Una suave melodía para la memoria de las víctimas del franquismo

Comparte este artículo:

El Teatro Calderón ha acogido la gala ‘Un millón de sueños’ con la que la organización del Congreso Internacional ‘El Franquismo a Debate’ ha querido reunir a algunas de las personas que han participado en dichas jornadas. En torno a la cultura, “nexo fundamental para la evolución y el desarrollo democrático de la sociedad”, según sus impulsores, por el escenario han pasado diversos artistas, tanto en vídeo como persona.

La gala, conducida por Rosa Manzano de Teatro Corsario y Jesús Puebla de Teatro de Mimo, ha querido centrarse en los ejes de la verdad, la justicia y la reparación, sin elevar el tono a la protesta. Un espectáculo que ha ido saltado de los directos a las proyecciones de vídeos en nombre de los artistas ausentes en el acto, en el que, pese a reclamar la memoria de las víctimas del franquismo, no se ha escuchado ni un mísero “Viva la República”.

María Garzón, directora de la Fundación Internacional Baltasar Garzón e hija del magistrado, ha sido la primera en intervenir. Ha querido hilar su intervención aludiendo a Esperanza, una mujeres a la que ha conocido a su llegada a Valladolid y fue víctima del franquismo, tocaya de la primera mujer víctima de la dictadura argentina que denunció el caso ante el juzgado de Baltasar. Esperanza que ha depositado también en que, mediante la querella argentina o como sea, se terminen juzgando los crímenes del franquismo.

A continuación, el primer vídeo de la noche, el corto ‘Jarama’ dirigido por Alberto Pla, guitarrista de Boikot, banda impulsora del filme en homenaje a las Brigadas Internacionales y a los combatientes republicanos que lucharon en dicha batalla madrileña. La música en directo hizo aparición, de la mano de Jaime Lafuente y Jesús Ronda. Han arrancado interpretando ‘Rincones de su alma’, una canción compuesta, según ha explicado Lafuente, recordando la palabra que durante su niñez y adolescencia flotaba constantemente: miedo. Para terminar han querido recordar la versión que hicieron Jesús Munárriz y Luis Eduardo Aute en la que, parafraseando a la tradicional asturiana, cantaban: “Suiza patria querida, yo tengo una cuenta en Suiza con muchísimos millones”, logrando el coro del público, han recordando que hace 40 años desde que se escribió y poco o nada difiere de la situación actual.

Segunda proyección de la noche, esta vez para escuchar la versión de María Salgado, ausente en el acto, y Eugenio Rodríguez del ‘Gracias a la vida’. De vuelta al arte en vivo, Luismi García y Javier Semprún, del Teatro Corsario, han querido traer también a la memoria a Fernando Urdiales, quien fuera su director y figura indispensable del teatro vallisoletano, interpretando un pedazo de su adaptación de ‘Celama’, obra del leones Luis Mateo Díez. Y del teatro a la poesía, de la mano del poeta berciano Carlos Mestre, que ha hecho una enérgica declamación cargada de referencias distintos poetas y en memoria de las víctimas mortales que dejó la guerra.

El grupo vallisoletano La Linga apareció en escena para interpretar dos de sus canciones, remarcando lo bonito que era poder ver el calderón “lleno de gente y memoria”. Jesús Cifuentes, cantante y fundador de Celtas Cortos, era una de las actuaciones más esperadas. Tras una introducción en la que ha recordado el frío de las cunetas que aun entierran a la víctimas republicanas de la Guerra Civil, ha interpretado ‘Días de colores’, una canción que inicialmente perteneció a su repertorio en solitario. A continuación ha dado paso a la tercera proyección, esta vez el vídeo-clip de la canción ‘Justo’, el homenaje que la joven Rozalén dedica a la memoria de su tío asesinado en su recién publicado último disco.

Uno de los grandes atractivos de la gala era poder ver en directo al cantautor Patxi Andión, quien se ha encargado de cerrar la noche. Recibido con entusiasmo por el público, ha comenzado con una de sus más recientes canciones ‘Siempre es nunca’. Reconociéndose como “hijo de la libertad”, nació nueve meses después de que su padre saliera de prisión en el 47, ha recordado su conocida canción ‘Padre’, mostrándose visiblemente emocionado. Como broche final ha interpretado ‘El maestro’, la canción que, según ha contado, más disgustos le ha traído con visitas a distintos calabozos en varios pueblos de España. Un entregado público lo ha despedido con una sonora ovación, antes de que algunos de los participantes en el Congreso aparecieran sobre el escenario para despedir un acto que, aunque ha reivindicado la memoria, ha dejado frías a algunas personas que quieren una reparación real para las víctimas y la historia, sin edulcorantes, razón por la cual muchas ni siquiera asistieron.

Comparte este artículo: