El alcalde entra y sale de los juzgados por la puerta de los delincuentes

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Un grupo de vecinos protestó con carteles en la calle mientras duró el juicio. Foto: Gaspar Francés

Un grupo de vecinos protestó con carteles en la calle mientras duró el juicio. Foto: Gaspar Francés

Despliegue policial alrededor de la sede judicial con inspección de hasta en las alcantarillas

últimoCero.Valladolid:: Lunes, 27 de Abril de 2015 ::

El todavía alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva ha evitado acceder y salir de los juzgados por la puerta principal y ha optado por hacerlo por el lateral de la calle Torrecilla, donde tiene su entrada el Registro Civil y por donde entran los vehículos de la policía nacional y guardia civil con los presuntos delincuentes detenidos tras su paso por comisaría o para su traslado al centro penitenciario una vez puestos a disposición de la autoridad judicial.

«¿Entrará o no entrará por aquí?». Era la pregunta que se cruzaban los representantes de los medios de comunicación  a la puerta de los juzgados. En las dos ocasiones anteriores en que el alcalde ha sido llamado a declarar, una vez lo hizo por los garajes de Torrecilla y la otra por la puerta principal, bien es verdad que esta última vez los acceso al aparcamiento interior estaban clausurados por obras.

El dispositivo hacia presagiar que hoy León de la Riva haría la entrada por la puerta principal. Agentes de la policía nacional colocaban las vallas de seguridad del Ayuntamiento; en la acera de enfrente se empezaban a concentrar vecinos… Un responsable de comunicación del TSJ preguntaba a los gráficos si desde donde se les había ‘encerrado’ tenían buen ángulo, al tiempo que indica el lugar exacto en donde se suponía que se detendría el coche del procesado, etc., etc.

A las 9.10 horas hizo aparición la práctica totalidad de los miembros de la corporación del PP, compañeros de León de la Riva, con el secretario general, Valentín Merino, al frente. [¿Alguién puede explicar qué pintaba allí?] . También lo hizo el exsubdelegado del Gobierno en Valladolid, José Antonio Martínez Bermejo, que no tuvo inconveniente en detenerse unos minutos a la puerta para seguir charlando con Jesús Enríquez, todavía portavoz del grupo municipal del PP y que ahora ha sido relegado al número siete de la candidatura. Martínez Bermejo, que ocupa el undécimo lugar de la lista, podría ser el ‘tapado’ de León de la Riva en caso de ser inhabilitado por desobediencia continuada a cumplir una sentencia relacionada con los áticos del inmueble donde tiene la vivienda en la que reside, en la Plaza Zorrilla.

Pasan los minutos y el alcalde continúa sin aparecer. El responsable de comunicación del TSJ insiste en «si todo está bien» pero deja caer que «él no elige la puerta de entrada y que el alcalde entrará por donde él quiera». Empieza a estar claro que, una vez más, el valor del que presume y que se le suponía a León de la Riva, no es tal y que va eludir ver los carteles en los que se puede leer: ‘Dimisión. Machista. Prepotente’; ‘Primero Justicia’; ‘Justicia no impunidad’… y escuchar los gritos de ‘Alcalde dimisión por machista y por cabrón’ que se corean por el grupo de convocados por la Federación Vecinal y que en ningún momento superó el centenar de personas, y entre el que se echa en falta la presencia de los colectivos feministas.

A las 9.25 horas se corre la voz de que el alcalde ya está dentro. Ha burlado la presencia de los medios de comunicación y de los vecinos, que son fotografiados desde el interior de los Juzgados hasta que el autor es sorprendido por un funcionario judicial. Por unos instantes los gritos van en aumento: ‘León, León irás a prisión’;  ‘León, León juzgado por corrupción’; ‘A prisión, la corrupción’ o la ‘Corrupción se paga con prisión’. Hasta que se vuelve a imponer el silencio, atendiendo la petición de los convocantes para no dar motivo a la suspensión de la vista oral.

