Una mujer debe trabajar 11 años y medio más que un hombre para obtener la misma pensión

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La brecha salarial en España repunta durante la crisis y se sitúa en el 24%, a niveles de 2002.

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MADRID.- La diferencia entre lo que ganan hombres y mujeres en España por un trabajo de igual valor se situó al cierre de 2012 en un 23,93%, la tasa más alta desde el año 2002 y resultado de un incremento sostenido desde el inicio de la crisis económica que en la práctica. Esto supone que para obtener la misma pensión, una trabajadora deba cotizar 11 años y medio más que su homólogo masculino.

Esta es una de las conclusiones del informe de UGT Trabajar Igual, Cobrar Igual presentado este lunes por su responsable del área de Igualdad, Almudena Fontecha, con motivo de la conmemoración, el 22 de febrero, del Día por la Igualdad Salarial. Con datos de 2008 a 2012, afirma que España es ya la «campeona europea» de brecha salarial.

«No sólo nos hemos vuelto a situar en los niveles de 2002, sino que esta brecha se produce cuando la tasa de empleo es menor, es decir, hay menos mujeres trabajadoras y sufren una mayor brecha salarial», ha señalado Fontecha. En total, las diferencias retributivas por género implican que en 2012 las mujeres dejaron de percibir 27.783 millones de euros en sueldos y que tendrían que trabajar 79 días más al año para ganar lo mismo que ellos.

El informe muestra la evolución de la brecha salarial en la remuneración anual bruta del periodo 2008-2012 y revela un aumento del 2,08 por ciento en esos cinco años que UGT atribuye a «la ausencia de políticas de igualdad» y a «la falta de vigilancia del cumplimiento de la ley que prohíbe este tipo de discriminación», ya que «no hay factores objetivos» que expliquen estas diferencias.

Ocho etapas de la discriminación laboral de las mujeres

La desigualdad laboral acompaña a las mujeres desde que tienen edad para incorporarse al mercado de trabajo hasta que lo abandonan. En este escenario, la crisis, la reforma laboral y las políticas de recortes que ha llevado a cabo el Gobierno de Mariano Rajoy sólo han contribuido —según los sindicatos— a ensanchar aún más esta brecha. A pesar de que, al principio, la destrucción de empleo fue más notable entre los hombres, ellas continúan teniendo mayores tasas de paro, menores tasas de ocupación y de actividad y condiciones laborales más precarias. Coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, Público desgrana en ocho etapas la perpetua discriminación de las mujeres en su vida laboral.

1. Desempleo e inactividad juvenil

La vida laboral de hombres y mujeres empieza, debido a la crisis, con cierta equidad. La tasa de paro juvenil en hombres es del 55% y el de mujeres, del 54,2%, según la última Encuesta de Población Activa (EPA). Aun así, la tasa de inactividad —población en edad de trabajar que no se incorpora a la población activa— de jóvenes entre 19 y 29 años ya indica la primera desigualdad.  En el último cuatrimestre de 2013 hay algo más de 1.240.000 de chicos que se declaran inactivos, mientras que las chicas inactivas llegan a cerca de 1.500.000, según el informe El deterioro laboral de las mujeres como efecto de la crisis, de la Fundación 1 de Mayo de Comisiones Obreras (CCOO). Su autora, la socióloga Amaia Otaegui, señala que para las mujeres «el empeoramiento de las condiciones laborales y salariales unido a los recortes y al deterioro general del mercado de trabajo, hace aumentar el riesgo de que se desanimen y tiren la toalla en el terreno laboral, incluso antes o justamente cuando han empezado a intentarlo».

De hecho, 20.000 chicas de entre 16 y 19 años, casi 60.000 de entre 20 y 24 y casi 85.000 de entre 25 y 29 dicen estar inactivas «por desánimo o por dedicarse a las tareas del hogar», afirma el estudio. Estos datos demuestran, según Otaegui que «se mantiene el estereotipo de que, todavía para las jóvenes, el lugar natural de las mujeres es el hogar y la familia, y su actividad en el mercado de trabajo y su salario son elementos auxiliares o de acompañamiento en la economía familiar».

