El colectivo de personas que llevan más de un año intentando encontrar un empleo, los llamados parados de larga duración, se quintuplicó en Castilla y León desde el inicio de la crisis, al pasar de 20.000 en el tercer trimestre de 2007 a 98.700 en el cuarto de 2011, una cifra que representa por otro lado el 49 por ciento del total de parados), según un informe de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett). En España, la situación es aún más dramática, dado que este colectivo se ha incrementado un 570,9 por ciento en ese periodo, es decir, se ha multiplicado por siete, hasta los 2,689 millones de personas, frente a los 393.200 parados de larga duración al inicio de la crisis.
Respecto al mismo a los últimos cuatro meses de 2010, la comunidad cuenta con 20.400 parados más que llevan más de un año buscando un empleo sin éxito. De hecho, el perfil del desempleado en Castilla y León es el de un varón, de entre 25 a 34 años, que lleva dos o más años intentando encontrar un empleo (parado de muy larga duración). En España aumenta la edad media, ya que el parado de larga duración se identifica con un varón, de entre 30 y 34 años, que lleva dos o más años en el paro, un problema “terrible que incrementa unas elevadas tasas de desempleo estructural, muy difíciles de mitigar y que lastran la competitividad del mercado laboral español”.
Por lo que respecta al empleo juvenil, el 46,8 por ciento del total de puestos de trabajo destruidos en la comunidad desde que comenzó la crisis afecta a menores de 25 años. Castilla y León cuenta con un total de 34.500 parados por debajo de esa edad que representan el 17,1 por ciento del total de parados (201.500). La tasa de paro de este colectivo se sitúa en el 42,9 por ciento, frente al 48,6 de media nacional.
En términos de ocupación, se han destruido en la autonomía 54.200 empleos de jóvenes por debajo de 25 años, lo que representa el 46,8 por ciento del total del empleo destruido desde el tercer trimestre de 2007 (-115.800).
Publicado en L a Crónica de León: Los parados de larga duración en Castilla y León se quintuplican