Cien mineros bloquean dos horas las carreteras que unen el Bierzo y León

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Atravesaron camiones en la autovía. Derramaron la arena de un volquete en la N-VI. Y bloquearon con piedras la LE-106. Circular entre el Bierzo y el resto de la provincia por el puerto de Manzanal fue ayer imposible entre las 9.30 y las 11.30 horas porque un piquete de un centenar de mineros en huelga lo impidió.

La tregua en los cortes de carretera que marcó el inicio de la Marcha Negra concluyó en el municipio de Torre del Bierzo. Decididos a llamar la atención sobre la desaparición a la que está abocada el sector si el Gobierno mantiene los recortes, un centenar de trabajadores del carbón con el rostro cubierto por pasamontañas y camisetas, algunos con rudimentarios tirachinas y ondas para lanzar piedras, irrumpió primero en la Autovía del Noroeste, atravesando camiones en los dos sentidos de la circulación a la altura del viaducto sobre el río Tremor, en el kilómetro 356. A continuación, y buscando un lugar con vías de escape más fáciles en previsión de la llegada de los antidisturbios, la mayoría del piquete se concentró en la intersección de la LE-106 con la carretera N-VI, donde volcaron la carga de arena de un camión sobre el asfalto e incendiaron neumáticos.

Los mineros, que ayer no iban con intención de hacer frente a los antidisturbios, aguardaron la llegada de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) mientras se formaban las primeras colas en el viaducto.

Observándolo todo desde la atalaya del cruce de la N-VI y la LE-106, a más altura que la autovía, los mineros dejaron pasar a un turismo con sus ocupantes viajando a un entierro, aunque en la carretera nacional quedó aparcado un autobús de Alsa que hacía la línea entre Ponferrada y Gijón y que circulaba excepcionalmente por la carretera local que atraviesa el casco urbano de Torre del Bierzo para evitar precisamente el bloqueo de la A-6. Entre los viajeros, sin embargo, había quien mostraba comprensión con los mineros, a pesar del retraso. «Mi familia toda minera. Cuando se ponen los médicos en huelga, tenemos que aguantarnos», decía una señora que ayer viajaba a Oviedo desde Ponferrada, abanico en mano porque el sol comenzó a apretar a partir de las diez.

Sobre esa hora, ya sobrevolaba la zona un helicóptero de la Guardia Civil. En la N-VI, media docena de agentes de Tráfico esperaba también la llegada de los antidisturbios, a pocos metros del piquete. Y media hora después, se escuchaban las primeras sirenas de los GRS en la autovía, y en la N-VI, se oía el siguiente diálogo entre los mineros y los agentes de Tráfico.

—¿Vienen o no vienen?

—Ya vienen, ya vienen.

—Decídles que vengan, que no les tenemos miedo…

—Pues ya vienen, están en la autovía.

Y vinieron. Pero cuando llegaron a la N-VI, los mineros ya habían puesto monte de por medio.

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