The New York Times: Generales de EEUU y Rusia advierten el peligro de una guerra nuclear

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Las estrategias nucleares de las potencias mundiales combinadas con las modernas tecnologías militares representan una amenaza mucho más verosímil de que se produzca un apocalipsis nuclear hoy que durante la Guerra Fría, advierten dos generales de EE.UU. y Rusia en un artículo publicado en The New York Times, titulado “Cómo evitar una guerra nuclear”.

Un submarino de la clase Ohio regresando a su base.

Un submarino de la clase Ohio regresando a su base.

Según el general retirado de Infantería de Marina de EE.UU. James Cartwright y el general mayor retirado ruso Vladímir Dvorkin, el riesgo de que se produzca un conflicto nuclear “accidental” en el mundo es extremadamente alto, escriben.

La crisis de Ucrania ha puesto en peligro la estabilidad de las relaciones entre Rusia y Occidente y la cuestión nuclear de nuevo se vislumbra como una gran amenaza para la vida en el planeta, afirman los autores del artículo.

La decisión sobre la aplicación de ataques de represalia se basa en la información recibida de los sistemas de alerta temprana (o lo que es lo mismo, satélites y radares terrestres). El tiempo de vuelo de los misiles estratégicos oscilaría entre 15 y 30 minutos, por lo que la decisión de iniciar un ataque de represalia debe realizarse en cuestión de minutos.

Todo ello es extraordinariamente peligroso, afirman los generales. Cualquier fallo en el sistema de alerta temprana de ataques con misiles al igual que cualquier provocación puede ser una señal para el inicio inmediato de una guerra nuclear. Con la aparición de las amenazas cibernéticas el peligro se multiplica.

Los militares recomienda a la Casa Blanca y el Kremlin olvidar la confrontación y abandonar de forma bilateral los principios de aplicación del ataque de represalia sobre la base de la información de los sistemas de alerta temprana, así como los entrenamientos de fuerzas nucleares estratégicas.

A continuación, el texto publicado en The New York Times:

Cómo evitar una guerra nuclear

Por James E. Cartwright y Vladimir Dvorkin

Nos encontramos en un entorno estratégico cada vez más riesgoso. La crisis de Ucrania ha amenazado la estabilidad de las relaciones entre Rusia y Occidente, incluida la dimensión nuclear – como se hizo evidente el mes pasado cuando se informó que funcionarios de defensa rusos habían aconsejado el presidente Vladimir V. Putin considerar la posibilidad de colocar el arsenal nuclear de Rusia en estado de alerta durante la última crisis del año en Crimea.

Los esfuerzos diplomáticos han hecho poco para aliviar la nueva tensión nuclear. Esto hace que sea aún más urgente para Rusia y los Estados Unidos un diálogo para aliviar las presiones de aquellos que proponen “usar o perder” fuerzas nucleares durante una crisis, y para minimizar el riesgo de un lanzamiento equivocado.

El hecho es que todavía estamos viviendo bajo la doctrina del ataque nuclear de la Guerra Fría, que dictó tres opciones estratégicas: disuasión nuclear, hacer un lanzamiento de advertencia (lanzamiento a la alerta) y ejecutar un post-ataque como represalia. No hay ninguna razón para creer que Rusia y Estados Unidos han descartado estas opciones, siempre y cuando la arquitectura de “la destrucción mutuamente asegurada” se mantenga intacta.

Para uno y otro lado, la decisión de un lanzamiento de advertencia – el intento de lanzar uno de los misiles nucleares antes de ser destruido- se haría sobre la base de la información de los satélites de alerta temprana y el radar de tierra. Dados los tiempos de vuelo de 15 a 30 minutos de los misiles estratégicos, la decisión de un lanzamiento después de una alerta de un aparente ataque debe producirse en minutos.

Por tanto, este es el escenario más riesgoso, ya que las provocaciones o el mal funcionamiento de estos sistemas puede desencadenar una catástrofe global. Dado que los sistemas de información basados ​​en computadoras han entrado en vigor, la probabilidad de este tipo de errores se ha reducido al mínimo. Pero la aparición de amenazas de guerra cibernética ha aumentado las posibilidades de alertas falsas en los sistemas de alerta temprana. La posibilidad de un error no se puede descartar.

Funcionarios estadounidenses generalmente han restado importancia a la opción de un lanzamiento a la alerta. Han argumentado las ventajas de post-ataque por represalia, lo que permitiría más tiempo para analizar la situación y tomar una decisión inteligente. Ni la Unión Soviética ni Rusia jamás declararon explícitamente que seguirían una estrategia similar, pero el énfasis en sus lanzamisiles móviles y submarinos estratégicos implica que la táctica es similiar a la estadounidense y que valoran la capacidad de absorber un ataque y llevar a cabo ataques de represalia.

Hoy, sin embargo, el sistema de alerta temprana de Rusia se ve comprometida. El último de los satélites que permitía detectar los lanzamientos de misiles terrestres y desde submarinos provenientes de Estados Unidos dejó de funcionar el pasado otoño. Esto ha suscitado dudas sobre la capacidad misma de Rusia para llevar a cabo ataques de lanzamiento en caso de alerta.

En parte para compensar la pérdida de su sistema basado en el espacio, Rusia ha desplegado unidades de radar prefabricados que se pueden configurar de forma rápida a lo largo de sus fronteras. Algunos de estos son ya operativos; algunos todavía se están probando. A diferencia de las redes satelitales, el radar puede proporcionar información precisa sobre la escala y la orientación de un ataque con misiles – pero sólo una vez que un misil ha entrado en su vecindad, lo que probablemente ocurrirá entre 10 y 15 minutos después del lanzamiento.

La ventaja de la información de radar es más información. La desventaja de tener que esperar es que se reduce el tiempo para decidir si hace o no un lanzamiento a la alerta. Esto a su vez aumenta la probabilidad de represalias equivocadas. En el caso de un misil disparado desde submarinos del Mar de Noruega, la red de radares de Rusia daría a quienes toman las decisiones nucleares sólo 10 minutos para responder. Con los sistemas de alerta temprana de los Estados Unidos se puede esperar para tomar decisiones aproximadamente el doble de tiempo.

Claramente, para uno y otro lado, estos plazos son muy limitados y las oportunidades para las decisiones poco meditadas son muy reales. El lanzamiento en caso de alerta pone una enorme presión sobre las cadenas de mando nucleares de ambos países.

En teoría, ninguna cabeza sensata de un Estado autorizaría abstenerse de un lanzamiento en caso de alerta después de recibir información de que un solo misil, o un pequeño número de misiles, estuvieran en marcha, en el supuesto de que esto no fuese un ataque intencional a gran escala. Pero la doctrina de lanzamiento en caso de alerta todavía gobierna en Rusia y los Estados Unidos – en cuyo caso permanece el riesgo, por pequeño que sea, de error catastrófico.

Este riesgo debería motivar en los presidentes de Rusia y Estados Unidos la decisión conjunta de eliminar el concepto de lanzamiento en caso de alerta, que está en sus estrategias nucleares. Ellos deberían restituir las conversaciones de militares a militares, que fueron suspendidas por la crisis de Ucrania, para mantener en bajo perfil la opción de un ataque nuclear de cualquier tipo, que es una prioridad urgente. (Una decisión conjunta sobre esto no desestabilizaría la disuasión nuclear: ambos países todavía tienen fuerzas nucleares diseñadas para resistir un ataque de primer golpe, garantizando ataques de represalia.)

Para reforzar este acuerdo, ambos países deben abstenerse de realizar ejercicios militares que implican la práctica de lanzamiento de misiles sobre la base de información de los sistemas de alerta temprana. Aunque la implementación de este sistema de seguridad aún no está totalmente verificado, renunciar (al lanzamiento a la alerta) sería una valiosa contribución a la estabilidad estratégica – y, por supuesto, a la prevención de una guerra nuclear accidental. Este sería un paso positivo antes de la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación, de la cual Naciones Unidas será el anfitrión este mes.

Las medidas detalladas para verificar este paso pueden venir más tarde, una vez que se restauren mejores relaciones ruso-estadounidenses. La ejecución técnica de la decisión de abandonar el concepto de lanzamiento en caso de alerta caería en el marco del nuevo tratado START. Una reducción gradual de la preparación para el combate de las fuerzas nucleares estratégicas proporcionaría un margen de tiempo más seguro para la toma de decisiones nucleares.

En períodos de aumento de las tensiones y con tiempos de decisión reducidos, aumenta la probabilidad de un error humano y técnico en los sistemas de control. El lanzamiento en caso de alerta es una reliquia de la estrategia de la Guerra Fría, cuyo riesgo hoy es muy superior a su valor precedente. Nuestros líderes necesitan con urgencia hablar al respecto y, esperamos que puedan llegar a un acuerdo para que sea desechado este protocolo obsoleto antes de que ocurra un error devastador.

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