La mujer endeudada por el asesino de su hija pide ayuda para no perder su casa

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La anciana de Torredelcampo (Jaén) Juana Vacas no ha sentido alivio suficiente tras la condena a 22 años de prisión para el acusado de matar a su hija Purificación hace dos años. El próximo 26 de junio tiene por delante otro juicio en el que va a reclamar la anulación de la herencia, que ella aceptó sin saber que estaba llena de deudas que debía compartir con el asesino de su hija. Si la demanda no prospera y la herencia no se anula, esta mujer de 74 años se expone a ser desahuciada de su vivienda por no poder hacer frente a las deudas que dejó el condenado por el asesinato de su hija, la cual tenía una minusvalía psíquica del 46%.

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Más de 134.000 firmas de apoyo ha recibido esta anciana desde que se puso en marcha en las redes sociales la campaña Todos con Juana (Change.org/Juanavacas). Son firmas procedentes de personas de todo el país y del extranjero, que se solidarizan con ella y que califican de “barbaridad” la exigencia de que comparta las deudas con quien mató a su hija. Muchos de ellos acudirán al juicio en el que Juana Vacas pedirá la nulidad de la herencia, por la que recibió la sexta parte de su propia casa (que correspondía a Purificación desde la muerte de su padre) y otras muchas deudas contraídas por la persona que la mató, pues a pesar de estar separados seguían manteniendo el régimen de gananciales.

“No me informaron adecuadamente, pues me instaron a declararme heredera de mi hija sin advertirme de las cargas que tenía. Yo desconocía cualquier deuda porque nunca les había firmado nada”, subrayó la anciana, que acusa al notario con el que firmó la herencia de mala praxis profesional.

A Juana Vacas se le reclaman unos 50.000 euros, una cantidad que incluye la ejecución hipotecaria por la venta de una cochera así como recibos de agua, luz y hasta una factura de los bomberos por un incendio que se cree provocado por el propio exmarido de Purificación en la vivienda que ambos compartían. La mitad de todas esas deudas se le reclaman ahora a Juana, heredera de los bienes y de las deudas de su hija.

“Mi madre no puede responder ni económica ni éticamente de esa deuda envenenada, tiene una pensión de 600 euros”, advierte Encarnación Armenteros Vacas, la otra hija de Juana que es quien está promoviendo la campaña de apoyo en Internet y las redes sociales. La hermana de la fallecida dice que su familia está dispuesta a acampar a las puertas del Congreso en caso de que no se anule esa herencia.

La deuda reclamada a Juana Vacas podría ser aún mayor si una entidad bancaria no hubiera anulado la ejecución hipotecaria que inició contra ella apenas seis meses después de la muerte de Purificación por el impago del piso donde vivía la pareja. “Ganamos esa batalla gracias al apoyo ciudadano, el mismo que ahora pedimos para anular la herencia”, indica la hermana de la fallecida.

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