2. Contratación precaria y a tiempo parcial

Superada la fase de inactividad, llega la contratación, que subió un 8,1% en los dos últimos años, pero lo hizo de manera desigual para hombres y mujeres: «Ellas concentran poco más del 40% de la contratación y ellos superan el 50%», según el informe Las mujeres en el mundo del trabajo y la economía elaborado por la Unión General de Trabajadores (UGT). Además, «la mayor parte de la contratación de mujeres se agrupa en contratos por obra o servicio (38,19%) y contratos eventuales (36,48%). «Entre estas dos modalidades precarias por su temporalidad se concentra el 74,68% de la contratación de mujeres», señala el sindicato. Además, el empleo a tiempo parcial —que ha aumentado por la crisis y especialmente en ocupaciones predominantemente femeninas— sigue siendo superior en el caso de las mujeres.

A finales de 2013, había cerca de dos millones de mujeres en esta situación (un 26%) frente a 718.100 hombres (un 7,9%), según la EPA del cuarto trimestre. Y otra discriminación añadida que señala el sindicato: «Las mujeres con trabajo a tiempo parcial perciben 719 euros al mes, mientras los hombres superan los 804 euros mensuales». Lo preocupante, además, es que la mayoría de los hombres y mujeres con este tipo de jornada no la desean: «El 66% de las mujeres y el 69% de los hombres declara que tienen un trabajo a tiempo parcial porque no han encontrado un empleo a jornada completa», apunta Oategui.

3. Desigualdad salarial

«Una mujer trabaja 84 días más al año para ganar lo mismo que un hombre«. Eso es lo que se encuentran las mujeres cuando se incorporan al mercado laboral o, dicho de otra forma, el tamaño de la brecha salarial entre hombres y mujeres (casi del 23%), según un estudio de UGT. Entre 2008 y 2011 los hombres han ganado de promedio 5.900 euros más que las mujeres. Una diferencia que indica que el salario de ellas supone el 77,5% del de ellos o que el salario masculino equivale al 130% del salario femenino, según un informe de CCOO basado en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

4.  Dificultades en la conciliación

Una vez trabajando, las mujeres se enfrentan a la odisea de conciliar. El recorte del gasto público complica lograr ese objetivo porque provoca la disminución de los servicios públicos de cuidado a personas dependientes y dificulta el fomento de la corresponsabilidad. Con la edad de acceso a la maternidad creciendo sin parar (ahora en los 32 años), desde 2012 las prestaciones por maternidad han caído un 11,22% y las de paternidad, un 12,04%, según UGT. Una de cada cuatro mujeres redujo su jornada laboral para cuidar de sus hijos (frente a un 3,5% en el caso de los hombres) y un 38,2% de mujeres ocupadas (frente a un 7,4% de hombres) han dejado el trabajo durante más de un año para atender a un menor de cocho años.

5. Más paro femenino

El desempleo que ha provocado la crisis también azota con más fuerza a las mujeres. Según un estudio de Adecco publicado esta misma semana, entre 2008 y 2013 —los años centrales de la crisis— se han destruido casi un millón de puestos de trabajo femeninos (902.800). CCOO insiste en que en los últimos dos años, de las 660.000 personas asalariadas menos que hay en España, 304.000 son mujeres (el 47%). La mayoría de ellas (dos de cada tres) han perdido un empleo indefinido y el grupo de edad más afectado es el comprendido entre los 30 y los 39 años.

