El Felipismo, una vez más con la derechona española

Comparte este artículo:

Desde el día siguiente de las elecciones del 26 de junio, señalábamos en nuestras  editoriales que el PP formaría un Gobierno de la derecha hegemonizado por ellos mismos. Un Gobierno con un doble objetivo: salvar al Régimen del 78 y aplicar el nuevo paquete de recortes preparado por la Troika para el Estado español. A lo largo de estos meses han surgido algunos escollos para que tal cosa ocurriera, siendo el principal la posición de Pedro Sánchez de no colaborar parlamentariamente para tal cuestión. Pero las cloacas del Estado, en las que está plenamente incorporado un significativo sector del PSOE -el de Felipe, Cebrián y Cía-, no dudaron en colaborar mano a mano con el PP y todo lo que representan para liquidar o al menos neutralizar a Pedro Sánchez. Tal maniobra se aceleró abruptamente cuando conocieron o intuyeron que el hasta ahora Secretario General del PSOE se tomaba en serio, esta vez sí, la formación de un Gobierno alternativo al del PP.

Hay que recordar que la suma de los escaños en el Parlamento Español del PSOE, *Podemos, Convergencia, PNV y Nueva Canarias es exactamente de 170 escaños, los mismos que Mariano Rajoy consiguió en su investidura fallida. Si a ello añadimos, que probablemente ERC se abstendría, tendríamos un panorama en el que el numero de votos a favor de los candidatos (Mariano Rajoy y Pedro Sánchez) sería similar, pero en el caso de Rajoy, el numero de votos en contra sería mayor que los obtenidos a favor, con lo cual la balanza se inclinaría del lado de Pedro Sánchez.

Cuando hace unos días Rajoy señaló, reiteradamente, que la aritmética parlamentaria daba para un Gobierno de esas características (el gobierno Frankestein, que denominaron), no estaba haciendo otra cosa que encender la luz roja de alarma. El aparato tradicional del PSOE y de su bloque mediático (El Grupo Prisa) se dieron inmediatamente por enterados de este aviso de alarma y precipitaron la operación de derribo de Pedro  Sánchez, que tuvo su expresión más nítida en la abrupta dimisión de los 17 mullidores del Comité Ejecutivo, con la finalidad de allanar el camino para la defenestración de Pedro Sánchez y por tanto de la constitución de un Gobierno hegemoneizado por la derecha española, al mismo tiempo que impedían la posible formación de un Gobierno de progreso.

El PP formará Gobierno por las buenas o por las malas, con o sin nuevas elecciones, porque no hay que descartar que, ahora sí, tal cosa ocurra, teniendo en cuenta que los resultados desde el punto de vista estrictamente electoral serían muy favorables para el PP. Sólo la movilización popular habría podido impedir la conformación de ese Gobierno de la derecha española, pero en esa dirección no se ha hecho absolutamente nada y además se dejó pasar la oportunidad más favorable que fue precisamente la que se configuró después de las elecciones del 20 de diciembre de 2015, en las que además de la aritmética parlamentaria se daba una subjetividad social muy favorable para la constitución de un Gobierno de cambio.

Pedro Sánchez ha tenido una posición digna, que ha servido para abrir un debate en el PSOE y en amplios sectores sociales sobre la realidad de ese partido y en general sobre la situación política actual, debate que es de especial importancia en una estrategia de acumulación de fuerzas para lograr un auténtico cambio. El debate está siendo muy clarificador y si nos atenemos a los resultados de la votación del Comité Federal, la línea de Pedro Sánchez puede tener -esperamos que así sea- bastante recorrido, pero la batalla concreta la ha ganado el búnker felipista, mano a mano con la derechona española.

En el Estado español hay una clara mayoría social progresista y a favor del cambio tal como se ha demostrado en reiteradas ocasiones (las elecciones del 20 de diciembre de 2015, por ejemplo), pero no contamos aún con el instrumento político capaz de articularla de forma coherente. Esa tarea, la de su construcción, es absolutamente necesaria y urgente. La experiencia del Frente Amplio Uruguayo, salvando todas las diferencias, puede sernos de una gran utilidad. Un frente amplio de todos los movimientos sociales y políticos que incluya a las fuerzas políticas y sociales de los diferentes Pueblos del Estado, incluyendo por supuesto a las independentistas, es absolutamente imprescindible.

Este frente amplio tendría que tener al menos un mínimo común denominador: La destitución del actual Régimen, la apertura de procesos democráticos constituyentes y la puesta en marcha de un programa urgente de salvación social. Éste es el único camino que nos puede llevar a la victoria.

Solo la coordinación y la confluencia, al menos táctica, de l@s que estamos por destituir al Régimen del 78, hará factible ese objetivo. Por separado seremos derrotados un@s y otr@s. El ejemplo de la derrota de Pedro Sánchez es otra más a cargo del inventario.

Hay otro factor que es absolutamente imprescindible para alcanzar la victoria que es el de la movilización popular, el del empoderamiento social; sin ello tampoco será posible un cambio progresista.

No tenemos información contrastada, pero conociendo el género no es difícil imaginar el apoyo (de intendencia) de los servicios del Ministerio del Interior a cargo del señor Fernández Díaz para poner a punto la operación de derribo de Pedro Sánchez.

L@s comuner@s del siglo XXI estamos convencid@s de que la victoria sobre este Régimen absolutamente podrido no sólo es necesaria, sino perfectamente posible, pero para conseguirlo tenemos que actuar con generosidad, tesón e inteligencia.

Algunas gentes consideran que el próximo gobierno del PP, de confirmarse tal cuestión, que no parece que haya muchas dudas, desarrollará una política no excesivamente dura por su debilidad parlamentaria. No compartimos en absoluto ese punto de vista: el próximo Gobierno de la derecha española intentará profundizar brutalmente su política antisocial y antidemocrática. Cuestión muy diferente es que consigamos frenarla desde las calles y con la colaboración de algunas fuerzas políticas que tienen presencia en el Parlamento.

Imágenes integradas 1

Izquierda Castellana

Castilla a 3 de octubre de 2016

* Algunas personas nos han comentado que deberíamos haber puesto -Unidos Podemos-, no Podemos. Desde el punto de vista formal así es y compartimos el comentario pero, desgraciadamente, es evidente que la única corriente que se visibiliza mediática y políticamente, no sólo dentro de Unidos Podemos, si no también en las coaliciones en las que Podemos participó en Galicia y  en Cataluña es Podemos. Esperamos y deseamos que esto cambie en un futuro.

Comparte este artículo: