El responsable de Barclays dimite por manipular los tipos de interés

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Se esperaba que luchara aún durante esta semana para salvar la silla pero se ha ido hoy de buena mañana: Bob Diamond, consejero delegado de Barclays, ha presentado su dimisión con efecto inmediato. Convertido en objetivo de la clase política, los medios y buena parte de la City, Diamond se había convertido en la cabeza visible de la manipulación del índice interbancario entre 2007 y 2009, que le ha costado al banco sanciones por valor de 360 millones de euros. El lunes ya había anunciado su marcha a finales de año el presidente del banco, Marcus Agius, que toma ahora las riendas del día a día hasta que se encuentre un nuevo consejero delegado.

Aunque Diamond no fue nombrado consejero delegado de Barclays hasta septiembre de 2010, cuando las manipulaciones del interbancario ya habían cesado, se le considera el responsable principal porque en esos años él era el jefe de Barclays Capital, la división de banca de negocios que él mismo había creado, con competencias sobre el interbancario.

Su marcha obedece a la enorme presión política y mediática de estos días pero también a su perfil profesional: en un momento en el que el banco ha de poner una operación de limpieza interna y probablemente acelerar la división entre banca comercial y banca de negocios que promueve el Gobierno británico, Diamond no parecía en condiciones de ser el hombre adecuado para esa tarea.

Diamond se presentará a declarar este miércoles ante una comisión parlamentaria que investiga el comportamiento de Barclays

“La presión exterior sobre Barclays ha alcanzado un nivel que amenaza con afectar a la marca. Y no puedo permitir que eso ocurra”, escribe Diamond en la nota hecha pública esta mañana para anunciar su marcha. “Estoy profundamente decepcionado porque los acontecimientos de la semana pasada han dado una impresión que no puede estar más lejos de la realidad sobre lo que defienden Barclays y su gente”, añade. Y confirma que se presentará a declarar mañana miércoles ante la comisión parlamentaria puesta en marcha por el Gobierno para investigar el comportamiento de Barclays.

Barclays ha sido el primer banco en admitir su responsabilidad pormanipular el índice interbancario, que fija el precio al que se prestan dinero los bancos en el día pero es utilizado también como referencia en millones de operaciones en todo el globo, como los tipos de interés de las hipotecas o de las tarjetas de crédito. En total, una veintena de bancos están siendo investigados en Estados Unidos, Europa y Japón.

El caso, que llega en un momento de enorme hartazgo de las opiniones públicas por la crisis financiera y las polémicas sobre las altas remuneraciones de los banqueros, ha provocado una tormenta mediática y política en Reino Unido que al final ha convertido en insostenible la posición de Diamond.

Su perfil personal no le ha ayudado. Defendido por su competencia por gran parte de la City, su imagen pública era la de un banquero arrogante, el mejor pagado del país, que ni siquiera se ha disculpado por los abusos de la banca que acabaron provocando la crisis financiera y que ha seguido cobrando un sueldo multimillonario mientras la población se ajustaba el cinturón.

En abril, casi un 27% de los accionistas votaron en contra de la política de remuneración de los ejecutivos de Barclays, escandalizados al saber que Bob Diamond había recibido 25 millones de libras por su trabajo en 2011 a pesar de que el banco no había cubierto sus objetivos anuales. Se estima que el ya ex consejero delegado ha cobrado más de 100 millones de libras en los últimos años (125 millones de euros).

Nacido en Boston (Estados Unidos), Bob Diamond fue profesor universitario antes de convertirse en banquero. Tras ocupar altos cargos en Credit Suisse First Boston y en Morgan Stanley International, entró en Barclays en 1996 para crear la división de banca de negocios.

Con gran olfato para identificar buenas oportunidades de negocio, en 2008 dio su gran golpe al adquirir Barclays la división estadounidense del desmantelado rival Lehman Brothers. Eso le proporcionó mucho dinero en forma de revalorización de acciones y le catapultó al cargo de consejero delegado.

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