El Director de Hospitales de Madrid, un creyente de la gestión privada de la sanidad pública

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Antonio Burgueño, actual director general de hospitales de Madrid, tiene experiencia en el sector hospitalario. Pero no en el público, sino en el privado. Fue director asistencial de la aseguradora Adeslas (1990-2001) y es considerado el “padre” del modelo Alzira, el primer hospital privado de la red pública, en este caso, en la Comunidad Valenciana.

El modelo Alzira  fue deficitario en sus cuatro primeros años y la Conselleria rescindió el contrato y convocó un nuevo concurso de gestión sanitaria, incluyendo la Atención Primaria de la zona, que recayó en la misma Unión Temporal de Empresas (Adeslas, Bancaja, CAM, ACS-Dragados y Lubasa) A pesar de no figurar ni en el contrato original ni en el pliego de cláusulas de explotación la indemnización por «lucro cesante», la Conselleria destinó 25,4 millones a este fin, hecho que el Sindic de Comptes (Tribunal de Cuentas Valenciano) censuró en un informe.

En Madrid, Burgueño participó en la creación del primer hospital que imitaba el modelo valenciano: Valdemoro, de Capio Sanidad, multinacional cuyo propietario es el fondo de riesgo CVC Partners Capital, fondo británico con sede en Luxemburgo.. Desde que accedió a su actual puesto, la Comunidad ha adjudicado a Capio los hospitales de Móstoles y Collado Villalba (este último, ya construido, pero sin inaugurar por falta de presupuesto). A Burgueño se le acusa de conflictos de intereses, por sus antiguos empleadores, y porque su hijo, Antonio Burgueño Jerez, es jefe de Unidad de Desarrollo de Negocio y Calidad de Ribera Salud, la otra “gran empresa” sanitaria que vive de los conciertos públicos.

En el Foro Sanitario Alzira, en marzo de este año [abajo el vídeo], expuso: “Hay que generar entornos empresariales de inversión y este [modelo hospitalario de Alzira] ha creado entornos empresariales”. “Los hospitales no pueden seguir siendo propiedad del Estado, es conveniente que sea propiedad de la sociedad… [pero] no puede ser desde el principio la sociedad participando, eso es utópico… que los hospitales de Madrid empiezan a ser llevado por los capitales y las empresas y los particulares de la zona será la transformación real de la sanidad española”. En el foro se mostró deseoso de arriesgar y “salir a una participación pública, a una venta de acciones pública [de los hospitales] en unas condiciones adecuadas para que la sociedad valenciana participe”: “Tengamos en cuenta que [estos modelos hospitalarios] se pueden encontrar pequeños márgenes de ganancias, no podemos esperar márgenes comerciales si no es en algunos de los productos o subproductos que generen, como la creación de cocinas territoriales, parking, lavanderías”. (Enlace al video)

 

El Director de Hospitales de Madrid, un creyente de la gestión privada de la sanidad pública

Antonio Burgueño, actual director general de hospitales de Madrid, tiene experiencia en el sector hospitalario. Pero no en el público, sino en el privado. Fue director asistencial de la aseguradora Adeslas (1990-2001) y es considerado el “padre” del modelo Alzira, el primer hospital privado de la red pública, en este caso, en la Comunidad Valenciana.

El modelo Alzira  fue deficitario en sus cuatro primeros años y la Conselleria rescindió el contrato y convocó un nuevo concurso de gestión sanitaria, incluyendo la Atención Primaria de la zona, que recayó en la misma Unión Temporal de Empresas (Adeslas, Bancaja, CAM, ACS-Dragados y Lubasa) A pesar de no figurar ni en el contrato original ni en el pliego de cláusulas de explotación la indemnización por «lucro cesante», la Conselleria destinó 25,4 millones a este fin, hecho que el Sindic de Comptes (Tribunal de Cuentas Valenciano) censuró en un informe.

En Madrid, Burgueño participó en la creación del primer hospital que imitaba el modelo valenciano: Valdemoro, de Capio Sanidad, multinacional cuyo propietario es el fondo de riesgo CVC Partners Capital, fondo británico con sede en Luxemburgo.. Desde que accedió a su actual puesto, la Comunidad ha adjudicado a Capio los hospitales de Móstoles y Collado Villalba (este último, ya construido, pero sin inaugurar por falta de presupuesto). A Burgueño se le acusa de conflictos de intereses, por sus antiguos empleadores, y porque su hijo, Antonio Burgueño Jerez, es jefe de Unidad de Desarrollo de Negocio y Calidad de Ribera Salud, la otra “gran empresa” sanitaria que vive de los conciertos públicos.

En el Foro Sanitario Alzira, en marzo de este año [abajo el vídeo], expuso: “Hay que generar entornos empresariales de inversión y este [modelo hospitalario de Alzira] ha creado entornos empresariales”. “Los hospitales no pueden seguir siendo propiedad del Estado, es conveniente que sea propiedad de la sociedad… [pero] no puede ser desde el principio la sociedad participando, eso es utópico… que los hospitales de Madrid empiezan a ser llevado por los capitales y las empresas y los particulares de la zona será la transformación real de la sanidad española”. En el foro se mostró deseoso de arriesgar y “salir a una participación pública, a una venta de acciones pública [de los hospitales] en unas condiciones adecuadas para que la sociedad valenciana participe”: “Tengamos en cuenta que [estos modelos hospitalarios] se pueden encontrar pequeños márgenes de ganancias, no podemos esperar márgenes comerciales si no es en algunos de los productos o subproductos que generen, como la creación de cocinas territoriales, parking, lavanderías”. (Enlace al video)

 

Sin duda, puede resultar extraño pensar que la sociedad y las grandes empresas son lo mismo; son grandes constructoras y multinacionales (Acciona, Sacyr, Dragados, Begar, Ploder, Hispánica, Capio-Apax Partners, FCC)  las empresas que a día de hoy gestionan la parte no-sanitaria de los últimos hospitales construidos y van a gestionar, si no lo impedimos, la parte sanitaria y los centros de salud adscritos. Qué tiene en común cualquier ciudadano con fondos internacionales de inversión o qué participación puede tener la sociedad ante esas empresas son incógnitas que Burgueño no resolvió.

Pero sí expuso muchas más ideas en ese mismo Foro. Defendió la financiación directa del médico de cabecera por parte de los usuarios, “un modelo más entrañable… como en otros tiempos”; el voluntariado en los hospitales, “hay un montón de servicios que deberían ser motivo de apuesta por el voluntariado”; y el sistema estadounidense: “dicen que Estados Unidos gasta el 18% del PIB en Sanidad… pero recuperan un montón de dinero, en la tecnología, en la química… todo eso crea riqueza”.

De momento, muchos madrileños creen que la sanidad, más que generar riqueza, tiene que velar por la salud de todos y todas. Y que ninguna empresa debe obtener beneficios con los impuestos. Ante la ofensiva privatizadora de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, reflejada en los presupuestos presentados, este lunes y martes 26 y 27 de noviembre y los próximos 4 y 5 de diciembre se han convocado jornadas de huelga en la sanidad. Apoyar la Marea Blanca es, sin duda, pelear por la salud pública, es decir, nuestra salud.

Más información:

Un video en el que Antonio Burgueño explica el negocio de la Salud.

26/11/2012

Madrilonia

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