El PP se queda solo en su defensa del fracking en Cantabria

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PSOE, Ciudadanos, Podemos o Unidad Popular descartan en sus programas electorales el uso de la fractura hidráulica por sus «efectos nocivos»

Los diputados nacionales del PP defendieron esta técnica en el Congreso la pasada legislatura, en contra de la ley autonómica que aprobó el Parlamento

 

Recogida de firmas de la Asamblea contra la Fractura Hidráulica de Cantabria. | RUBÉN VIVAR

Recogida de firmas de la Asamblea contra la Fractura Hidráulica de Cantabria. | RUBÉN VIVAR

La movilización popular y la lucha en la calle de las organizaciones ecologistas impulsó durante la pasada legislatura uno de los pocos acuerdos aprobados por unanimidad en el Parlamento de Cantabria. La normativa que prohibía el uso de la fractura hidráulica en suelo autonómico se ratificó en el pleno con el voto a favor de todos los grupos con representación parlamentaria -PP, PRC y PSOE- y dio respuesta al grito unánime de la sociedad cántabra contra el fracking.

Esa postura duró poco y las contradicciones no tardaron en llegar. El Gobierno de Mariano Rajoy recurrió la ley ante el Tribunal Constitucional al entender que invadía competencias del estado, a pesar de que el PP había defendido en Cantabria su rechazo a esta técnica para extraer gas no convencional, y los representantes populares en el Congreso y el Senado se pronunciaron reiteradamente a favor de los postulados que mantiene el ministro José Manuel Soria, firme defensor del fracking.

En plena campaña y a escasos días de la cita con las urnas, el PP de Cantabria trata de evitar el asunto pese a que en s u programa apuesta por esta polémica técnica en el marco de una política energética que «aproveche al máximo nuestros recursos». En una reciente entrevista en televisión, fue el propio presidente Rajoy el que minimizó su impacto y simplificó el fracking a algo tan sencillo como «machacar una roca para extraer trocitos de petróleo y gas».

Ana Madrazo, que ocupó un escaño durante los últimos cuatro años en la Carrera de San Jerónimo y que repite como cabeza de lista del PP cántabro en las elecciones generales, insiste en que su partido es «contrario al fracking como quedó patente en el Parlamento de Cantabria». Prefiere no valorar el hecho de que ella misma apoyó a un Gobierno que llevó la norma autonómica ante el Constitucional y que ha concedido permisos de investigación en territorio regional.

«Vamos a impedir por todos los medios que se lleven a cabo. Uno de los motores de la economía de Cantabria es nuestro potencial turístico y el fracking va en contra de nuestro futuro», subraya la diputada, que culpa al anterior Gobierno bipartito PRC-PSOE de autorizar las extracciones. «En política hay que intentarlo todo: tenemos competencias sobre nuestro medio ambiente y queremos evitarlo a toda costa», asegura.

Estas contradicciones internas en el Partido Popular, con un discurso nacional y otro local, lo dejan como la única fuerza política con posibilidades de entrar en el próximo Parlamento que deja la puerta abierta al fracking. El resto de formaciones de ámbito estatal, como Podemos, Ciudadanos, PSOE o Unidad Popular, descartan rotundamente su uso y llevan medidas concretas para evitar que se aplique en España.

Negativa socialista

En el caso de los socialistas, proponen un modelo energético y de crecimiento en el que «la fractura hidráulica no tiene cabida». Pedro Sánchez, si logra ser investido como presidente del Gobierno, «prohibirá la práctica del fracking en todo el territorio español», según recoge el programa con el que se presenta en estas elecciones del 20 de diciembre.

El PSOE propone una reducción progresiva de la presencia de combustibles fósiles y una Ley de Transición Energética, mediante el desarrollo de las energías renovables, para alcanzar una economía libre de emisiones. «Este enfoque permitirá que España recupere el liderazgo internacional en los desarrollos industriales de las energías renovables que hemos perdido estos cuatro años», señalan desde Bonifaz.

La candidata socialista al Congreso de los Diputados, Puerto Gallego, recuerda a eldiario.es que, a pesar de la oposición al fracking del PP en Cantabria, «los diputados conservadores, incluidos los cántabros, apoyaron esta práctica en las Cortes».

Por tanto, a su juicio, con el PP «no hay garantía de que Cantabria quede libre de forma definitiva de esta práctica de extracción de hidrocarburos que se ha revelado muy perjudicial para el medio ambiente». «Si Rajoy vuelve a ser presidente e impulsa la práctica del fracking, Cantabria no podrá evitar que sus suelos sean perforados con este método», advierte Gallego.

«Ni en Cantabria ni en ningún sitio»

Podemos asegura que el compromiso público que recoge su programa electoral pasa por «no autorizar instalaciones de fracking en toda España». Según su candidata a la Cámara Baja, Rosana Alonso, este tipo de técnica es «destructiva y contaminante» y supondría «daños irreparables» para la riqueza natural y paisajística de Cantabria, así como para la salud de sus habitantes. «Además, también repercutiría negativamente en un sector ya de por sí abandonado como es el primario», opina.

Para Alonso, «las únicas que obtendrían beneficios con el fracking serían unas pocas multinacionales de la energía y el petróleo. La relación del PP con estas hace normal que Mariano Rajoy lo apoye y que, aunque en Cantabria haya defendido su erradicación, a nivel estatal promueva su práctica, ya que saben que las comunidades autónomas no tienen las competencias necesarias en esta materia».

Apuesta por las renovables

«La apuesta de Unidad Popular por las energías renovables es firme», afirma su candidato al Congreso por Cantabria, Sergio Tamayo. Desde la formación en la que se integra Izquierda Unida y que encabeza a nivel nacional Alberto Garzón conectan su oposición al fracking con su postura frente al TTIP, el tratado de libre comercio que negocian Estados Unidos y la Unión Europea.

«Unidad Popular se sitúa al lado de la gente, al lado de la Asamblea contra la Fractura Hidráulica, organizada en Cantabria en las zonas amenazadas por esa práctica», comenta Tamayo. A su juicio, la apuesta de la candidatura que lidera en lo que respecta a política energética es, como señala su programa electoral, por las energías renovables, «por su importancia como nichos de empleo estables y con alto valor añadido y por nuestro férreo compromiso ecologista», afirma.

Además, desde la coalición de izquierdas remarcan «la hipocresía del PP de Cantabria, pues mientras aquí se posicionan en contra, su diputada Ana Madrazo, de nuevo candidata, vota a favor en Madrid, como si las convicciones se perdiesen al pasar la Cordillera Cantábrica», concluye su candidato.

«Consecuencias irreversibles»

El menos concreto respecto a la fractura hidráulica es el partido de Albert Rivera, que no entra a fondo en esta cuestión en su programa electoral y se limita a señalar que «Ciudadanos es contrario a la técnica de explotación de hidrocarburos no convencionales mediante la fractura hidráulica por los efectos negativos medioambientales para el terreno y los ecosistemas y para la salud de las personas».

«La explotación de este tipo de yacimientos conlleva un impacto ambiental con consecuencias irreversibles e incluso la posibilidad de movimientos sísmicos asociados. Además, los estudios realizados revelan que en España los yacimientos son de escaso volumen», apuntan desde la formación naranja.

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