Por una primavera feminista, republicana y comunera.

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El modelo capitalista global está en crisis y aunque seguirá generando mucho sufrimiento en diversos pueblos del mundo, algunas batallas estratégicamente esenciales para los impulsores y beneficiarios de ese modelo, tal como es la de Venezuela, la está perdiendo; y además en principio, parece, de una forma irreversible. El proyecto de la UE también esta atravesando por una severa crisis, de la cual es muy improbable que no salga verdaderamente tocado.

El Régimen del 78, está absolutamente deslegitimado socialmente, excepto entre los que viven a su costa o esperan hacerlo en breve. Pero además de esa realidad, innegable a estas alturas, está demostrando una gravísima incapacidad para afrontar los problemas que se presentan día a día en la sociedad. Desde la cuestión de Cataluña, en la que están demostrando cada vez mayor torpeza, hasta los asuntos sociales del día a día: sanidad, educación, pensiones, seguridad ciudadana…

La Monarquía-coronada emerge cada día con más fuerza como el principal impedimento para que las cuestiones pendientes encuentren una vía de solución. El principal argumento que el Gobierno de la monarquía arguye para impugnar previamente ante el TC, a pesar del desacuerdo del Consejo de Estado, la sesión de investidura del martes día 30  Puigdemont como Presidente de la Generallitat, es que de salir adelante esa investidura, Felipe de Borbón se vería obligado a firmar en el BOE tal nombramiento. Y por ahí el “demócrata” no pasa. No hace falta ser muy intuitiv@s para concluir que el ridículo que esta haciendo el gobierno en este caso, especialmente a través de Soraya Sáez de Santamaría, manteniendo a todas luces una posición ilegal y contraria al propio punto de vista del Consejo de Estado, solo puede tener un origen: las presiones de la Corona al Gobierno para que Felipe de Borbón no pase un mal trago.

El Régimen del 78 se acaba, aunque nos falta su derrota final. Pero sobre todo necesitamos tener la capacidad de construir una alternativa.

El final del invierno y la primavera de 2018, vienen cargados de importantes movilizaciones que tienen una gran potencialidad Constituyente: el homenaje al movimiento comunero en Toledo, y especialmente a María de Pacheco; la huelga feminista del 8 de marzo; la marcha contra la precariedad en marzo; el 14 de abril; el 23 de abril (Villalar de los Comuneros);  el 1º de Mayo, las Jornadas Constituyentes “Doris Benegas” y el nuevo -y casi definitivo- Jaque a la Monarquía (ambas cuestiones a celebrar en el mes de mayo), y muy especialmente las movilizaciones sociales en defensa de las pensiones, del sistema sanitario publico, la educación pública… previstas para los próximos meses.

Un proceso de cambio político tiene que estar intrínsecamente asociado a un cambio en la mejora de las condiciones de vida de la gente. Si no es así, ese cambio no tendrá la solidez suficiente para vencer, y sobre todo, para sobrevivir.

Adelante con la primavera comunera. Adelante con la ruptura del Régimen del 78.

 

Castilla,  27 de de enero de 2018

Izquierda Castellana

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