El «método tradicional» de obra en la Plaza del Grano incluye varias excavadoras y grandes camiones

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Tras el tremendo revuelo del primer día de trabajo en la Plaza del Grano para poner en marcha el controvertido proyecto del Ayuntamiento para reformar esta patrimonial plaza leonesa, la Concejalía de Urbanismo que preside Ana Franco se comprometió a no utilizar nuevamente maquinaria pesada en las labores de reforma. Aquello fue hace casi un año y aquella contestación inicial y masiva se ha diluido casi en su totalidad bajo una casi total resignación cuando se ejecuta ya la tercera y última fase, la que afecta de lleno al empedrado tradicional de cantos rodados.

Las primeras piedras fueron retiradas minuciosamente, cumpliendo el compromiso público del equipo de Gobierno del PP de que las obras se realizarán según «métodos tradicionales» y «de manera casi artesanal», y se depositaron en sacos para su reutilización a la hora de repavimentar los primeros paños.

Sin embargo, ahora que ya casi nadie mira en detalle lo que ocurre en la Plaza del Grano, la maquinaria de gran tonelaje ha regresado para pisotear y desmantelar, a golpe de excavadora, nuevas y amplias zonas. Como se aprecia en las fotografías que ilustran esta información, dos grandes camiones y dos excavadoras ejecutaban ayer viernes estas labores, apoyadas por otras dos máquinas más pequeñas, una de ellas apisonadora.

Los trabajos de nuevos cantos rodados se centran ahora en el extremo sur, del lado de Las Carbajalas.

Los trabajos de nuevos cantos rodados se centran ahora en el extremo sur, del lado de Las Carbajalas.

Con las excavadoras, la retirada de los cantos rodados que hacen única casi en Europa esta plaza se ha agilizado enormemente, ya que una sola palada ha sido capaz de retirar ingentes cantidades de piedras de río, que ya no se acumulan con mimo en grandes bolsas sino en un enorme montón situado en las cercanías de la fuente. Los camiones sirven para cargar el excedente de cantos y de tierra que está siendo removida en enormes cantidades.

Mientras, en la parte este de la Plaza del Grano, ya en el entorno alrededor de la cruz que está situada tras la iglesia del Mercado, los operarios sí que continúan empleando técnicas en apariencia rudimentarias y respetuosas, montando los nuevos paños de morrillos sin emplear cemento más que en los ramales principales que han de canalizar el agua, con los trabajadores a rodilla hincada y colocando con cuidado piedra a piedra.

Más desaparición irreversible de empedrado

Finalmente, en el extremo sur -justo frente al convento, el hotel, el restaurante y el albergue de las Carbajalas- los obreros están rematando diferentes canalizaciones de agua que habrán de recoger el exceso pluvial de toda la plaza, y de momento se mantiene el muro que separa la zona empedrada de la carretera, aunque también aquí se ha colocado loseta aledaña a ese muro, destruyendo aún más cantidad de empedrado tradicional, que se suma a los casi 300 metros cuadrados que se ‘comieron’ las polémicas aceras perimetrales de la segunda fase.

La estampa tradicional de la Plaza del Grano se ve muy alterada estos días.
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