Una pancarta -«La Rondilla no se rinde»- colocada en la fachada del antiguo colegio San Juan de la Cruz expresaba el sentido de la concentración celebrada a las 12 del mediodía a las puertas del inmueble expoliado por «la mala gestión del alcalde y el secretario de Estado de la Seguridad Social«.
Inmediatamente antes de la concentración, carteles, con las imágenes de León de la Riva y Tomás Burgos, bajo la leyenda de ‘Se buscan, como presuntos autores del robo del San Juan de la Cruz, fueron pegados en la fachada del edificio abandonado. Tres vehículos de la policía municipal y dos de la policía nacional vigilaban la zona.
«Son catorce años los transcurridos desde que salieran de las aulas del San Juan de la Cruz los último niños y niñas y desde entonces, el curso 1999-2000 el Ayuntamiento no ha movido un dedo para mantenerlo en condiciones mínimas de habitabilidad, limpieza, seguridad y ornato. Por el contrario, el alcalde lo acabó convirtiendo en un inmenso contenedor de basuras, luego de que le frustramos su intención de venderlo para hacer caja, o de meter en la parcela una gran cadena de supermercados que hubiera terminado de arruinar al pequeño comercio del barrio, o un centro de salud, cuando en el barrio teníamos tres y en su ámbito de influencia otros dos, además de las instalaciones del antiguo hospital Río Hortega», se denunció en el comunicado leído..
«Lo ha probado todo», continúa el manifiesto, «con tal de oponerse sistemáticamente y sin sentido a sin sentido a propuestas razonables y valiosas de uso, como las presentadas por el Colectivo Acerca. Nunca hubo voluntad en el Ayuntamiento de resolver este conflicto a favor de las opiniones y los intereses de los habitantes de Rondilla».
El comunicado incluye la referencia a la aparicIón -«como caído del cielo» de Tomás Burgos, el Secretario de Estado de la Seguridad Social, «organismo en quiebra técnica sobre el que pesa, como sobre todos y cada uno de los servicios públicos (educativos, sanitarios, sociales, asistenciales) del Estado de Bienestar para su desmantelamiento y privatización».
«El ladrillo», añade, «no da dinero y hay que abrir nuevos negocios a nuestra costa. Y entre León de la Riva y Tomás Burgos tramaron esta patraña de permuta con la que uno se quitaba el muerto de en medio, pensando que diciendo que ‘esto es cosa de Madrid’, alejaba las protestas de los vecinos; y el otro se encastilla en su despacho para no oír las protestas y aguardar a que nos cansemos».
Pero la Asociación Vecinal Rondilla dice: «Y va a ser que no, que no nos van a cansar, que no podrán con la Rondilla, donde seguimos protestando por este robo, y que protestaremos más y más hasta recuperar el San Juan de la Cruz. No vamos a parar hasta conseguirlo y haremos del San Juan de la Cruz un símbolo de la lucha del vecindario contra una clase política que le amarga la vida, que se lo lleva crudo, que no resuelve problemas, pero que los crea y multiplica».
«Esta concentración de hoy», concluía el manifiesto, «es una etapa más de este caminar para cambiar los comportamientos caciquiles, contra la injusticia y el abandono que sufrimos. Volveremos una y otra vez para decirles a quienes quieran escuchar y entender, que con políticos acabados, como León de la Riva y Tomás Burgos, ni Rondilla ni Valladolid tienen futuro. ¡Qué se vayan!».