Trabajadores de la sanidad se encierran 24 horas en el hospital Clínico

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El menú del día ha sido de lo más frugal: «Ensalada griega de recortes y paella rescatada valenciana». Se suponía que también iba a haber pan, pero «no hay con tanto chorizo». Y para beber, «agua privatizada». Esa ha sido la comida organizada por los trabajadores de la sanidad encerrados hoy desde el mediodía en el hospital Clínico de Madrid en protesta por los recortes y las privatizaciones en la sanidad pública. A las tres de la tarde han sacado a la puerta del centro una mesa y han picado embutido, tortilla de patata… y pan, porque finalmente sí llegaron algunas barras.

La «comida externalizada» (así la han bautizado) tenía por objetivo denunciar la privatización de los servicios no sanitarios en los hospitales madrileños, una de las últimas medidas de ahorro decididas por el Gobierno regional. Hasta 26 categorías profesionales (cocina, mantenimiento, fontanería…) se han declarado «a extinguir», por lo que todos los empleados que no tienen plaza fija serán despedidos. Los trabajadores de la cocina del Clínico han sido los encargados de organizar la comida.

Un centenar de personas de diferentes hospitales han acudido a la concentración de las 12.00. Han coreado lemas a favor de la sanidad pública y críticos con la presidenta de la Comunidad de Madrid («Espe, Espe, especulación») y todos los políticos.

«A ti que estás mirando, también te están robando», han animado a los pacientes a unirse a la protesta. La primera acción del encierro de 24 horas ha consistido en salir a la calle y cruzar hasta la Fundación Jiménez Díaz, donde han representado la «venta» de la sanidad a las empresas privadas.  «Sanidad privada, peor y más cara», han coreado, y han golpeado cacerolas.

Durante la mañana los encerrados han estado dibujando pancartas en el hall de la puerta I del hospital. Su intención es quedarse allí algunas decenas de personas hasta el mediodía de mañana. «Los recortes en sanidad nos afectan a todos», reza uno de los carteles. Algunos de los pacientes que esperaban su turno en una sala anexa a la de la protesta se han mostrado a favor de los concentrados. «Porque no me va a dar tiempo, pero me quedaría con ellos un rato para apoyarles», ha asegurado María Lucía, de 53 años.

Las concentraciones -se han producido también en el hospital de Móstoles y, la primera, en el Ramón y Cajal- las está convocando la Coordinadora de hospitales y centros sanitarios públicos de la Comunidad de Madrid. Se creó el 5 de julio pasado por la tarde, tras una asamblea en la puerta G del hospital Clínico San Carlos. Forman parte de ella trabajadores de centros de salud y de otros hospitales como el Marañón, el 12 de Octubre, La Paz, el Niño Jesús… No hay sindicatos, al menos presentes con sus siglas.

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