Además, la destrucción de empleo femenino se concentra en el sector público, donde el 72% del empleo perdido desde la aprobación de la reforma laboral ha sido femenino. Esto indica, según la Fundación 1 de Mayo, que los recortes de personal en la administración pública no son uniformes. Por ejemplo, en Educación, un sector históricamente feminizado, entre el primer trimestre de 2012 y el mismo período de 2013, «la ocupación en educación pública y privada pierde un total de 39.000 efectivos, de los cuales, 27.400 son mujeres». Y lo mismo ocurre en Sanidad, donde en dicho espacio temporal, de 107.000 empleos destruidos, 73.000 estaban ocupados por mujeres.

6. Ellas tardan más en conseguir otro empleo

Después de perder el empleo, las mujeres tienen más dificultades que los hombres para encontrar otro trabajo y se convierten en paradas de larga duración en mayor medida que ellos en actividades como «técnicos y profesionales científicos e intelectuales», «empleados contables administrativos y otros empleados de oficina» o «trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores», según UGT. De hecho, el año pasado encontraron empleo 13.200 mujeres menos que hombres. La cifra de hombres que encontraron trabajo en 2013 aumentó en 1.300 con respecto a 2012, mientras que la de mujeres descendió en 3.500. UGT responsabiliza de estas cifras al Gobierno y a su «aprobación de medidas de fomento de la contratación femenina precaria».

El resultado de estas políticas sitúa a España en la parte baja de los países de la OCDE en materia de integración de la mujer en el mundo laboral. Concretamente, ocupa la 23ª posición de 27 en una clasificación liderada por los países nórdicos (Noruega, Dinamarca y Suecia) y solamente supera a Japón, Italia, Grecia y Corea, según el índice PwC Women in Work.

7. Desigualdad en las prestaciones por desempleo

La brecha en los salarios se reproduce, años más tarde, en las prestaciones por desempleo. La Fundación 1 de Mayo sostiene que una mujer parada de larga duración tiene un 77% de probabilidades de no ser perceptora de prestaciones. A ello hay que añadir que las prestaciones contributivas por desempleo de las mujeres (25,16 euros al día) son más bajas que las de los hombres (29,62%), apunta UGT.  Y por si esto fuera poco, el número de mujeres que no perciben ningún tipo de prestación ha crecido en 552.500 entre 2011 y 2013. De los más de tres millones y medio de personas paradas de larga duración —que suponen el 60% de todas las mujeres en situación de desempleo— solamente un millón (el 28%) recibe alguna prestación.

8. Ellas son más pobres

El resultado de estos siete elementos es el empobrecimiento de las mujeres asalariadas. «Las mujeres suponen el 68% de la población asalariada con ingresos inferiores al salario mínimo interprofesional —641 euros mensuales— y el 23% de las personas que lo perciben en más de ocho veces. En este apartado, los hombres representan el 76,57%», señala la Fundación 1 de Mayo. Sin embargo, estos sueldos bajos son los que sustentan al 90% de los hogares con un adulto e hijos que, al depender de mujeres, afrontan un mayor riesgo de pobreza.

«A las mujeres se nos decía que alcanzaríamos nuestro maná de la igualdad cuando tuviéramos los niveles de formación que el mercado laboral demandaba y cuando pudiéramos conciliar. Hoy ninguno de estos argumentos se soporta. No existe ninguna razón objetiva que justifique que a las mujeres se les pague menos», afirma Fontecha, que apunta al «dumping y la competencia empresarial» como otra posible causa.

«Campeones de Europa en brecha salarial»

Atendiendo al marco europeo y teniendo en cuenta que Eurostat sólo refiere la brecha salarial en sueldo por hora, sin considerar la jornada parcial y en determinadas empresas, UGT indica que España alcanza una de las cotas más altas del entorno comunitario, con un 19,3% (similar al 20,2% registrado en 2002), frente a una media europea del 16,5%. Sólo Hungría, Alemania y Eslovaquia superan el 20%.

Cuando se toma en consideración el salario anual bruto, la brecha salarial en España se dispara hasta el 24% y, si además, se añade la variable del tiempo parcial, la diferencia es aún mayor: las mujeres con este tipo de contratos ganan un 33,7% menos que los hombres en las mismas circunstancias, es decir, «dos millones de mujeres afectadas por discriminación salarial extrema, el 25% de las trabajadoras españolas».

