Preocupación por la situación: el Rey se reúne con la cúpula militar del Ejército de España

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Su Majestad el Rey Juan Carlos presidió en Madrid la reunión que mantiene el Consejo de Estado Mayor, un órgano consultivo que se reúne que sirve para coordinar a los jefes de Estado Mayor de los Ejércitos y la Armada, para orientar la preparación de las unidades de las Fuerzas Armadas, asegurar la eficacia operativa y para facilitar asesoramiento al JEMAD.

En la sede del Estado Mayor de la Defensa, había sido recibido minutos antes por el Ministro de Defensa, Pedro Morenés, y el jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el almirante general Fernando García Sánchez; el del Ejército de Tierra (JEME), el general Jaime Rodríguez Buj; el de la Armada (AJEMA), el almirante Jaime Muñoz-Delgado; y el del Ejército Aire (EMA), el general Francisco Javier García Arnaiz.

Vestido con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, Don Juan Carlos se movió utilizando muletas, aunque en algunas ocasiones se movió solamente con una y, en otros momentos, con las dos.

Durante los instantes de honores militares, se mantuvo en pie sin la ayuda de ninguna de las muletas.

Concluido el recibimiento protocolario, el Monarca fue acompañado por la cúpula militar hasta el Centro de Coordinación de Operaciones Estratégicas, donde saludó por videoconferencia a los jefes de los contingentes españoles destacados en operaciones militares en el exterior y los jefes de los nuevos Mandos de Vigilancia y Seguridad Marítima, y el de Defensa y Operaciones Aéreas.

Exactamente, con el jefe de la Brigada Multinacional Este de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL); el adjunto al Jefe de Estado Mayor para la Comunicación en el Mando Conjunto de la ISAF en Kabul (Afganistán); con el jefe de la fuerza española desplegada en la base aérea de Herat (Afganistán); con el Jefe del Estado Mayor del Mando Regional Oeste en Herat (Afganistán) y el jefe de la fuerza desplegada en la provincia de Badghis (Afganistán).

El contenido de las reuniones sigue siendo absolutamente confidencial por razones de Estado, aunque es más que evidente y ha trascendido que existe una preocupación generalizada en el seno del Ejército por la delicada situación social y política actual.

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