Carta de un minero de Laciana-León

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El sector del carbón en España ha adelgazado mucho, hasta el punto de casi ser testimonial desde 1991. En aquel añohabía cotizando en el régimen especial de la minería un total de 45.212 personas. Un número que se ha reducido hastallegar a los 4.000, una cifra a la que hay que sumar otros tantos trabajadores de las subcontratas. Alrededor de esta actividad se calcula que se generan 30.000 empleos indirectos, de los que dependen unas 200.000 personas. De los 20 millones de toneladas de carbón que se extraían, se ha pasado a sacar alrededor de 8,5 millones. El proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2012 propone una reducción global del 64 por cientopara este año.

La crisis económica y la política de recortes emprendida por el Gobierno del PP para controlar el déficit han llevado al Ministerio de Industria a reducir de forma «drástica» las ayudas para la actividad del sector y a la reactivación de las Cuencas. Este tijeretazo amenaza «con la supervivencia de la minería» y, por lo tanto, pone entre la espada y la pared atodo el tejido económico de los valles del Nalón, el Caudal y el Suroccidente de Asturias, las comarcas de Laciana, Bierzo, La Robla y Palencia en Castilla y León, Aragón y Andalucía, que pese a los intentos reindustrializadores de las dos últimas décadas mantienen en la extracción de carbón su principal pilar.

Con el recorte, los 703 millones se quedan en únicamente 253. Las ayudas a la producción de carbón, es decir, el dinero con el que se subvenciona a las compañías mineras, pasa de 301 millones a 111. La partida para la creación deinfraestructuras (fondos mineros) se reduce de 167 a 101,6 millones. En el caso de las becas (ayudas a estudios universitarios, de bachillerato y Formación Profesional, y cursos de idiomas en el extranjero) se pasa de 56 a 2 millones. Para la instalación de nuevas empresas en las zonas mineras (reconversión industrial y económica), la partida, de 167 millones, baja hasta los 39. Y en materia de Seguridad Minera, el Plan preveía una inversión de 12 millones que, en caso de aprobarse los Presupuestos -y todo apunta a que será así- el dinero desaparece, pasan a ser cero euros. Esta reducción de las ayudas de forma repentina y acelerada deja tocada de muerte a la minería, un sector para el que, en un principio, estaba prevista una reducción, asistida, progresiva, prolongada en el tiempo, hasta 2018, año límite impuesto por la Unión Europea (UE) para que las empresas recibiesen algún tipo de ayuda estatal, siempre condicionada al cierre de las minas. Aquellas empresas que alcanzasen la rentabilidad y quisieran seguir activas deberán devolver las subvenciones recibidas. Un inconveniente importante que se estaba tratando de solucionar.

Los sindicatos siempre mantuvieron la esperanza de que, moviendo los hilos adecuados en Bruselas, la minería española pudiese llegar a estabilizarse. Para lograrlo había que entrar en la reserva estratégica nacional y a la vez, lograr apoyos en Europa, un respaldo que podían ofrecer países poderosos como Alemania -que pese a ser abanderada de los recortes se plantea abrir nuevas minas- y otros con un sector muy desarrollado, como Polonia. Además, el carbón es la única fuente de energía fósil autóctona, algo que es útil para evitar los vaivenes que, periódicamente, sufren los países que exportan gas y petróleo a España. A comienzos de este año, con el encarecimiento del gas, el carbón ha pasado a quemarse más quenunca en los últimos años.

Los sindicatos achacaron al anterior Ejecutivo socialista que había hecho muy poco por lograr estos objetivos, por convencer a Europa de la necesidad de mantener una pequeña reserva carbonera en España. La aplicación de los fondos mineros tampoco ha sido precisamente la mejor, hay 1.063 millones de euros de la reactivación pendientes de ser invertidos. En 2010 además, las empresas privadas llegaron prácticamente al colapso porque el carbón nacional no se quemaba, algo que acabó causando la última gran huelga en el sector.