Con cuenta gotas van llegando noticias de la sala de vistas, donde el todavía Equipo de Gobierno del Ayuntamiento ha tomado asiento tras el todavía primer edil.

«Han empezado a declarar los testigos», «Están ya con las conclusiones…»… Mientras eso sucede en la sala de vistas, en la calle continúa el despliegue policial. Con varias grilleras de la UIP VII -la de la carga del 2 de Febrero de 2014 en la calle San Lorenzo- estacionadas en Angustias y alrededores: de la plaza de San Pablo a la calle Torrecilla, en cuyo cruce con Fray Luis de Granada un grupo de agentes inspecciona hasta las alcantarillas. Parejas de policías locales permanecen apostados en todas las esquinas de la manzana, y otros patrullan en un ir y venir incesante, que provocan la alarma de los transeúntes más despistados que preguntan que si ha pasado algo.

El Nissan en el que ha llegado el alcalde y en el que iban otros escoltas, permanecen aparcado en la zona reservada en la calle Lira, frente a la Casa Revilla. El guardia de seguridad que custodia la puerta de Torrecilla dice que va a cerrar -son las 14 horas- y que por allí ya no entra y ni sale nadie. El fotógrafo de últimoCero hace oídos sordos y se mantiene en su lugar y es testigo de los movimientos de la escolta de León de la Riva, que a las 15 horas sale por la misma puerta que entró a las nueve y veinte.

«Guapo» le grita alguien. León de la Riva, rodeado por cinco escoltas, e intentando mantener la calma aunque no puede disimular una rabia contenida, exclama: «¡Me han llamado guapo!». Rápidamente se introduce en la Casa Revilla. «Ya está dentro», transmite un mando de la UIP VII por el pinganillo. Los escoltas hacen de porteros para filtrar la entrada al zanguán que se queda pequeño, lo que obliga a abrir el patio, donde el todavía alcalde, que comparece sin derecho a preguntas, intenta ajustarse al guión de tres folios que le acaba de pasar Cristina Ruiz, su jefa de Gabinete, y en el que aparecen subrayadas con ‘fosforito’ amarillo lo que no puede olvidarse. Ruiz tuvo interés en que se identificara al fotógrafo de últimoCero que había captado el texto entregado al todavía alcalde.

León de la Riva empieza por reconocer que hubiera preferido no sentarse en el banquillo, aunque intenta -de nuevo- restar importancia al procedimiento -«que ha derivado en un incidente de Derecho Administrativo»- y recuerda su fallida petición de que se cambiara la fecha del juicio para alejarla de las elecciones del 24 de Mayo. También repite lo dicho durante la vista sobre las dificultades técnicas para restituir el edificio que data de 1946 a su estructura original.

El todavía alcalde expresa su dolor por Valladolid y sus convecinos, que, dice, «saben de largo» que no ha sido juzgado por un caso de corrupción. «Pero permítanme  realizarles una pregunta. ¿Creen ustedes que el resto de los españoles saben realmente por que ha comparecido hoy el Alcalde de Valladolid en el Juzgado?».

«Al Alcalde de Valladolid -continuó – no se le ha juzgado por corrupción. Ni por malversación. Ni por cohecho. Ni tampoco por incumplir una sentencia, porque esta se ha cumplido íntegramente hace muchos meses. Se le ha juzgado por unas supuesta desobediencia al haber cumplido con retraso una orden judicial».

León de la Riva, que reconoció el retraso en el cumplimiento, aprovecho su alocución, con su abogado a su diestra, para arremeter contra la Asociación Cultural Ciudad Sostenible, autora de la denuncia realizada a «un fiscal de Madrid que días antes había estado dando una conferencia para la citada asociación».

El todavía alcalde dio por finalizada su intervención y a toda velocidad cruzó el patio y el zaguán de la Casa Revilla para subirse al Nissan en el que había llegado, que arrancó a toda velocidad, seguido del otro Nissan de igual color, mientras algunos vecinos le gritaban corrupto y pedían su dimisión.

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