En este sentido, explica que si en 2008 trabajaban algo más de 8,6 millones de mujeres, en 2012 se contaban 640.000 menos y del total, dos millones estaban empleadas a tiempo parcial. No en vano, tres de cada cuatro trabajadores con estos contratos son mujeres, trabajadoras «que no han percibido nunca salarios que superen los 11.000 euros anuales brutos«, según el informe.

Mientras, los hombres, con menos representación en el tiempo parcial, han visto reducirse sus salarios con la crisis, pero nunca la media ha estado por debajo de estos 11.000 euros. Aun así, UGT alerta de que «la perversión de no alcanzar la igualdad real entre mujeres y hombres» conlleva «el riesgo de aplicar a los hombres las condiciones más desfavorables que han venido padeciendo las mujeres».

Se triplica la diferencia retributiva en el sector Educativo

En el empleo a tiempo completo, la brecha también se nota. Las mujeres con este tipo de jornada «tienen como techo cantidades que no han alcanzado nunca los 24.000 euros en sus salarios medios anuales», mientras que los hombres y a pesar de recortes y moderación salarial tanto en el sector público como en el privado, «en los últimos cinco años siempre han percibido de media cantidades superiores a los 25.000 euros anuales».

El informe toma como referencia las encuestas anuales de estructura salarial del Instituto Nacional de Estadística para mostrar cómo la brecha salarial se ha incrementado entre 2008 y 2012 en prácticamente todos los sectores de actividad. Destaca el incremento experimentado en servicios relacionados con lo público: en el ámbito educativo la brecha creció un 7,65% en cinco años, y en el sanitario y social se incrementó un 6,02%.

«El sector de la Educación ha sido el más afectado por las bajadas de salarios para toda la población trabajadora de esta actividad y donde se ha triplicado la brecha salarial en cinco años», señala el informe, para recordar que en esta actividad se concentran 813.800 mujeres, el 67% de los ocupados en este ámbito. En el sanitario trabaja más de un millón de mujeres, el 77% de esta ocupación, y ganaron de media mil euros menos en 2012 que el año anterior.

En términos generales, las tasas más elevadas de brecha salarial se sitúan en la categoría de «otros servicios», con una diferencia retributiva entre hombres y mujeres del 36,1%; seguida de las actividades administrativas y servicios auxiliares (33,21%), las actividades profesionales, científicas y técnicas (31,6%); y las actividades sanitarias y de servicios sociales (30,33%).

UGT explica que las diferencias más elevadas de salarios se producen en las ocupaciones que exigen menos cualificación, precisamente las más feminizadas, como en el sector servicios, donde las tareas no cualificadas son realizadas en un 80% por mujeres, que cobran un 30,67% menos que sus iguales varones. No obstante, también hay brecha en las cotas más altas, donde las directoras y gerentes cobran un 16,08% menos que los hombres en estos puestos.

Sólo cinco comunidades por debajo de la media

La situación es similar en todo el territorio nacional. De las 17 comunidades autónomas, sólo cinco están por debajo de la media nacional del 23,9%: Baleares (16,78%) y Canarias (17,03%) tienen las tasas más bajas, seguidas por Extremadura (19,38%), Madrid (21,55%) y Castilla-La Mancha (23,16%). En el lado opuesto, Aragón (29,98%), Navarra (29,57%), Cantabria (28,05%) y Asturias (28,04%) tienen las mayores diferencias.

«La recuperación económica de nuestro país pasa por el reconocimiento del trabajo remunerado de las mujeres en términos económicos. Se revela como una vía primordial de reactivación del consumo ya que son ellas las encargadas de una parte importante de las compras dentro de los hogares españoles, ello acarrearía el aumento de la demanda de productos del mercado, la creación de empleo y además, contribuiría a eliminar parte de la pobreza en nuestro país», concluye UGT.

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