Pese a la gravedad de estos incumplimientos, el sector seguía vivo, manteniendo un nivel de empleo que hacía de él el pilar económico fundamental en las comarcas mineras de Asturias, León, Palencia y Teruel. Sin embargo, la repentina reducción de las ayudas obliga al cierre inmediato de algunas explotaciones. La huelga actual es ya más una cuestión de vida o muerte, una necesidad vital de una actividad económica que ha pasado a ser una forma de vida en las Cuencas tras más de 150 años con minas abiertas. Generaciones enteras de vecinos han trabajado en la mina, algo que conocen bien las centrales sindicales, que llaman a «toda la sociedad» de las comarcas carboneras a sumarse a la movilización.

Encierros en los pozos de Asturias y León, y en Diputaciones provinciales, cortes diarios carreteras y vías de ferrocarrilcon durísimos enfrentamientos con los antidisturbios y decenas de mineros detenidos, manifestaciones en Madrid y capitales de provincia, etc son las medidas que hasta ahora se están tomando y que a buen seguro se van a recrudecer en el futuro. Todas ellas cuentan con el respaldo de las gentes de las comarcas y de los sindicatos y fuerzas de izquierda denuestro país.

Un respaldo que tendrá su termómetro el próximo día 18, cuando se ha convocado una huelga general en los territorios mineros españoles. Los mineros seguimos manteniendo el pulso firme y el ánimo alto. Del ganador de la contienda dependerá, en buena parte, el futuro de las Cuencas y debemos de ganarlo, por que si no ¿Qué nos queda?, ¿solo la violencia? ¿Quién engendra la violencia? En primer lugar los que intentan robar a unos trabajadores el sustento para sus hijos; los que tienen el poder para decidir en contra de las personas y a favor de sus intereses; los que pretenden dejar comarcas enteras en la miseria y sin futuro; los que roban a mano armada la riqueza que producimos los trabajadores y la desvían a paraísos fiscales; los que deciden el grado de miseria que vamos a tener la mayoría en orden a engrosar las cuentas de los señores del capital; los que no respetan los Derechos Humanos, los que roban a la mayoría el derecho a una vivienda, a un trabajo, a una educación, a un futuro, a una vida; los que no respetan en este país esa Constitución que tanto se precian de defender, Constitución que también habla del derecho a un trabajo, a una vida digna, a la manifestación, a la protesta, a la expresión, a la asociación.

Todos estos personajes, que no son entes, sino que tienen cara y nombre, que se han erigido en el poder absoluto para decidir sobre nuestras vidas y sobre la riqueza que entre todos producimos (no ellos), estos personajes son los que engendran la violencia.

Pero esta violencia no se puede aguantar mucho tiempo, sobre todo cuando miras a tus hijos y no tienes para darles de comer. Y cuando escuchas que esos personajes que ejercen su violencia contra todos nosotros, hablan de esas gigantescas cifras que servirían para crear puestos de trabajo para los 6 millones de parados, pero que se las reparten entre ellos y encima nos obligan a pagar los intereses y las deudas que ellos generan, entonces ¿qué es lo que queda?

Pues queda gritar, manifestarse, exigir lo robado, y si al hacer esto te mandan a sus servidores a reprimirte, vejarte, humillarte atándote las manos con bridas, detenerte , dispararte con pelotas que sacan ojos, tirar gases lacrimógenos sin tener en cuenta a los niños y ancianos, coartar la información para que no cunda el ejemplo, entonces aflora tu propia dignidad y despiertas de la adormidera en la que este país ha vivido durante años, y exiges lo que te roban esas mafias del capital, y enseñas a tus hijos que si en esta vida no tienes dignidad, no tienes nada.

Compañeros/as luchar es lo que nos queda, viva la clase trabajadora!!

Omar García Alvarez.

(minero del Valle de Laciana)
15 de junio de 2012

 

Publicado en La Haine: Carta de un minero de Laciana-León

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