dionisio Pozo, dirigía a su mujer y su hija, la noche antes de ser fusilado en Puertollano en noviembre de 1939.

AÚN NO ESTÁN TODOS 

Pero en este listado, en el que «están casi todos», «aún faltan», reconocía el director del proyecto, quien estima que quizás podría sumarse «algún centenar más» de nombres. Y es que no se han incluido, por ejemplo, decenas de personas que figuran en una lista de ‘dudosos’ ‑a falta de confirmar datos y documentación‑, pero tampoco los suicidios vinculados con la represión, ni los muertos civiles en bombardeos como el de Alcázar de San Juan, por ejemplo; o los muertos en prisiones, de los que hasta ahora han conseguido «rescatar» casi otro millar de nombres, habiéndose podido investigar únicamente la mitad de las cárceles españolas, detallaba el director de la investigación.

Una represión que fue especialmente intensa en la provincia de Ciudad Real, siendo posiblemente ésta la que tiene un mayor número de víctimas mortales durante la posguerra. Una represión «brutal» en la que los fusilamientos fueron la fórmula más habitual, al ser «muy visible» y darle «un punto de espectáculo», al resonar los disparos en todo el pueblo e incluso llevar a otros presos a contemplar el ajusticiamiento, con una supuesta finalidad «pedagógica». De los 3.887 represaliados a los que se ha puesto nombre y apellidos, 2.800 fueron fusilados.

Como también fueron decenas quienes murieron en el garrote vil, rodeado de una «simbólica espectacularidad», y entre cuyas víctimas se encontró el entonces regidor de Valdepeñas, Félix Torres.

Otras víctimas ‑se han recopilado las identidades de 850‑ murieron en prisión. Muchos fueron protagonistas de intentos «desesperados» de evasión, como el ocurrido en la cárcel de Almodóvar en enero de 1940 y que se saldó con más de 40 muertos.

Víctimas de la represión franquista que en su mayoría fueron «injustamente condenados y asesinados», que sufrieron una represión «dura y prolongada en el tiempo», que se aderezó con miedo.

Más de un centenar de alcaldes fusilados, doscientos concejales y cargos directivos de organizaciones sindicales y políticas, ajusticiados por escribir o firmar un panfleto, intelectuales y jornaleros, fueron víctimas de esta represión durante los años 1939, 1940 y 1941 en la provincia de Ciudad Real.

Sus nombres y apellidos, su localidad de origen y cómo murieron van a ser recogidos en un libro, en el que además se incluirán un centenar de biografías representativas de todos ellos.

PRÓXIMAS FASES

Concluida esta primera fase, se emprende el camino a la segunda, que será la publicación de un mapa de fosas. Se prevé que pueda estar listo en un par de meses y permitirá así no solo saber quiénes son y de dónde eran, sino también «saber dónde están».

«Vamos a llenar el mapa de fosas con los nombres de todos ellos», explicaba López, para a renglón seguido emprender la tercera fase del proyecto, que pretende, en la medida que sea posible, recuperar los restos de las víctimas.

«Queda mucho trabajo por hacer», reconocía, pero vale la pena si «nuestra investigación quita la desazón de la vida de algunas personas y mejora la vida de nuestro país».

«PERDONAR NO SIGNIFICA OLVIDAR»

En este sentido también se pronunciaba el presidente de la Diputación, José Manuel Caballero, quien ha recordado cómo «la Constitución de 1978, cimiento de la democracia en España, nació del diálogo y la renuncia a las posiciones propias, así como de la decisión de perdonar». Aunque ‑ha precisado‑ «perdonaron más los familiares de quienes sufrieron 40 años de represión y pagaron con su vida su compromiso contra la dictadura franquista, en defensa de las libertades y los derechos fundamentales que hoy disfrutamos».

Con el proyecto ‘Mapas de Memoria’, ha insistido el presidente de la institución provincial, no se pretende ir «contra nadie», aunque sí de la mano de aquellos que defendieron los valores que han permitido que en la actualidad haya hombres y mujeres gobernando las instituciones para mejorar la vida de la gente.

En este sentido, Caballero ha asegurado que «somos porque tenemos memoria» y por ello cada uno de esos 3.887 hombres y mujeres «tienen derecho a su memoria, a ser recordados por lo que verdaderamente eran y no por lo que les acusó y condenó un régimen ilegítimo y criminal», tal y como recogió la condena unánime del Congreso de los Diputados el 20 de noviembre de 2002. Un régimen que se cebó reprimiendo y violando los derechos humanos.

Y es que, «perdonar no significa olvidar», ha subrayado Caballero, y por ello se hace necesario que desde las instituciones representativas del Estado democrático se condene la injusticia a la que fueron sometidos tantos hombres y mujeres que sufrieron las consecuencias más tremendas de un gobierno impuesto por la fuerza.

«No les podemos devolver la vida, ni tan siquiera les devolvieron los bienes personales que les arrebataron, pero sí que podemos recuperar su memoria, su dignidad y su honor, a la vez que proclamar la ilegitimidad de las condenas que les fueron impuestas», sentenciaba Caballero.

«Gracias a ellos y ellas, hoy podemos afirmar, que a pesar de las dificultades de cada día, hemos sido afortunados viviendo los mejores años de la historia de España«, concluía el presidente de la Diputación de Ciudad Real.

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